Hace cuarenta años
SALAMANCA. – Hace cuarenta años se debatía acaloradamente sobre el más reciente escándalo cinematográfico que –¡quién podía imaginárselo entonces!– iba a convertirse en un clásico y en una obra de referencia. El realizador Stanley Kubrick (1928-1999) había decidido realizar una versión cinematográfica de una novela que ya había despertado polémica en Inglaterra: “La naranja mecánica”. Muchas estrellas del espectáculo terminaron imitando su vestuario, si bien vaciándolo del significado estremecedor que tiene originalmente.
El autor de la novela, Anthony Burgess, tuvo muchas dudas de aceptar la propuesta. En sus memorias dice que temía que Kubrick no acertara con el sentido de la obra, tal como ya le había pasado con su versión cinematográfica de “Lolita” (1962) basada en la obra de Nabokov. Al final accedió. Burgess tuvo una vida muy especial. Nació en Manchester (Inglaterra) en 1917 y mientras se desempeñaba como profesor, en 1960, de la British Colonial Service, en Malasia, le diagnosticaron, equivocadamente, un tumor en la cabeza asegurándole no le quedaba mucho de vida. Los plazos se acortaban y en dos años escribió ocho libros. El “corto plazo” se prolongó por treinta y tres años más, pues murió en 1993.
Es evidente que la película popularizó su obra entre el gran público. Todos pretendían dar una explicación, que les tranquilizara, ante tanta violencia. Una de las explicaciones fue que Burgess había querido volcar en los jóvenes ultraviolentos de “La naranja mecánica”, los sentimientos que le habían quedado después que su esposa fue violada en Londres, durante un bombardeo nazi, por cuatro soldados norteamericanos con base en la capital inglesa. Concluido el rodaje y sin que se hubieran disipado sus temores, Kubrick le ofrece una sesión privada. Allá van Burgess acompañado por su segunda esposa y su agente. Se inicia la proyección y a los pocos minutos ambas quieren abandonar la sala, pues no soportan tanta violencia. Burgess debe rogarles que se queden y al final lo logra.
El escritor se lamenta que esta es la única obra de ciencia-ficción que ha escrito y que es la que le hizo famoso a pesar de tener otras que a él le parecen mejores. Además, le pasaron cosas que no le pasó con ninguna otra. Su editor norteamericano le pidió que en la versión para los Estados Unidos eliminara el último capítulo. Después de mucho pelear, aceptó por motivos económicos, ya que su situación no era muy boyante por aquel entonces. No solo le mutilaron la obra, sino que alteraron un rasgo que pasa desapercibido. Burgess lo explica en la introducción a una nueva edición del libro que “el relato está dividido en tres partes, y cada una de las tres consta de siete capítulos. Es decir, 21 en total. 21 es el símbolo de la madurez humana, o lo era, puesto que a los 21 tenías derecho a votar y asumías las responsabilidades de un adulto” (Ediciones Minotauro, Barcelona, 2002, p. VIII).
En cuanto al título, aclara: “Las naranjas mecánicas no existen, excepto en el habla de los viejos londinenses. La imagen era extraña, siempre aplicada a cosas extrañas. ‘Ser más raro que una naranja mecánica’; quiere decir se es extraño hasta el límite de lo extraño… Yo la uso para referirme a la aplicación de una moralidad mecánica a un organismo vivo que rebosa de jugo y dulzura” (p. XII). Como era de esperar, la película se prohibió en Asunción. Varios años más tarde, la dueña de las tijeras de la censura de la Municipalidad de Asunción autorizó su exhibición. En la Junta Municipal se preguntó a gritos quién la había autorizado. La responsable estaba de viaje por Europa. Se volvió a prohibir la película y la concejala se quedó sin cargo. Como entonces eran puestos a dedo, se los echaba a dedo. La concejala regresó, mantuvo un perfil bajo tres o cuatro días, al término de los cuales regresó a la Junta Municipal y quien había pedido su destitución fue destituido.
- 4 de septiembre, 2015
- 5 de noviembre, 2015
- 10 de junio, 2015
- 15 de abril, 2019
Artículo de blog relacionados
- 28 de mayo, 2009
Infobae Entre tantos temas de interés se escurre uno que tiene mucho jugo...
27 de febrero, 2021El Diario Exterior Desde el 11 de febrero, los funcionarios de la Eurozona...
25 de mayo, 2010Analítica Para todo lo demás, siempre existirá una forma de pagarlo. La semana...
22 de julio, 2011