El dinero interno bancario
Un banco puede producir dinero interno: billetes de banco y depósitos a la vista que sus clientes y otros agentes pueden utilizar como medios de pago en vez del dinero en sentido estricto (dinero externo, bien mercancía de aceptación generalizada como las monedas de oro y plata).
El dinero en sentido estricto es un activo financiero que no es pasivo de nadie más. Los complementos o sustitutos monetarios, billetes y depósitos, son pasivos emitidos por el banco, promesas de pago o deuda a la vista que dan derecho a su tenedor para reclamar el cobro de dinero mercancía en sus sucursales en cualquier momento. Un billete es un documento al portador que puede ser intercambiado o negociado sin notificarlo al banco, mientras que un depósito es un apunte contable (en la cuenta de un cliente concreto) gestionado por el propio banco, y cuya modificación o transferencia requiere algún tipo de comunicación al banco (cheque, aviso de domiciliación de recibos, solicitud de transferencia, tarjeta de débito).
Los billetes y depósitos no tienen valor en sí mismos sino que dependen de sus referentes (el dinero externo y los activos líquidos que los respaldan) y son medios fiduciarios porque se basan en la confianza de los usuarios y la reputación de los emisores: la aceptación de una promesa de pago como medio de intercambio (monetización de deuda) depende de la confianza que tenga el receptor en que esa promesa podrá ser cobrada en dinero sin pérdida o transferida a otro agente que a su vez la acepte como medio de pago por su valor nominal (sin descuento). Puede haber algún descuento por desconfianza o por costes de transacción para convertir el billete en dinero (distancia a una oficina bancaria, cada banco tiene un ámbito geográfico limitado).
El que un cliente opere con un banco demuestra que confía en él: los pagos y cobros entre clientes de un mismo banco se producen mediante entrega de billetes de ese banco o mediante transferencias contables internas. Los intercambios entre clientes de bancos distintos pueden llevarse a cabo de forma semejante si ambos bancos son fiables y se sabe que cada uno acepta las promesas de pago del otro. Estos bancos pueden utilizar cámaras de compensación para gestionar la cancelación de deudas compensables y saldar las cuentas mediante transferencias de dinero externo.
La aceptación o rechazo de promesas de pago de un banco se realiza en dos niveles: por los agentes individuales que las usan o no, y por otros bancos que llegan o no a acuerdos comerciales de mutua aceptación de sus pasivos a la vista. Estos dos niveles están conectados: a un banco no le interesa llegar a acuerdos con otro de mala reputación entre sus clientes (reales o potenciales), y los agentes individuales no aceptarán promesas de pago de otros bancos si su propio banco no les garantiza su cobro. Los billetes y depósitos de bancos menos fiables o peor asociados con otros bancos establecidos tienen más dificultades para circular a la par. Las asociaciones entre bancos establecidos pueden utilizarse para restringir la competencia y dificultar la aparición de nuevos bancos.
La confianza no es un fenómeno psicológico caprichoso o arbitrario, sino que suele estar basada en fundamentos reales. Un banco prudente y con buena reputación tiene un balance ajustado con activos que se corresponden en plazo y riesgo con sus pasivos. Para poder atender a sus obligaciones de pago de sus billetes y depósitos a la vista (pasivos de plazo cero o mínimo) un banco necesita disponer de reservas monetarias (dinero externo) y activos líquidos (seguros, a corto plazo, de valor estable, con buenas garantías o colateral y negociables con facilidad y rapidez). La distribución concreta de reservas y activos es una decisión empresarial que depende del conocimiento profesional del negocio y sus circunstancias concretas.
El sistema bancario puede estar parcialmente jerarquizado y centralizado: además de aceptarse o no sus respectivas promesas de pago, los bancos pueden tener diversas relaciones entre sí, por ejemplo prestándose dinero unos a otros; un banco puede utilizar como activo el pasivo de otro banco (billetes o depósitos); no todos los bancos emiten sus propios billetes, y los bancos locales más pequeños pueden operar con los billetes de otros bancos más grandes y globales; algunos bancos pueden especializarse en prestar a otros bancos o custodiar sus reservas de liquidez (son bancos de bancos, unos bancos tienen cuentas abiertas en otros bancos).
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