Bolivia: Apagones y estatismo
El Deber, Santa Cruz de la Sierra
Los apagones sufridos recientemente, no solo anuncian la crisis energética que sufrirá Bolivia en los próximos años, sino las consecuencias de la falta de inversión oportuna en las áreas que sustentan el movimiento económico de la economía nacional y la ineficiente y poco transparente administración de las empresas públicas.
El neoestatismo no ha solucionado los problemas del país y los peores defectos de la política tradicional como la politización de la administración pública y la corrupción y discrecionalidad con la que son administrados los fondos del Estado.
La lista de empresas estatales crece de forma vertiginosa. En el último quinquenio se han nacionalizado a ENTEL, Petrolera Chaco, Petrolera Andina, TRANSREDES, Eléctrica Corani, Eléctrica Guaracachi, Eléctrica Valle Hermoso, Ferroviaria Andina, Ferroviaria Oriental, las refinerías Gualberto Villarroel y Guillermo Elder, la Minería de Vinto, la Compañía Logística de Hidrocarburos, la distribución de hidrocarburos a cargo de Air BP, ELFEC Cochabamba, la planta de Vinto de Antimonio y FANCESA.
Igualmente se han creado nuevas empresas estatales como EMAPA, PAPELBOL, CARTONBOL, LACTEOSBOL, Empresa Boliviana de Aviación –BOA-, Empresa de Cemento de Bolivia, Empresa del Valle Alto Sacaba, Empresa de Azúcar de Bolivia, Empresa Naviera de Bolivia, Empresa Boliviana de Almendras –EBA-, Insumos Bolivia, Empresa Boliviana de Recurso Evaporiticos, Empresa Azucarera San Buenaventura.
Todas estas empresas han recibido millonarias transferencias del Presupuesto General del Estado y del Banco Central de Bolivia. Para agilizar su inversión, se las ha clasificado como estratégicas y se las ha liberado de la observancia de las normas públicas de contratación de bienes y servicios, permitiéndoles la negociación y compra directa sin límites de montos. Igualmente, se han creado Fondos en Fideicomiso, mediante los cuales también tienen amplia discrecionalidad para la administración de los fondos que el Estado les asigna.
Ademas, la mayor parte de las empresas nacionalizadas funcionan como sociedades anónimas, aunque el Estado tiene el 99% de las acciones, pues fue la forma que encontraron para librarse de las normas de administración de recursos públicos.
Sin embargo, no funcionan ni contribuyen al desarrollo nacional. Bolivia tiene una tasa de crecimiento mediocre. Cuando exportábamos 1000 millones de dólares crecíamos al 4%, hoy exportamos 7000 millones y seguimos creciendo a la misma, cuando nos va bien. Se anuncian miles de millones invertidos en las empresas públicas pero no se ven los resultados, ni las industrias funcionando, ni se incrementa la producción, como tampoco se mejoran los servicios públicos.
Todo esto explica porque, a pesar de que Bolivia ha recibido los mayores ingresos de su historia económica, lo único que crece es el consumo, porque las inversiones están siendo absorbidas por empresas ineficientes, politizadas y presa fácil de la corrupción.
El autor fue presidente del Senado de Bolivia.
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