Europa: recelos y estereotipos
Es verdad que muchos dirigentes y ciudadanos europeos expresan su preocupación por el Islam en general, otros proyectan ciertas conclusiones alarmistas basados en las tendencias demográficas de las comunidades musulmanas. Pero lo notable es que a menudo la gente confunde el problema de la integración de inmigrantes en sociedades occidentales con la lucha contra el terrorismo. Y esta no es la manera correcta de abordar la materia. Concretamente, el problema lo constituyen los yihadistas que se han infiltrado en las comunidades musulmanas y no la gran mayoría musulmana silenciosa. Por tanto, se torna imperioso ayudar a la comunidad para marginar y aislar a los seguidores del yihad que intentan imponer su ideología sobre ella.
Actualmente, los radicales utilizan tácticas del viejo estado teocrático en sociedades europeas modernas, esa herramienta es utilizada también por los yihadistas contemporáneos y ese debe ser eje del debate. En la antigüedad tales tácticas conformaban el instrumento para la defensa y expansión del Estado islámico o para preservar o ganar territorio. Pero con el colapso del califato, en principio, su utilización termino. Hoy se debe hablar del yihad como una ideología ya que los yihadistas modernos están pidiendo la vuelta del califato pero con base política-ideológica, y aunque no es exactamente igual, sería como si los nacionalsocialistas pidieran el regreso del Tercer Reich.
Muchos pueden estar de acuerdo con que los musulmanes en Europa se sienten discriminados debido a su religión. Esta impresión puede llevar a una posición defensiva a la que Europa perciba como agresiva. Pero en realidad las causas originales de intolerancia mutua entre las sociedades occidentales y musulmanas deben buscarse en otros elementos y acontecimientos más antiguos. Los yihadistas sostienen que las sociedades occidentales son hostiles al Islam por naturaleza y no se apartan de esa posición. Pero si observamos en profundidad cómo las sociedades europeas ven al Islam, descubrimos que no saben mucho sobre él. Entonces, si los europeos no saben mucho sobre el Islam, significa que están respondiendo a algo que no conocen, aunque lo que observan son crecientes manifestaciones de fundamentalismo. Los europeos comenzaron a ser hostiles especialmente después de los golpes terroristas en EE.UU, Madrid, Londres y ante otras manifestaciones del yihadismo radical. Y lo cierto es, que a quienes adhieren al yihadismo se les pueden oír claramente en Europa, pero esto no sucede de igual forma con la mayoría musulmana silenciosa. Así, no pocas sociedades europeas están reaccionando al discurso utilizado por los yihadistas cuyas proclamaciones confrontan con sus valores democráticos. De allí que la reacción de algunas sociedades esta siendo muy primitiva en algunos casos y lo que se observa es que una pequeña minoría comienza a atacar el núcleo de la religión islámica o bien que la mayoría de las sociedades europeas comienzan a distanciarse de la comunidad musulmana. Y esta es la táctica exitosa que los yihadistas desarrollan a la perfección para provocar esa reacción europea hostil hacia el Islam. Así, luego, la mayoría de los musulmanes reacciona ante ello y los yihadistas ganan.
Uno puede preguntarse por que sucede esto. El problema es solo uno. A mi juicio, lo que ha sucedido es que algunos gobiernos y académicos europeos no han hecho bien su trabajo en los últimos 25 años, ellos no explicaron a la opinión pública que lo que ven “no es una mayoría musulmana sino una minoría yihadista”. El problema es de ignorancia y desconocimiento en la materia. De allí que el sistema educativo debería enfatizar que el islam es una religión como otras pero que el yihad es un movimiento ideológico, y que hay una gran diferencia en ello, no se debe confundir a los dos en una sola cosa puesto que no estamos ante un problema de tolerancia o de convivencia, se está ante un caso muy claro de desconocimiento en amplios sectores sociales europeos que buscan encontrar raíces del terrorismo en el Islam, y claro que si uno pretende hallar esas razones puede encontrarlas en los textos que hablan sobre la guerra y la yihad. Pero la guerra es una cosa y el terrorismo es otra.
Los yihadistas contemporáneos estudian el Corán para extraer de él versos que refieren a la violencia y luego les dicen a los musulmanes que es su deber comportarse de acuerdo a esas palabras. En éste escenario hay que ser objetivos, es concreto que hay puntos conexos entre la guerra y el terrorismo pero eso es todo. El problema no es si eso está allí, el problema es si se está utilizando como modelo para la actividad del yihadismo.
Sin embargo, muchos se preguntan cómo integrar exitosamente a los musulmanes en Europa y romper con los estereotipos. La respuesta es una sola, hace falta educar a la opinión pública sin magnificar o restarle importancia al tema, ello debe ser realizarse sin igualar al Islam ni sólo con la paz, ni sólo con la guerra. Es imprescindible transmitir a las sociedades europeas que el problema del terrorismo viene de una ideología, no de una religión. Es cierto que hay una conexión entre ambas pero tiene que explicarse correctamente y de forma que los ciudadanos de Europa lo comprendan. Es allí donde hace falta un amplio esfuerzo educativo sobre el tema y si los gobiernos europeos realizan eso, paulatinamente la opinión pública apoyará sus políticas de acción y gestión.
En dirección a las políticas para con las comunidades musulmanas; la dirigencia europea debe focalizar su energía y esfuerzos en educarlas sobre la democracia y el pluralismo, lejos de la influencia del yihad, por ello es necesario apoyar y estimular fuerzas democráticas dentro de las comunidades musulmanas y permitir el debate entre yihadistas y anti-yihadistas. Si ese debate se da, se estará ayudándo a escoger a las personas y seguramente los anti-yihadistas se impondrán. Pero lo mas importante, se estará brindando apoyo a jóvenes musulmanes que se sienten frustrados y padecen lo que la fuerza dominante en el seno de su comunidad les dice: ”Si no haces aquello y si no observas esto estás contra el Islam”. Pero nadie les dice que pueden ir a una mezquita sin tener la obligación de abrazar la ideología yihadista.
Lo que hace falta en la Europa actual es fortalecer y consolidar el lado débil de la democracia, apoyar la laicidad, las organizaciones de artistas e intelectuales y también a los muchos grupos de mujeres musulmanas que están en contra de la ideología yihadista. Existen opciones, no es un problema que carezca de alternativas para ser superado. El impedimento en lograr el éxito se debe básicamente a la inacción de los gobiernos Occidentales que en la práctica no saben muy bien lo que deben hacer y por ello que transitan la etapa crítica actual.
George Chaya es asesor y analista político especializado en Oriente Medio e Ibero América en asuntos relativos a las Relaciones Internacionales y la Seguridad y Prevención del Terrorismo, es autor de “La Yihad Global, el terrorismo del Siglo XXI” y varios libros de pensamiento.
- 23 de julio, 2015
- 19 de diciembre, 2024
- 29 de febrero, 2016
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