La lira y la calculadora
Algunos insisten en que los términos derecha e izquierda como referentes ideológicos de los movimientos políticos están desfasados. No lo creo. Lo que está desfasado son los criterios que definen el espectro político, pero los citados términos como nomenclatura política siguen vigentes.
Desde que los bolcheviques se hicieron con el poder en Rusia, hasta el desplome del campo socialista, el criterio que se usaba para saber de qué lado del espectro se ubicaba un movimiento político era más sencillo. Entre más cercano a Moscú, más de izquierda. Pero si un movimiento político, criticaba a los dirigentes soviéticos de "revisionistas", por ejemplo, entonces era de ultraizquierda.
Al otro lado, entre más cerca de Washington, más de derecha. Pero si un movimiento criticaba las políticas estadounidenses por blandengues hacia el "expansionismo soviético", entonces era calificado como de ultraderecha. Tiempos de la Guerra Fría.
Entonces los criterios para la definición "topográfica" en el cuadrante ideológico eran más sencillos. Todo se complicó cuando apareció Gorbachev y la Perestroika. Entonces los que estaban por los cambios en el cerrado sistema comunista, eran llamados renovadores de izquierda y los celosos guardianes del sistema comunista soviético, fueron llamados conservadores de derecha.
La nueva nomenclatura le complicó la vida al más avezado analista político. Y desde la desaparición de la Unión Soviética, la raya que separa a la izquierda de la derecha comenzó a volverse movediza. Difusa.
Dicen los historiadores que lo de izquierda y derecha surgió en la época de la Asamblea Constituyente en la Francia Revolucionaria. Año de 1792. A la derecha del presidente, en el Parlamento, se sentaban los Girondinos, quienes tenían el propósito de restaurar la monarquía y los valores tradicionales.
A la izquierda se sentaban los Jacobinos que luchaban por consolidar un estado revolucionario, al grito de libertad, igualdad y fraternidad. En el centro había siempre un grupito que no era ni lo uno ni lo otro. Le llamaban "El llano". Hoy en día se le conoce como centro, un lugarcito siempre pequeño indefinido y escurridizo.
Desde entonces la izquierda, independientemente de ser comunista o no, representa el desafío al status quo, el reto, lo que rompe esquemas, la propuesta audaz, el sueño de cara al futuro. La derecha representa la tradición, lo seguro, el orden establecido.
Pero todo depende de las circunstancias del momento histórico. Por ejemplo los principios y fines de los Jacobinos (fundadores del izquierdismo), son por así decirlo el más grande aporte intelectual en lo político y económico del actual pensamiento liberal. Eso que la izquierda de nuestros días llama derecha o neoliberalismo.
No es su afiliación al marxismo lo que define a un movimiento político como de "izquierda", es más bien su posición frente al orden tradicional. Obama, por ejemplo, un hombre de raza negra, que desafió al establisment. O Tony Blair, que en su momento representó el desenfado y la frescura frente a la polvorienta y ajada monarquía.
Y como la izquierda es el reto y el sueño; la lira y la poesía son sus herramientas. Esa capacidad de emocionar a las masas de tanto en tanto, cuando el orden establecido oprime o simplemente aburre. Esa facilidad para evocar los más nobles sentimientos: generosidad, solidaridad, justicia social.
Pero cuando la izquierda se hace con el poder, se da cuenta que la lira y la poesía no sirven para hacer realidad esos sueños. No sirven para gobernar. Y entonces viene el desencanto de los que emocionados lloraron y cantaron de alegría.
La derecha que representa generalmente la tradición, el orden, la seguridad, tiene en la calculadora y las matemáticas su herramienta. Árida en el lenguaje, prefiere sumar, restar, antes que cantar. Prefiere leer contratos y respetarlos, antes que leer poesía y declamar.
Por supuesto, hablamos aquí, en términos muy generales. Hay matices. Lula por ejemplo ganó la campaña con la lira, pero ya en el Gobierno, se rodeó de quienes saben utilizar la calculadora.
Seguiremos con el tema.
El autor es columnista de El Diario de Hoy.
- 23 de enero, 2009
- 23 de diciembre, 2024
- 24 de diciembre, 2024
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