Estados Unidos, ¿Substandard & Pobre?
Haciendo un juego de palabras con Standard & Poor´s (S&P), la agencia que bajó la calificación del crédito soberano de los Estados Unidos, The Economist afirma en el título de un reciente artículo que dicho país se ha transformado en "Substandard & Poor". Bastante exagerado.
El reporte de S&P, emitido el 5 de agosto, marca la primera degradación del crédito estadounidense desde 1917, y se basó en dos hechos enfatizados muy claramente en la argumentación expuesta: a) el discurso político, y b) el análisis fiscal.
Acerca del discurso político, el documento indica que "la contención del gasto público y los acuerdos para incrementar la recaudación son menos probables de lo que habíamos considerado previamente". Y sobre la situación fiscal, S&P observa que el reciente acuerdo alcanzado entre el Congreso y gobierno federal para incrementar el techo del endeudamiento aprobado "es insuficiente para estabilizar la carga de la deuda a mediados de la década".
Las dos premisas de S&P son absolutamente ciertas: habría que vivir en una burbuja para negarlas, aún cuando ciertas diferencias sobre la base de cálculo adoptada para sus proyecciones (y no un error de cálculo, tal como el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos pretendió que se mostrara…) hayan deslucido la argumentación de S&P.
Pero hay otras cosas que también son absolutamente ciertas. Una de ellas es el derecho a poner en duda todo lo que hagan las agencias calificadoras, particularmente a partir de la grosera sobre-estimación que hicieron de la calidad crediticia de los bonos respaldados por hipotecas sup-prime, emitiendo señales distorsionadas que agravaron la crisis financiera internacional del 2008.
Aunque probablemente aquél tampoco haya sido un error de cálculo…, sino falta de independencia y de objetividad: calificaciones indefendiblemente buenas para deudas evidentemente malas. La sospecha siempre pesará sobre S&P y las demás agencias.
Claro que las cosas absolutamente ciertas habían comenzado bastante antes, precisamente en los Estados Unidos, un país que no es ni substandard ni pobre…, aún cuando sus dirigentes muchas veces toman decisiones que sí lo son.
Una de esas decisiones substandard, y tercermundista, fue manipular miserablemente las tasas de interés, tal como hizo la Reserva Federal cuando las llevó a la baja desde el nivel de 6.50% anual que tenían en diciembre de 2000 hasta el 1.00% anual al que llegaron en junio de 2003 ("para impedir el enfriamiento y la recesión", justificaron primero…), medida que tuvo que revertir ante el exceso de crédito artificial y que la llevó a elevar nuevamente las tasas al 5.25% anual en junio de 2006 ("para impedir el recalentamiento y la inflación", justificaron después…).
Faltaba el último paso: ante la crisis del 2008, provocada en gran medida por las manipulaciones citadas, la Reserva Federal volvió a bajar la tasa al 0.25% anual. Tiro de gracia de un rollercoaster mortal.
Lo sorprendente es que cuando se busca la causa de la crisis algunos dicen, con cara de pensamiento profundo, que "es la codicia de los mercados", como si nunca antes hubiera existido codicia.
Se olvidan, extrañamente, del exceso de manipulaciones en el precio más importante de toda economía: el precio del crédito. Que es la tasa de interés (aunque muchos, equivocadamente, se refieran a ella como el precio del dinero).
Por último, es absolutamente cierto que los tenedores de títulos regidos por la tasa de la Reserva Federal (Treasury Bills), lejos de entrar en pánico y vender, como hubieran hecho con los títulos de deuda de otro país que sufriera una degradación crediticia, los mantuvieron en cartera sabedores que no habría default. En última instancia, los Estados Unidos pueden emitir los dólares necesarios para pagar.
Se trata de algo que en nuestros barrios latinos sólo miramos por TV: el ingenuo que suponga que, en última instancia, podría emitir billetes criollos para pagar deudas soberanas no quedaría con grado AA+, sino literalmente con títulos basura. Pagando tasas altísimas. Pero bueno, así es el fútbol.
Hasta la próxima.
El autor es Ingeniero, Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires) y columnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 5 de junio, 2015
- 27 de noviembre, 2024
- 3 de julio, 2015
Artículo de blog relacionados
- 29 de septiembre, 2010
Infolatam Santiago de Chile . – El futuro económico de América latina pasa...
16 de septiembre, 2011Por Alejandro A. Tagliavini El Heraldo, Tegucigalpa No me gustaría estar financiando ejércitos...
5 de julio, 2012- 29 de junio, 2024