Argentina y la convertibilidad: el verdadero fin
La libre convertibilidad del peso con el dólar fue la característica principal de la política cambiaria de la Argentina entre marzo de 1991 y octubre de 2011.
Para una economía bimonetaria como la Argentina, un ciclo de más de 20 años de libre convertibilidad permitió mantener los ahorros de los argentinos (en dólares por razones obvias) «a disposición» del consumo y la inversión local.
Como se sabe, las modificaciones a la política cambiaria vividas desde finales del año 2001, si bien alteraron el valor del dólar respecto del peso, mantuvieron la libre conversión de la divisa y la regla (innecesaria desde el punto de vista de un régimen de flotación administrada, pero ineludible en un esquema de libre conversión) de que las reservas internacionales del Banco Central deberían respaldar, en cada momento, a la base monetaria convertida en dólares al tipo de cambio promedio de cada día.
Violación
Sólo el excedente de las reservas que superaran el respaldo de la base monetaria, las llamadas «reservas de libre disponibilidad», podían ser utilizadas para ser prestadas al Tesoro, para el pago de deuda pública, primero a organismos multilaterales y luego extendido a cualquier acreedor.
El Gobierno fue utilizando dichas reservas, violando la letra y el espíritu de la actual Carta Orgánica del Banco Central, con la complicidad del «fantasma» de la UCR, siempre dispuesto a violar las instituciones mientras se haga «legalmente», dejando en su lugar «vales de caja» sin valor de mercado.
Como se sabe también, en octubre de este año, se puso fin a la libre convertibilidad del peso contra el dólar, con el pretexto, también ilegal, de controlar el lavado de dinero (pasar fondos de negro a blanco) y, simultáneamente, la evasión impositiva (pasar fondos de blanco a negro).
Con los datos oficiales -que incluyen alguna cosmética, con préstamos del BIS y encajes en dólares de los depósitos en los bancos-, «las reservas de libre disponibilidad» ya son negativas. Han desaparecido.
Entonces, habrá que cambiar la ley, para seguir pagando con reservas deuda pública. Sólo un detalle.
Separación
El tema más importante es que, al poner fin a la libre convertibilidad, se han separado los ahorros de los argentinos de su consumo y su inversión local. Sin duda esto afecta el nivel de actividad. Paradójicamente, menor nivel de actividad, al reducir las importaciones, aumenta el saldo comercial y los dólares de las reservas. Finalmente, la «caja en dólares» ajusta por desaceleración de la economía.
La libre convertibilidad se ha terminado, porque ya no hay reservas para respaldar la base monetaria. Un extenso ciclo llega a su fin. La fiesta populista se quedó sin dólares.
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