Tasas de interés por decreto en El Salvador
La tasa de interés es el precio más importante de la economía. Quienes se niegan a reconocerlo harían bien en informarse sobre la chispa que hizo estallar la bomba de la crisis financiera internacional. Se enterarían que fue la manipulación de la tasa de interés. Que es el precio del crédito.
Afectos al "fulbito" tribunero, ese que los impulsa a controlar precios en búsqueda del aplauso fácil, fueron varios los populistas vernáculos que no se anduvieron con minucias: atacaron por la yugular al sistema de mercado, pretendiendo ponerle un techo a su precio clave. Dicen ser de derecha, dicen ser de izquierda. Dicen tantas cosas.
El discurso barriobajero los lleva a enfrentar a la gente con los bancos, a los pobres con los ricos, a los "buenos" con los "malos". Discurso barato. Que no demuestra valentía sino pereza intelectual.
La cortedad de tales visiones maniqueístas quedará inmediatamente al descubierto, y ciertos actuales aplausos se transformarán en desaprobación, cuando muchas personas vean reducidos los límites de crédito en sus tarjetas. Y deban destinar sus pagos exclusivamente a reducir saldos, sin poder seguir utilizando las tarjetas para consumir.
Nadie dice que los bancos sean unos santos. Ni que estén libres de cometer abusos. Que los cometen. Son, eso sí, imprescindibles para el funcionamiento de una sociedad moderna.
Es función de la Defensoría del Consumidor proteger a los clientes de cobros no aceptados previamente. Esos que muchas empresas, entre ellas los bancos, suelen hacer. Pero no es función de la Asamblea inventarse una tasa de interés techo. ¿No funciona la competencia entre bancos? Que primero lo demuestre la Superintendencia de Competencia.
Surge la pregunta: ¿por qué a quienes tienen un límite de crédito bajo los bancos les cobran una mayor tasa de interés? La respuesta, estrictamente técnica (aunque algunos de los promotores de este desaguisado se burlen públicamente de los análisis técnicos…), es que hay dos motivos:
El primero es que el costo de administrar un crédito no varía sustancialmente si es de $300 ó si es de $3,000. Si una institución financiera le cargase, digamos, $60 anuales en concepto de costo operativo a ambos créditos, para el primero representaría un 20% del monto, pero para el segundo sería apenas un 2%. Alli ya hay 18% de diferencia, y no por diferencia de riesgo.
Si a un banco lo obligasen a cargarle el 2% a ambos créditos, responderá que ya no podrá seguir administrando el crédito menor porque con $6 no cubre sus gastos operativos. Y buscará sólo operaciones grandes. Buscará, además, otros países: para ningún banco el mundo termina en Comalapa. Invitarlos a que se vayan no demuestra bravura, sino torpeza.
Y el segundo motivo es el riesgo. Muy probablemente el crédito de $300 no tenga garantías, y pertenezca a una cartera con una morosidad mayor que la del crédito de $3,000. La tasa de interés no puede ser igual para ambos: algunos representan para los bancos un mayor riesgo que otros. Y eso se refleja en un componente de la tasa de interés denominado prima de riesgo. No es por maldad, sino para cubrirse de impagos.
El dinero que la banca otorga en préstamo, incluído el de las tarjetas de crédito, es de los depositantes. Sería interesante preguntarles a quienes promueven este techo al precio del crédito, si estarán dispuestos a poner en riesgo su dinero ("su" de ellos…), cuando los bancos no cobren primas de riesgo adecuadas.
Promoverán, entonces, la estatización de la banca. Socializando las pérdidas. Y llevarán su dinero a Panamá. Película conocida, cuyos promotores siempre eluden pagar el costo.
Por el contrario, quien debería pagar el enorme costo político de una recesión profundizada, de una población enojada al ver su consumo (aún más) restringido, y de las letales consecuencias de este nuevo golpe al clima de negocios, sería el presidente Funes.
Ejercer el veto le significaría un costo mucho menor. A la sociedad también.
Hasta la próxima.
El autor es Ingeniero, Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires) y columnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 25 de noviembre, 2013
- 16 de junio, 2012
- 8 de junio, 2012
Artículo de blog relacionados
El 16 de abril es el 106 día del año del calendario gregoriano. Quedan 259 días para...
16 de abril, 2011Diario de América Hay en la naturaleza un orden espontáneo, es decir, una...
10 de agosto, 2013Por Roberto Villacreses León IEEP Al contrario de lo que muchos pudieran creer,...
7 de octubre, 2008Por Jaime Bayly El Nuevo Herald Joaquín escribe novelas y crónicas. En ellas...
2 de julio, 2007