Nuevo enfoque migratorio en los Estados Unidos
El Heraldo, Tegucigalpa
El presidente Obama recién ha anunciado un cambio, realista y humanitario, hacia los inmigrantes indocumentados que viven y trabajan en Estados Unidos: a partir de ahora cesará la deportación indiscriminada de aquellos (as) extranjeros (as) que radican en situación irregular, pero que no constituyen riesgo para la seguridad pública, a efecto de concentrar la acción policial en aquellos dedicados a actividades criminales de diverso tipo.
Aclaró que no se trata de una amnistía migratoria –tal como ya acusan sectores de la oposición–, pero el nuevo enfoque es un paso en la dirección correcta para abordar este complejo problema de manera a la vez integral y justiciera.
Una tendencia es notoria en los países del primer mundo: en la medida en que se agrava la situación económica y social interna, se endurecen las medidas discriminatorias en contra de los inmigrantes, particularmente contra aquellos de tez obscura –en una confirmación de las actitudes racistas-extremistas prevalecientes–. Ellos y ellas se constituyen en los chivos expiatorios de las crisis estructurales que estremecen a países europeos y norteamericanos, lo que no obsta para que sean sobreexplotados en actividades laborales extenuantes, mal remuneradas y peligrosas que no son atractivas para los trabajadores locales.
En lo que va de este año, cinco estados de la Unión Americana han imitado la legislación ya aplicada por Arizona, siendo ellos Carolina del Sur, Georgia, Alabama, Utah e Indiana, en un abierto desafío al gobierno federal, ya que constitucionalmente corresponde única y exclusivamente a Washington la política migratoria. Por ello, cabe preguntarse si el nuevo enfoque será acatado a nivel estatal o, si por el contrario, continuarán aplicando arrestos basados meramente en perfiles étnicos, en estereotipos y en prejuicios, antesala de prolongados confinamientos que preceden a la separación del núcleo familiar y la deportación, violando derechos humanos básicos inherentes a todo ser humano independientemente de su nacionalidad, credo o afiliación étnica.
Sin duda que la nueva visión anunciada por el presidente de Estados Unidos, además de poseer un elemento humanitario, obedece a las leyes del mercado, combinando así lo compasivo con lo pragmático.
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