El doloroso efecto de la crisis de deuda en Grecia: los suicidios .
The Wall Street Journal Americas
HERACLIÓN, Grecia. – La primera vez que lo agobió la desesperación por sus deudas, Vaggelis Petrakis bebió una venenosa combinación de cerveza y gasolina.
En la nota que dejó no mencionaba las penurias financieras de su negocio de frutas y vegetales, de las que su familia sabía. En cambio, dejó instrucciones a sus hijos sobre cómo cuidar a sus animales. "Coloquen a la mama coneja en un lugar diferente al de los conejitos", comenzaba su nota.
Luego se arrepintió y llamó a su hijo, Stelios, que lo llevó a un hospital. Petrakis sobrevivió a ese intento de suicidio. Sin embargo, el colapso de la economía griega y la ruina de su negocio lo empujaron muy pronto a un esfuerzo más decidido.
"Fue una cuestión de vergüenza, miedo, orgullo, dignidad", señala su hijo. "A quienquiera que le pregunte, le dirá que era un hombre con dignidad".
A dos años de la crisis de deuda de Grecia, sus ciudadanos sufren las medidas de austeridad impuestas para evitar una cesación de pagos del gobierno que podría causar estragos en toda Europa. La penuria económica es el precio que Grecia y Europa pagan para defender al euro, la pieza central de 60 años de esfuerzos para unir al continente. Pero a medida que la economía griega se contrae, su sociedad se deteriora y se plantean interrogantes acerca de cuánto más tiempo podrán soportar los griegos la tensión.
El Producto Interno Bruto (PIB) se redujo más de 7% en el segundo trimestre frente al mismo período del año anterior, en medio de recortes de gastos del gobierno y aumentos de impuestos que, en conjunto, representan alrededor de 20% del PIB. El desempleo está por encima de 16%. Al mismo tiempo, la delincuencia, la falta de vivienda, la emigración y las quiebras personales están en ascenso.
Sin embargo, la señal más dramática del dolor de Grecia es el repentino aumento de los suicidios, cuya tasa se ha duplicado desde antes de la crisis a cerca de seis por cada 100 mil habitantes al año, según el ministro de salud griego y una organización benéfica llamada Klimaka.
Alrededor de 40% más de griegos se quitaron la vida en los primeros cinco meses de este año que en el mismo período del año pasado, afirma el ministro de Salud.
Otros han intentado suicidarse. El viernes pasado, la policía griega informó que un hombre de unos 50 años en problemas por sus deudas fue hospitalizado tras prenderse fuego frente a una sucursal bancaria en la ciudad norteña de Salónica.
Los suicidios también se han incrementado en gran parte del resto de Europa desde que comenzó la crisis financiera, según un reciente estudio publicado en la revista médica británica The Lancet, que indicó que Grecia estaba entre los más afectados.
Aunque algunos países tienen mayores tasas de suicidios registrados, incluido EE.UU. con más de 10 por cada 100 mil habitantes, profesionales de la salud griegos aseguran que los datos en Grecia subestiman en gran medida el índice de suicidios puesto que conlleva un fuerte estigma entre los ciudadanos de ese país. La Iglesia Ortodoxa Griega prohíbe los servicios funerarios de personas que se han quitado la vida a menos que se trate de un enfermo mental. Así, las familias suelen ocultar las muertes por suicidio alegando que fueron accidentes.
Una línea telefónica de ayuda de Klimaka, la organización benéfica, solía recibir entre cuatro y 10 llamadas al día, pero "ahora hay días en que tenemos hasta 100", asegura el psicólogo de la organización, Aris Violatzis.
Quienes llaman suelen ajustarse a cierto perfil: hombre de entre 35 y 60 años y arruinado en términos financieros. "Usualmente han perdido su identidad esencial como esposo y proveedor, y ya no puede ser un hombre de acuerdo con nuestras normas culturales", explica Violatzis.
En Heraclión, una ciudad comercial en la isla de Creta, ha tenido lugar una racha de suicidios. El de Petrakis fue apenas uno de los tres recientes que se produjeron en un mismo mercado de alimentos en las fronteras de la ciudad.
En una época quienes se suicidaban solían ser varones adolescentes o personas mayores que padecían una grave enfermedad. Y en tiempos normales, los casos de suicidios a menudo involucraban una variedad de factores, incluyendo las enfermedades mentales, sostiene Eva Maria Tsapaki, una psiquiatra local. Pero la crisis económica ha creado un "nuevo fenómeno de empresarios sin antecedentes de enfermedad mental que se encuentran muertos cada dos semanas", añade. "Es algo muy inusual".
Parte de la explicación, en opinión de algunos, se encuentra en el nexo entre la explosión de la burbuja de crédito y la identidad masculina cretense. Dicen que la historia de rebelión de la isla contra ocupantes extranjeros, desde los otomanos a los nazis, ha consolidado la idea cultural de la fuerza y el orgullo masculinos.
Esta cultura es ideal para el cultivo de personajes seguros de sí mismo, extrovertidos y con sentido de la aventura, dice Yiannis Tsevabinas, un abogado local. "Pero cuando se pierde el orgullo, también lo puede volver vulnerable", agrega.
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