Cada ‘empleo verde’ que crea Obama cuesta $5 millones
El presidente de EEUU, Barack Obama, se he empeñado en seguir el ejemplo despilfarrador de España en materia de energía renovable. Como buen keynesiano, ha acabado destinando miles de millones de dólares a impulsar la producción de electricidad a través de fuentes limpias, sin atender en absoluto a los nefastos resultados cosechados en este campo por el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero. Los resultados de este tipo de políticas comienzan ahora a ser visibles para los norteamericanos.
Fue allá por 2009 cuando la Universidad Rey Juan Carlos, en colaboración con el Instituto Juan de Mariana, lanzó el Estudio de los Efectos del Apoyo Público a las Energías Renovables sobre el Empleo, con una enorme repercusión mediática a nivel internacional, sobre todo en EEUU. Y es que, por entonces, Obama anunció su intención de imitar el nefasto modelo energético español con la excusa de que ayudaría a generar cientos de miles de puestos de trabajo.
Las conclusiones del informe, sin embargo, eran -y siguen siendo- demoledoras: cada empleo verde creado en España ha necesitado subvenciones por valor de 571.138 euros desde el año 2000; entre 2000 y 2008, el Gobierno español inyectó un total de 28.671 millones de euros –descontada la inflación- en subsidios públicos al fomento de energías renovables, un dinero sufragado íntegramente por el bolsillo del contribuyente, bien mediante subidas en el precio de la luz bien mediante aumento de impuestos; este despilfarro provocó la destrucción neta de 113.000 puestos de trabajo, es decir, 2,2 trabajos destruidos por cada empleo verde generado vía subvención; la acaparación de estos recursos por parte del Estado impidió que la economía privada pudiera emplearlos en la generación de puestos de trabajo productivos.
El estudio causó una enorme polémica en Washington, hasta el punto de que Obama se vio obligado a dar marcha atrás en sus pretensiones iniciales gracias a la presión de los republicanos y algunos influyentes medios de comunicación. Aun así, el presidente consiguió poner en marcha determinadas medidas para fomentar las renovables en EEUU. Uno de estos programas consistió en la concesión de créditos blandos -a fondo perdido- para financiar proyectos eólicos, solares, etc. El importe total de este plan asciende a 38.600 millones de dólares, y su objetivo es crear 65.000 puestos de trabajo en el sector. Una vez ejecutada casi la mitad de esta partida, el resultado es el siguiente: la concesión de 17.200 millones de dólares tan sólo ha logrado generar 3.545 empleos nuevos y permanentes.
Hagan las cuentas: cada empleo verde generado por Obama ha costado a los contribuyentes de su país una media de 4,85 millones de dólares. Todo un éxito. Ahora extiendan esta medida al nuevo Plan E anunciado por Washington, dotado con casi 450.000 millones de dólares, y comprenderán por qué la otrora fructífera economía estadounidense carecerá de futuro mientras permanezca bajo el yugo socialista del Zapatero hawaiano.
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