¿Qué le pasa a la democracia?
El País Montevideo
Durante mucho tiempo la izquierda creyó que los problemas de la Democracia se arreglaban "con más democracia". Era la fórmula típica, tantas veces manida: discutir más, plebiscitar, etc. Pero los años en el gobierno, con su carga de desgaste y frustraciones, están haciendo que muchos frentistas engrosen el número de quienes se sienten entre impacientes y decepcionados, con el funcionamiento del sistema (aunque -externamente al menos- no con el sistema en sí).
¿Por qué? ¿Cuáles son las causas? Ya no se explica por el gobierno de los "otros", porque no quedan "otros" que no hayan gobernado.
El tema ha sido materia de preocupación y estudio en ciencia política y no escasean las hipótesis.
Ya Raymond Aron decía que la Democracia, al basarse en la libertad, es el único sistema que prohíja a sus críticos, al tiempo de ser mucho más apta para detectar y publicitar problemas que para solucionarlos. Bobbio sostenía que, habiendo nacido como mecanismo concebido con el ser humano por objeto, había pasado a ser materia de grupos y partidos, quedando aquél reducido al rol de espectador.
Algunos ven problemas en la creciente complejidad de los temas que enfrentan las democracias, lo cual, unido a la lejanía de los actores (ya nadie va a un club o a un comité, casi ni siquiera a un acto) fomenta la apatía. A lo cual se suma el fenómeno de la televisión, que no solo tira a quedarse en casa "y verlo por la tele", sino que el producto recibido de la caja negra no es igual a la realidad (the medium is the message).
En el mundo contemporáneo, los medios no son transmisores neutros de realidades u opiniones, son competidores por el rating, que para nada es lo mismo.
Otro politólogo señalaba que, al final, Marx tenía razón: lo económico ha pasado a ser el eje de nuestras vidas y la vara con que medimos a la Democracia. Lo cual inevitablemente generará problemas porque la Democracia no es un sistema creado para producir efectos económicos.
Rumbo al que se acoplan pensadores como Crozet y Brittan, desde la óptica de un análisis del Estado. Hoy no existen Democracias sin Estado y eso ayuda a la confusión de asimilarlos. Pero no son lo mismo. No nacieron históricamente juntos y sus razones de ser son diferentes. La Democracia nace para el ser humano, como ideal y como mecanismo para proteger sus derechos básicos. El Estado nace para el gobierno, como estructura y herramienta del ejercicio del poder. Durante mucho tiempo el segundo fue instrumento de la primera; contemporáneamente ha pasado frecuentemente a ser un obstáculo. Cuando la gente no distingue uno de la otra, culpa a la Democracia por los defectos del Estado contemporáneo.
Ahí están las causas del problema. En sus orígenes la Democracia fue asunto de pocos para fines limitados. Andado el tiempo y sobre todo al influjo de las dos guerras mundiales, los padrones cívicos fueron creciendo y con cada aumento crecía también el cúmulo de expectativas del cuerpo electoral. Ya no será sólo la protección de la vida, la libertad y la propiedad: también la educación, la salud, el trabajo, la jubilación, vivienda, descanso, y hasta el cordón-cuneta.
Así, difícil que no haya frustraciones.
Algo muy similar le ocurre al Poder Legislativo. En sus albores, cuando se llamaba Parlamento, era una institución de los ciudadanos frente al poder del gobierno, con la finalidad de proteger a aquéllos, en su vida, su libertad y su propiedad (incluidos sus bolsillos).
Hoy se llama Poder Legislativo, forma parte del gobierno, integra el Estado y la gente cree que está para fabricar realidades (empezando por el bienestar económico) a golpe de leyes, lo que ha sumido a la institución en el desprestigio. Y de la protección de los derechos de los ciudadanos, bien gracias.
La Democracia tiene problemas serios. Por eso nadie la quiere mucho.
Hasta aquí, todo muy claro. La pregunta es: ¿qué soluciones hay para los problemas de la Democracia?
No se pierda el próximo episodio: "La Democracia no es un sistema creado para producir efectos económicos".
- 23 de julio, 2015
- 4 de septiembre, 2015
- 16 de junio, 2012
Artículo de blog relacionados
El País, Madrid Hace casi dos décadas Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 83 años)...
12 de junio, 2019El Mundo, Madrid Buenos Aires.- Argentina, que siempre se jactó de tener más...
13 de junio, 2009- 11 de julio, 2019
Por Ana Luisa Herrera El Sentinel Los frustrados atentados terroristas de los últimos...
25 de agosto, 2006