Stalin como amenaza a la corrupción

Por Alvaro Alba

Diario Las Americas

Hay una editorial en Rusia que se dedica a examinar el año 1937 de manera pormenorizada. Entre los temas que ha publicado están –Jruschev mató a Stalin dos veces; La maldad de los aliados o como Occidente traicionó a Stalin; La gran misión del NKVD; El orden estalinista; La muerte de Stalin: la gran conjura del siglo XX, entre otros temas. En el 2009 se publicó El comité anticorrupción de Stalin, cuyo autor, Alexander Sever, ya había publicado otros libros donde busca justificar la represión estalinista o en otros enaltece la labor del NKVD en lo que considera lucha contra la “quinta columna”. Ahora, de cara a las elecciones parlamentarias y presidenciales en Rusia, los comunistas han recurrido a Stalin para combatir la corrupción en el país. Con ese fin han creado el Comité Anticorrupción Stalin.

Ya la página está en el Internet con la aclaración de que buscan crear y no destruir, pues combaten la corrupción para mantener la estabilidad del país. El objetivo es informar sobre los funcionarios corruptos. Entrará el sitio digital en funcionamiento óptimo el 17 de septiembre, según anuncian sus creadores. Tienen por el momento tres secciones –Iniciativas del Partido Comunista de la Federación Rusa, Legislaciones y Corrupción en Rusia y el Mundo. No falta el número de teléfono a donde llamar y el correo electrónico para informar sobre casos de corrupción.

Prometen tres listas para los corruptos, según su ubicación en la pirámide gubernamental–federal, regional y municipal. Otros proyectos similares ya existen en Rusia, como RosPil (Serrucho Ruso), que expone las compras de autos extranjeros y el precio que pagan con el dinero de los contribuyentes. También el dinero que se malgasta en Chechenia, en la construcción de balnearios, etc. Desde el 2006 existe Control Ciudadano, una organización que se dedica a defender el derecho de los votantes, en especial vigilar el proceso electoral, y denuncia con eficacia los abusos y violaciones que muchas veces en el Kremlin prefieren ignorar.

La competencia por los símbolos y los nombres nostálgicos ya lleva meses. El primer ministro Vladimir V. Putin lanzó la iniciativa a inicios del verano para crear un Frente Popular, de cara a las elecciones. Los comunistas lanzaron su propia iniciativa –crear la Resistencia Popular. Al Kremlin no le conviene que se hable mucho de corrupción gubernamental. Los partidos de oposición, desde el liberal hasta el comunista, intentan poner el tema en el orden del día. Quieren ratificar el artículo 20 de la convención de la ONU de lucha contra la corrupción, que es específico respecto al enriquecimiento ilícito de los funcionarios públicos. Expone el mismo la tipificación como delito del incremento significativo del patrimonio del funcionario publico y que no puedan ser razonablemente justificados.

Pero los comunistas le ponen un componente político a la lucha contra la corrupción y colocan la figura de Stalin como símbolo. Y la denuncia es el inicio de una investigación que harán los camaradas. Los organizadores aseguran que bajo el régimen de Stalin no había corrupción. No importa que hubiera represión. Varios expertos aseguran que los comunistas ya utilizan el nombre de Stalin como una marca. Pero en Rusia el utilizar a Stalin como “marca” lo mismo es utilizada por los marxistas, que los nacionalistas o el mismo Kremlin. Aunque en la prensa rusa afirman que recurrir a Stalin para combatir la corrupción es grosero y primitivista, en el mejor de los casos, pues es una solución muy soviética y muy cínica. Pero lo curioso es que Stalin se ha convertido en una figura popular o por lo menos positiva para el ruso promedio.

Una encuesta del Centro Ruso de Estudio de la Opinión Pública asegura que en el 2007 el 15 por ciento de los rusos encuestados veían positivamente al “Padrecito de todos los pueblos de la URSS”, mientras que en el 2011 la cifra ya supera el 26 por ciento. Esa tendencia aumenta a medida que desde el Kremlin critican cualquier intento, lo mismo dentro de Rusia que desde el extranjero, para dar una valoración correcta y adecuada al estalinismo y su creciente presencia en la sociedad moderna rusa. Los partidarios de la página afirman que la labor será difícil, a veces ingrata, pero deben de realizarla de tal manera que al final Stalin les de las gracias.

El autor es periodista de Radio y Televisión Martí (OCB).