El Salvador: Pensiones privadas…, de opciones
La reciente noticia sobre las reformas al sistema de pensiones ("estamos dándoles los últimos retoques", expresó el Superintendente de Pensiones, EDH, 25/Nov., pág. 2), puso nuevamente en la picota los problemas de diseño que dicho sistema tiene.
La urgencia es porque el Estado está alcanzando el porcentaje límite que puede tomar prestado de los fondos de pensiones privados. Cabe destacar que lo hace para poder pagarles a los actuales pensionados, que en su momento habían aportado al antiguo sistema estatal. Una obligación del Estado.
Dicho límite es del 30%. Los montos ya tomados por el Estado representan el 29.4%. ¿Pedirá ahora el 50%?
Algo funciona mal en un sistema de ahorro para pensiones, y ello explica gran parte del problema…, cuando apenas el 28.1% de los afiliados está efectivamente cotizando ("Diagnóstico del sistema de pensiones en El Salvador: 1998-2010", FUNDAUNGO, Julio 2011). ¿Por qué será que a la gente no le interesa el futuro "brillante" que les venden las AFP?
La realidad es que la previsión social en América Latina nunca fue ni previsora ni social: las evidencias están a la vista. No lo fue antes, cuando era estatal. Tampoco lo es ahora, que es privada. Y tan compulsiva como la estatal.
Para justificar la obligatoriedad se dice que "… un comportamiento irresponsable (de determinado trabajador) … termina imponiendo al resto de los trabajadores la necesidad de subsidiarlo (en su vejez) a través de pensiones asistenciales … " (Análisis del sistema de pensiones vigente en Chile, Alfonso Mujica, 1988).
Resulta difícil justificar que deban ser sólo los trabajadores responsables quienes, con sus aportes obligatorios, subsidien a los irresponsables. En todo caso, ¿por qué a esa carga no la comparte toda la sociedad?
Refiriéndose a este tema, Alberto Benegas Lynch (h) y Martín Krause señalan, no sin ironía, que "… resulta paradójico que se considere que la gente es capaz de elegir gobernantes pero no lo es para prever su propio futuro" (Jubilaciones: cuenta regresiva a la miseria, ESEADE, Buenos Aires, 1991).
Nadie niega que el Estado pueda, y deba, cumplir con su función subsidiaria en casos específicos. La pregunta es, ¿por qué se tiene que castigar con tal carga sólo a los salarios?, ¿por qué se tiene que afectar exclusivamente a la remuneración al trabajo? Socialismo al revés, capítulo 1.
Desde un punto de vista formal el sistema de pensiones vigente en El Salvador es privado: el Estado no es dueño del dinero que se aporta, los aportes se hacen a través de las AFP, y la acumulación de ahorros de cada trabajador es individual.
Sin embargo, la realidad que yace debajo de esas formas tan cuidadas dista de ser saludable: el Estado ejerce (y ahora buscaría ampliar) el injusto privilegio de financiarse con esos fondos "cautivos", pagándoles tasas artificialmente bajas. Subsidiadas por los trabajadores. Socialismo al revés, capítulo 2.
Asimismo, habría que ser ingenuo para ignorar las características oligopólicas del mercado de las AFP.
En efecto, independientemente de si en la actualidad existe cartelización o no, están dadas las condiciones para que la competencia entre ellas sea dudosa (o que la falta de competencia sea indudable…). Y ello ocurre en un mercado que necesita de la competencia mucho más que ningún otro, por ser de adhesión obligatoria.
La característica de los sistemas privados como el que, al menos en las formas existe en El Salvador, es la acumulación de ahorros con capitalización individual. Y eso es bueno.
Lo malo, sin embargo, es que tiene reglas arbitrarias de inversión (desde mucho antes del 2009…), que lo convierten en una fuente barata para financiar obligaciones del Estado. A costa de los trabajadores.
Una vuelta al sistema estatal sería nefasta, aunque no pareciera que "los últimos retoques" mencionados se refieran a tanto. De todos modos, a nadie debería sorprender la mentalidad anti-privatista que persiste en buena parte de la población: es lo esperable cuando "privado" significa privado de opciones.
Hasta la próxima.
El autor es Ingeniero, Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires) y columnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 25 de noviembre, 2013
- 16 de junio, 2012
- 8 de junio, 2012
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