La expansión del yihad en los Balcanes
Aunque el extremismo islámico en los Balcanes es considerado un tema tabú en la mayoría de los medios de comunicación, sigue siendo materia de debate de alto nivel en la política de seguridad de la OTAN, y es considerado como punto muy sensible entre los responsables políticos europeos y estadounidenses por la importancia de aquella región considerada históricamente una frontera política fallida entre el Este y el Oeste pero muy especialmente por su importancia para el Sur de Europa.
En un cable filtrado del Departamento de Estado de EE.UU., fechado en el año 2005, el entonces embajador estadounidense en Sofia, John Beyerle señaló que “organizaciones extranjeras apoyaban el extremismo islámico en Bulgaria. El diplomático indicaba que Instituciones y grupos benéficos islámicos oficiales y privadas dependían económicamente de ellas. El informe fue clasificado como secreto y acontecimientos que han sucedido en los últimos años han dado testimonio de la existencia real de los referidos antecedentes.
De acuerdo a diversas agencias de seguridad internacionales, en los Balcanes y en Bulgaria en particular, varios grupos islamistas están operando y un gran número de ciudadanos de ese país está ayudando a organizaciones como Hezbollah en términos financieros remitiendo beneficios obtenidos a través del robo de automóviles, el tráfico de personas y la comercialización de drogas. Estas actividades ilegales son realizadas también por islamistas chechenos que operan en Bulgaria siendo los principales financistas de sus hermanos del Cáucaso. Los diplomáticos iraníes también están presentes y han sido individualizados en actividades de radicalización en el sur del país, zona que es principalmente de población musulmana.
En Kosovo, recientemente se ha establecido un movimiento social llamado “Bashkohu”, que significa “participación”, el liderazgo de la organización esta integrado por devotos musulmanes que están llevando adelante esfuerzos por lograr la aceptación de la hijab en las escuelas locales y quieren declarar la región donde habitan como territorio islámico desconociendo las leyes europeas, aunque el movimiento aun no es capaz de adquirir el peso necesario para poner en práctica sus ideas, la actividad global de ciertos círculos islamistas ha tomado ritmo y se estima que tan pronto como las agencias de inteligencias occidentales salgan de allí, sus ideas se manifestarán de una forma explícita.
Un caso emblemático tuvo lugar en 2009 cuando un albanés de Kosovo que residía en Nueva York fue detenido por autoridades estadounidenses por integrar una célula de Al-Qaeda mientras planificaba matar soldados americanos en los Balcanes. Betim Kaziu de 23 años había viajado a El Cairo a principios de 2009, allí contactó con los hermanos musulmanes locales y con yihadistas paquistaníes. Al mismo tiempo se incorporó al grupo terrorista Al-Shabab de Somalia. Pero su plan fracasó cuando el FBI lo detuvo en suelo americano. Desde 2006 se han dado casos tanto en EE.UU. como en Alemania en los que se detecto aspirantes a yihadistas de Kosovo con un alto nivel de participación, y al mismo tiempo, por lo menos una docena de servicios de inteligencia de diferentes países han localizado unos 30 elementos que se unieron a la yihad con fines de atacar EE.UU., Francia y España, todos ellos provenientes del norte de África y que intentaron ingresar a la Unión Europea a través de los Balcanes. La atención que está recibiendo Kosovo con respecto a la amenaza del Islam radical es un tema que no ha sido investigado a fondo por los principales medios de comunicación y que se mantiene, por el momento, como tarea de las agencias especializadas de varios países de Europa.
A principios de julio de 2011, un número significativo de musulmanes se reunieron en las calles de Pristina y organizaron oraciones en las calles y manifestaciones para exigir la creación de una mega mezquita en el centro de la ciudad. Los manifestantes portaban banderas de Hamas y Hezbollah y muchos de ellos estaban vestidos con uniformes usualmente utilizados por estos grupos.
El tema de la radicalización del Islam es en realidad un tema paneuropeo y no debería ser un problema solo de los Balcanes. En Francia y en Bélgica, los gobiernos han aprobado leyes que prohíben el uso de la Burqa y el Niqab en espacios públicos y en Suiza en un referéndum de 2009 hubo un porcentaje del 42% a favor de la creación de nuevas mezquitas en el país. En el Reino Unido, desde 2007 han habido ciertas restricciones por el Ministerio de Educación con respecto a la vestimenta de los estudiantes en las escuelas públicas, mientras que una reciente encuesta realizada por el diario francés “Le Monde” reveló que el 42% de los franceses y el 40% de los alemanes consideran al Islam como una “amenaza” y hasta un 70% ve la integración de musulmanes como “problemática” dentro de las sociedades francesa y alemana.
En noviembre de 2010, Ángela Merkel reconoció el colapso de la multiculturalidad en Alemania, en paralelo, preocupaciones similares fueron planteadas por el PM británico Cameron. Si se añaden las recientes políticas de Sarkozy en Francia y la coalición gubernamental italiana en Roma, así como el sentimiento público y político en Austria, Países Bajos, Bélgica y Finlandia, se debería comprender fácilmente que el Islam como religión cuenta con un segmento radicalizado que pronto generara retos enormes que pueden aislar a muchos musulmanes no radicalizados que intentan asimilarse respetuosamente en las sociedades europeas. En este sentido, el problema del extremismo de naturaleza islámica en los Balcanes, inevitablemente debería ser tratado como un asunto europeo. Por ejemplo, el reciente veto de Países Bajos y Austria contra de la inclusión de Bulgaria y Rumania en el tratado de Schengen se basa en la suposición que los Balcanes son la puerta principal por la cual los inmigrantes ilegales musulmanes constituyen un riesgo para Europa. Debido a razones de corrección política en Bruselas, los términos “controles personalizados y crimen organizado” no se han mencionado hasta el momento, aunque la realidad es que algunos Estados europeos temen que un nuevo corredor de acceso libre se abra para que un gran número de inmigrantes ilegales desde Afganistán, Pakistán y así, otros países invadan los Balcanes de camino a los Estados europeos occidentales.
En resumen, a lo que la Unión Europea debería prestar atención es que hay tres núcleos principales de poder relacionados con los asuntos islámicos en los Balcanes. Al primero de estos núcleos lo llamaría “Neo otomano”, es el que esta dirigido por Ankara y Estambul mediante actividades del Ministerio turco de Exteriores, de instituciones gubernamentales turcas y organizaciones de caridad que pretenden desarrollar una mayor influencia turco-balcánica por razones nacionalistas y no exclusivamente relacionadas con la religión en si misma. Otro bloque de poder es el “Wahabí”, uno de los más importantes en Oriente Medio y que dispone del apoyo de Arabia Saudita y Kuwait cuyo objetivo de “islamización” de la región va en consonancia con el camino que el poder wahabita planifica establecer en su meta final para la islamizacion de los países de Europa. Un tercer jugador es Irán, que sigue activamente tratando de ganar puntos de apoyo y extender su influencia sobre todo con el propósito de mantener un alcance global y extender así su disuasión contra sus supuestos enemigos occidentales.
El verdadero problema aquí, es que el enfoque realista sobre estos hechos evidentes no existe en los países occidentales en general y en los EE.UU. en particular. Aunque el carácter peligroso de las actividades de muchos grupos e individuos a través de los Balcanes se ha señalado, sin embargo, el carácter generalizado de la corrección política junto con un irracional miedo a una “nueva era de guerra fría” así como la inacción para impedir una “invasión de influencia rusa” a Europa del Sur y el Mediterráneo ha paralizado el enfoque dinámico de la cuestión. Desafortunadamente, para muchos responsables políticos de Europa y América, la historia no es entendida como un proceso dinámico abarcativo y es considerada con un enfoque mecanicista en el que se cree que alguien puede realmente predecir y cambiar el curso de los acontecimientos a su gusto. Lo cierto es que la única y mayor certeza de la historia es que siempre se ha mostrado en favor de la razón, por lo que los errores que se cometan, tarde o temprano pueden llegar a pagarse muy caros.
El radicalismo islamista en los Balcanes se relaciona directamente con células terroristas en todo el mundo, a su vez, está indirectamente relacionado con poderosos grupos criminales de niveles impredecibles. Por lo tanto, la mala gestión política o pasar por alto la cuestión pueden tener consecuencias globales muy graves en términos de seguridad hemisférica. En otras palabras, vienen años muy difíciles de confrontación cultural y política y hay eventos que se han ido acelerando desde el fin del mundo bipolar que pueden alcanzar niveles más duros a juzgar por los conflictos étnicos y religiosos que se observan en la actualidad. De allí que los Balcanes parecen ser terreno ideal en la confrontación que éste choque esta mostrando y puede mostrar aun en una región de las más cercanas y volátil para Europa Occidental que parece ignorar sus tensiones latentes bajo la superficie y continua debatiéndose en la nebulosa de su corrección política.
- 23 de julio, 2015
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