El ejemplo argentino

Se realizaron lo que en Argentina se denomina las primarias obligatorias a las cuales debieron concurrir todos los candidatos a la presidencia y vicepresidencia de la República y a gobernadores en varias provincias, especialmente en la de Buenos Aires.

Los resultados de las primarias dieron una amplia victoria a la actual presidenta, aunque sus votos comparados con todos los de la oposición son casi iguales, es decir que si la oposición hubiera tenido un candidato único, como lo tuvo el oficialismo, los resultados habrían sido muy parejos y probablemente, ligeramente superiores los votos opositores.

Los resultados, ante tanta división de la oposición, no ha desalentado, sin embargo, a los cuatro primeros candidatos opositores, aunque no hubieran obtenido sino un trece por ciento, el primero; un doce por ciento, el segundo; un diez por ciento el tercero y un ocho por ciento el cuarto. Los otros nueve obtuvieron porcentajes bastante bajos, pero sumados superarían el número de votos del oficialismo.,

Está en primer lugar Alfonsín, que representa la mediocridad; en segundo término Duhalde, que es el pasado; el tercero Briner que es la frustración y en cuarto, Rodríguez Saa, que es lo provinciano… No hay, un candidato opositor que logre el entusiasmo popular y si se mantienen los cuatro postulantes, la derrota de la oposición sería aparatosa, pues la presidenta, candidata a la reelección, probablemente lograría la victoria en la primera vuelta.

Lo que ocurre en Argentina debe servir de lección para la oposición ecuatoriana que va tratando de formar frentes de una y de otra tendencia, ante la unidad oficialista que no tiene más que un candidato que es Correa para la reelección. Como en Argentina, si la oposición no se unifica y encuentra un candidato único, le pasará lo mismo que a la oposición argentina, barrida y dividida profundamente.

Si se unifica teniendo en mente solo la recuperación de los derechos básicos, conculcados por el régimen, Correa lo tendrá muy difícil, como ya le ha ocurrido en la Asamblea y casi le sucedió en la consulta popular. Pero hay que preguntarse ¿Hay alguien que sea capaz de unificar a la oposición? Lo hay, pues un candidato bien seleccionado ganaría las elecciones . Para ello, se deben deponer aspiraciones, y se pensaría en constituir un gobierno de unidad y concentración nacional, al modo de lo ocurrido en Chile frente a la dictadura de Pinochet.