Con o sin Chávez, la revolución en crisis
Durante años, el factor incertidumbre trabajaba en Venezuela en favor de Hugo Chávez, a pesar de sus discursos revolucionarios; a pesar de la inflación y escasez que provocó con sus constantes intervenciones en la economía. Por esto ganó elección tras elección.
La oposición estaba fragmentada y no tenía propuestas para el país. Parecía (y era) reflejo del pasado. Pero casi nadie en Venezuela quiere regresar al pasado.Por esto perdieron elección tras elección.
Proyectaba más confiabilidad y estabilidad el líder carismático que tenía esta capacidad mágica de unir la Fuerza Armada con la izquierda y con las mayorías empobrecidas y excluidas.
En cambio, la oposición no era ni chicha ni limonada: una alianza incoherente de empresarios neoliberales, izquierdosos resentidos, porque Chávez no los tomaba en cuenta, golpistas, y los veteranos de los partidos históricos que habían llevado a Venezuela a la corrupción y la conflictividad social.
Hoy es al revés. Luego de 13 de gobierno revolucionario, y con el comandante-líder enfermo de cáncer, nadie sabe adónde va este proyecto que se llama “revolución bolivariana” o a veces “socialismo del siglo 21”: ¿Se impondrán los militares chavistas y llevarán a Venezuela a una dictadura Militar? ¿Se impondrán los chavistas civiles del y llevan a Venezuela a un socialismo cubano? ¿O sin Chávez más bien se impondrán los chavistas “boliburgueses” y llevarán a Venezuela a niveles de corrupción nunca vistos?
Nadie sabe. Nadie sabe quién va a tomar el mando: un Chávez recuperado, o cualquiera de estos tres grupos.
De repente, la incertidumbre trabaja en favor de la oposición, que en los últimos años ha lograda convertirse en una coalición sólida con un proyecto político, que ofrece más esperanza a los venezolanos sedientos de estabilidad y paz.
Hace pocos años, los venezolanos asociaron a la oposición con la corrupción que destruyó la Cuarte República y con las políticas anti-populares que generaron pobreza, conflictos sociales y delincuencia.
Hoy, luego de 13 años de gobierno revolucionario, cunado los venezolanos usan palabras como corrupción, pobreza, inseguridad… piensan en Hugo Chávez, en los jefes militares y en los nuevos ricos vestidos de rojo.
Hace pocos años, el fantasma del golpe de estado tenía la cara de los militares y empresarios, que en el 2002 trataron de desbancar a Chávez. El pueblo no los dejó pasar.
Hoy, los gorilas que asustan a los venezolanos con el fantasma del golpe de estado (en caso que la oposición ganara las elecciones contra la revolución chavista) usan pañuelos rojos y gritan “¡Patria socialista o muerte!”. Por lo menos hasta hace poco, antes de que a su comandante Chávez le detectaran cáncer y él prohibiera la palabra muerte. La nueva consigna, decretada por el comandante en jefe luego de la primera quimioterapia: “¡Viviremos y venceremos!”
Hoy, los que exigen que se cumpla y respeta la Constitución Bolivariana de 1999, resultado de la Constituyente que Chávez convocara en el primer año de su gobierno, son los partidos opositores de la Mesa de Unidad Democrática. Para los chavistas, esta constitución se ha convertido en obstáculo en su camino para erradicar la división de los poderes, la independencia judicial, el carácter apolítico de la Fuerza Armada. Trataron a reescribirla en 2008 y sufrieron una derrota en las urnas del plebiscito popular. A partir de este momento histórico, la oposición se convierte en defensora del orden constitucional.
Hace pocos años, la oposición representaba el peligro de regresar al pasado. Hoy, cuando los venezolanos miran al futuro, dirigen la vista a una nueva generación de líderes opositores que gobiernan en varios estados y municipios. De repente, el discurso incendiario y polarizante de Chávez parece desfasado.
El Diario de Hoy me mandó a Venezuela, en julio de este año, porque aquí nos llegaron versiones de una situación dramática y sumamente conflictiva en Venezuela, a raíz del cáncer de Hugo Chávez y de la incógnita si puede seguir al mando de su revolución. Este columnista regresó a sus orígenes de reportero y entrevistó en Caracas a los líderes de la oposición, generales, diputados, analistas políticos – y platicó con los venezolanos que uno encuentra en los cafés e en la calle. El quinto viaje periodístico a Venezuela en los últimos 3 años.
El resultado: El empate se rompió. Venezuela se está moviendo. Mientras Hugo Chávez está convirtiendo su lucha contra el cáncer en una “reality show” ante las cámaras televisivas para evitar que bajo sus narices se desmorone una revolución dependiente de un sólo líder, los venezolanos miran a la oposición buscando estabilidad – y una esperanza todavía mezclada con gran escepticismo de que por este lado les aparezcan soluciones a los problemas de inseguridad, conflicto social, pobreza, estancamiento económico, inseguridad jurídica y falta de libertades. A la par de Hugo Chávez y todos sus posibles sucesores, los líderes jóvenes de la oposición de repente aparecen estadistas…
A partir de lunes 8 de agosto, publicaremos en El Diario de Hoy y en elsalvador.com los reportajes, las entrevistas y los análisis que sustentan la tesis que sustraje de este viaje: En Venezuela se está gestionando un cambio histórico que cambiará la cara de América Latina. Con o sin Chávez, el chavismo llega a su fin. Porque ante su pueblo, se ha convertido en factor de incertidumbre – y la oposición en factor de estabilidad y esperanza. Cuando esto pasa al mismo tiempo, los gobiernos caen.
- 23 de enero, 2009
- 23 de diciembre, 2024
- 24 de diciembre, 2024
Artículo de blog relacionados
El autor presentará su último libro "El atroz encanto de ser argentinos 2"...
5 de mayo, 2007Por Armando Ribas Diario Las Americas Las próximas elecciones en Estados Unidos, en...
31 de octubre, 2008Por Kathryn Westcott BBC Mundo A las doce en punto del mediodía de...
1 de marzo, 2007- 18 de enero, 2013