Ecuador: Correa conmemora “golpe” recurriendo a la estrategia de la polarización

Infolatam

Santiago de Chile. - Los sucesos del 30 de septiembre de 2010 en Ecuador supusieron un parteaguas en la historia del régimen de Rafael Correa. La sublevación policial, o golpe de Estado según el correismo, ha dividido a la sociedad ecuatoriana en dos, ha acentuado la polarización así como los rasgos más autoritarios del gobierno de Correa.

Un año después de los sucesos del 30 de septiembre de 2010 sigue existiendo una fuerte polémica sobre lo que realmente ocurrió. Persisten dos versiones contrapuestas y una gran polarización política. El gobierno defiende que hubo un golpe de Estados que incluso perseguía el asesinato del Presidente.

La oposición sostiene que solo fue un motín policial y que ha sido instrumentado por el ejecutivo para profundizar sus medidas de corte autoritario, sobre todo contra la libertad de prensa.

Como sostiene el analista ecuatoriano Simón Pachano en Infolatam, “(Correa) ha perseguido incansablemente dos objetivos relacionados con los confusos hechos del 30 de septiembre. En primer lugar, ha intentado por todos los medios a su alcance demostrar que lo ocurrido fue un golpe de Estado y, en segundo lugar, ha tratado de involucrar en éste a varios actores políticos y sociales, pero al mismo tiempo ha hecho lo posible por exculpar a otros”.

Así, el gobierno de Ecuador conmemora hoy viernes el primer aniversario del “triunfo de la democracia” ante la rebelión policial del 30 de setiembre de 2010, aunque “no es un festejo”, dice el secretario del movimiento oficialista Alianza País, Galo Mora.

Para recordar la fecha, el oficialismo convocó a sus simpatizantes a una masiva concentración hoy viernes en Quito en la que participará Rafael Correa. La conmemoración oficial del “30S, el día que triunfó la democracia” incluirá muestras fotográficas, la proyección de vídeos y un documental sobre la rebelión y una vigilia de jóvenes partidarios de Correa.

Mora lo define así: “se trata de la conmemoración de la lucha del pueblo ecuatoriano que logró recuperar la democracia”.

La polarización correista

Desde aquella fecha, Rafael Correa se ha esforzado en demostrar que hubo un golpe de Estado y que quisieron matarlo: ”lo que les falló fue que el presidente fuera al Regimiento Quito y que el pueblo saliera a las calles, no a tumbar al presidente, sino a defender la democracia, por eso en la tarde de ese mismo día dieron órdenes de matar al presidente”.

La secuelas del motín policial contra Rafael Correa marcarán la semana en América latina

Por eso ataca a quienes sostienen que no hubo golpe: “trataron de demostrar que el 30 de septiembre los pájaros dispararon a las escopetas. Ahí se demuestra la mala fe que existe en todo esto”.

Luego añade: “que siga la oposición con su necedad porque nos hace un favor, cada día pierde más credibilidad pero eso demuestra que clase de oposición enfrentamos, capaz de decir cualquier cosa”.

Correa sostiene que el 30S cambió al país y que pese a que él estuvo retenido, lo amenazaron de muerte y hubo abusos por parte de algunos policías, la protesta no logró nada: “se demostró que al menos con este Gobierno por la fuerza nada por el diálogo todo”.

Finalmente, se ha vuelto a hacer evidente que en la pelea cuerpo a cuerpo es donde Correa mejor despliega su estilo político. Por ejemplo, en su pugna con el diario El Universo no deja de señalar las conexiones de la prensa con la clase alta: “por primera vez tienen que responder ante la justicia esos pelucones que se creían intocables y ahora nos dicen que el país está dividido”.

La actual crispación que vive el país renació a raíz de los sucesos de hace un año, según señala Pachano en Infolatam:  ”en los meses previos al 30-S había bajado el nivel de confrontación y se habían abiertos pequeños espacios para el debate, incluso dentro de su propio movimiento Alianza País. El 30-S y su interpretación de los hechos volvieron a colocarle como la voz única e incontestable. No es un efecto de menor cuantía aunque esté asentado sobre bases que pueden desmoronarse en el mediano plazo”.

La versión opositora

Por contra, la oposición y en especial los medios sostienen que no hubo golpe. El Comercio, el diario Hoy, El Expreso y El Universo consideran que el 30-S no se produjo un intento de golpe de Estado, ni hubo secuestro ni se trató de matar al Presidente.

Rafael Correa ha lanzado duros ataques a la oposición que no considera golpe los sucesos del 30 de septiembre de 2010

Una sublevación de policías “es inusual, inhabitual y merece ser rechazada, pero la tipificación del gobierno (como intento de golpe de Estado) dio paso también a explotar políticamente el hecho”, dijo a la AFP el analista José Hernández,  subdirector del diario Expreso.

“No hubo ni intento de golpe de Estado, ni de secuestro (de Correa) ni de magnicidio. Todo fue un show mediático de Rafael Correa”, sostiene  el ex presidente Lucio Gutiérrez (2003-2005), uno de los líderes opositores.

La protesta por reclamos salariales de parte de los agentes permitió que Correa fuera “victimizado” y que el gobierno recibiera un “balón de oxígeno” después de que la oferta política que lo llevó al poder en enero de 2007 se mostrara “agotada”, según Hernández.

“El gobierno no ha presentado una sola prueba que demuestre el más mínimo indicio sobre sus denuncias. Emplazo al presidente a que demuestre aquello, quiénes están implicados y cómo se organizó para que sean sancionados”, expresó a la AFP el legislador opositor César Montúfar.

Esta es la idea que sostiene Emilio Palacio, exeditor de Opinión de El Universo, quien se ha convertido en la bestia negra del gobierno correista: tuvo que se exiliarse en Estados Unidos después de ser condenado a tres años de cárcel por una demanda de Correa contra él por un artículo que publicó en su diario.

Palacio declaró al diario peruano El Comercio que “hay dos videos, en uno se escucha claramente al presidente decir que los que tomaron el hospital son traidores a la patria. Correa pensó cómo solucionar esa revuelta: los acusó de golpistas y mandó al ejército. Todo se le fue de las manos y no pudo retroceder. Si salía pacíficamente, no había el tal golpe, se acababa el cuento.¿Está diciendo que el presidente Correa inventó un golpe de Estado? Correa es un hombre que no tiene moral ni escrúpulos, puede utilizar la vida ajena para beneficio propio. No hubo ningún golpe de Estado”.