Colombia surge, Venezuela se hunde
La BBC de Londres publicó en la red una copia del programa acerca de Colombia y Venezuela producido por el comunicador británico Jonathan Dimbleby, como parte de la serie “A South American Journey” o “Un Viaje por Sur América”.
Lo primero que debo acotar es la seriedad y calidad del programa y lo equilibrada que fueron tanto el estudio como la información presentada.
Primero muestra un viaje por Colombia que comienza en Bogotá, la capital del país, ciudad de la que primero habla sobre el progreso alcanzado en materia de seguridad durante los últimos diez años, haciendo la salvedad de que aún persisten problemas, lo cual demuestra cuando la primera persona que visita, que es a una corredora de inmuebles colombiana que regresó de USA donde vivía debido a las oportunidades que ofrece su país, lo va a buscar en una camioneta de lujo y cuando va a bajar el vidrio de la ventana, se da cuenta que solo baja muy poco, la joven le explica que es por seguridad, pero que la situación es mucho mejor de lo que era antes. La corredora lleva a Dimbleby a una mansión lujosísima valorada en MM, que está a la venta. Además de la maravilla que es el inmueble la vendedora puede ofrecer tranquilidad, calidad de vida, buen ambiente y seguridad.
Pasan por una ciudad con calles limpias, vías en buen estado, carros nuevos, edificios bien mantenidos, una vía para ciclistas, utilizada por un muy nutrido público, el burgomaestre de la ciudad, acompañaba a Dimbleby montando en bicicleta, la gente saludaba a su alcalde con toda confianza, sin que este tuviera guardaespaldas (si los tenía no eran visibles), el tema de conversación era que la bicicleta había mejorado la calidad de vida del ciudadano común. Muestra después en las vías un canal que es solo para autobuses, unidades que están en excelente estado.
La gente se acerca al alcalde para protestar por los robos y le piden más seguridad y a este dialogando con su pueblo en forma directa. Muestran un barrio recuperado, lleno de murales con pinturas alusivas a la naturaleza, imágenes religiosas, paisajes, imágenes de paz y concordia, todos ellos pintados por los ciudadanos. Muestra una plaza en la que adolescentes y niños bailan rap y reggeton, sin violencia, sin temor.
Muestran en Medellín, una ciudad que ha pasado del estar tomada por el narcotráfico a ser una ciudad pujante, la conversación con un enterrador es una expresión vívida de los cambios, el segundo había sido tiroteado, y, salvó su vida milagrosamente, hoy en día aunque sigue habiendo crimen hablan de los logros alcanzados por el Plan Colombia en su lucha contra la coca. Un cementerio donde la mayoría de los que en paz descansan son jóvenes, muertos por la violencia. Un teleférico, instalado como medio de transporte popular, le simplificó la vida a toda una comunidad, que les ahorra tiempo para llegar a sus sitios de trabajo y les evita pasar por una zona en la cual los asaltos estaban a la orden del día. También hay murales que muestran las consecuencias de las narcoguerrillas, de la lucha que ha mantenido el país contra ese flagelo.
En las ciudades colombianas hay centros comerciales que hablan de la inversión privada y sobre como cada día llegan más inversionistas foráneos, creando fuentes de trabajo. Hablan de la cultura, de la educación. Reconocen que todavía hay mucho por hacer y pobreza, pero que están trabajando sobre esto, lo cual es visible. Muestran la reubicación exitosa de los desplazados por la guerrilla, los cafetales, la ganadería.. Se ven soldados cumpliendo con su trabajo de protección. En resumidas cuentas se ve una sociedad pujante, feliz, alegre, próspera, un país en el que se cultiva la esperanza, donde hay nuevas oportunidades, orden y limpieza. Con unos paisajes hermosos y con gobiernos que aman y sirven a Colombia.
El viaje a Venezuela comienza con la toma desde un helicóptero que muestra el “verde corazón de Venezuela”, siento escalofríos al ver las entrañas de mi patria, siento un nudo en la garganta que se apretará en la misma medida que veo en el programa de Dimbleby, la imagen que la Venezuela de hoy le muestra al mundo.
Lo primero que se ve es la Plaza Miranda llena de seguidores del oficialismo con sus camisas rojas, gritando consignas contra el Imperio y ejerciendo su derecho a mostrar el amor que sienten por su líder, quien es calificado por el comunicador como un hombre simpático, con labia, que sabe conectar con la gente. Una vez que termina el intercambio de saludos e ideas entre Dimbleby y los voceros de los manifestantes, el primero hace la siguiente observación “Odian al Imperio, pero USA es el principal cliente y es el que paga en dinero constante y sonante”.
Las tomas de Caracas muestran una ciudad sucia, con vías destrozadas, un tráfico insoportable, unidades de transporte en pésimo estado. Muestran una visita a un barrio de Petare, en el que se oyen disparos provenientes de una fiesta familiar, el policía que va acompañando al comunicador (con chaleco antibalas y rodeado de agentes) le explica lo que sucede con las fiestas, a medida que recorren el barrio le muestran unas callejuelas mugrientas, estrechas y oscuras, le hablan de la violencia y del peligro que ellos mismos corren, de hecho ese sargento ha recibido heridas en nueve oportunidades. Se habla de la muy abultada cifra de muertes violentas en nuestro país, de lo difícil que es su trabajo, El sargento no lo dice abiertamente pero en su expresión denota que la situación está fuera de control.
Luego Dimbleby se dirige a un pueblo de pescadores, por vía terrestre, su comentario se refiere a la bonanza e inmensa riqueza que tiene el país , se monta en una lancha pesquera . Los pescadores vestían franelas que reflejaban su identificación con Chávez. Los pescadores decían que con la nueva Ley de Pesa, se había terminado la pesca de arrastre, que ahora tenían mejor oportunidad. La pesca del día fue increíblemente abundante. Dimbleby estaba asombrado, cuando preguntó cuanto era el producto monetario de la venta del pescado, el tono de la conversación cambió, los pescadores dijeron que el precio era regulado, no se podía pasar de cierto valor (pero en el mercado el precio del pescado es altísimo). Después el comunicador va a un restaurant del pueblo, cuando le pregunta al dueño del lugar, este le contesta “De Chávez es mejor no hablar”, sus palabras denotan la limitación que la “revolución “le ha impuesto a la inversión privada por muy pequeña que sea.
Referente al cacao y la producción de chocolate, Venezuela tiene uno de los mejores cacaos del mundo. Dimbleby y un productor de una de las clases del más fino cacao, aparecen caminando, el productor le explica como su siembra floreciente establecida a lo largo de muchos años, fue confiscada, le fue cerrado el paso y se vino abajo. Al otro lado está la producción de cacao oficial, la gente trabaja pero la producción oficial, se ven unas mujeres arreglando círculos de semillas de cacao, una de ellas le enseña a Dimbleby como se lleva a cabo la operación y luego le termina diciendo “El cacao es afrodisíaco”.
Dimbleby pasa por una estación de gasolina (destartalada) y se queda asombrado de su bajo precio, sobre todo cuando lo compara con los precios que se pagan en el Reino Unido. Agrega “Con razón lo aman”, lo que no sabe el comunicador es que ese precio es a pérdida para la nación. También la producción petrolera se ha venido abajo y se está importando mucha d ela gasolina que se consume en el país.
Por último se muestra un hato, donde los llaneros está arriando un ganado. Los hombres se muestran felices haciendo su trabajo, el ganado no es de ellos, sino del hacendado, pero eso no es algo que les preocupe, siguen haciendo su trabajo y están orgullosos de hacerlo. Dimbleby les pregunta sobre la confiscación de las haciendas, quien le responde relata que una inmensa cantidad de haciendas han sido confiscadas y han quedado improductivas, que Venezuela ha perdido la soberanía alimentaria que una vez tuvo.
Es resumidas cuentas en todas las áreas tocadas en este viaje se muestra la destrucción de Venezuela, la hipocresía que hay en la alabanza mediática hacia los “logros” del actual régimen. También que hay un soterrado descontento del pueblo venezolano con lo que está sucediendo en el país.
Definitivamente Colombia surge, Venezuela se hunde, el contraste entre los dos países no puede ser más vigoroso para el primero y más triste para el segundo.
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