Daniel Ortega entre sonidos familiares
Las lamentables elecciones presidenciales nicaragüenses del pasado 6 de noviembre presuntamente consagraron, una vez más, a Daniel Ortega como presidente del país centroamericano.
Pero muchos creen que eso no es necesariamente así. Primero, porque la reelección de Ortega está prohibida expresamente por la Constitución de Nicaragua, obstáculo que Ortega logró “burlar” acudiendo a una “interpretación” torcida de algunos (no todos) jueces de la Corte Suprema de su país, conocidos por su absoluta sumisión al líder “sandinista”. Segundo, porque son muchos quienes -dentro y fuera de Nicaragua- ahora tienen la certeza de que efectivamente hubo un fraude masivo en el cómputo de los resultados que consagraron triunfador a Ortega con un absolutamente sorprendente (y poco creíble) 62,46% de los votos.
Por esto no es llamativo, sino normal, que desde el arco de la frustrada oposición se haya decidido convocar a una marcha multitudinaria. En repudio al fraude, exigiendo nuevos -y esta vez trasparentes- comicios nacionales.
Allí estarán el principal partido de oposición, el Partido Liberal Independiente y la Unión Ciudadana por la Democracia, asociación que ahora aglutina a nada menos que 16 organizaciones no-gubernamentales, todas ellas críticas de Daniel Ortega. La manifestación tendrá lugar en Managua, en la cercanía del Consejo Supremo Electoral, al que se tiene como principal responsable del fraude.
Mientras tanto, el Comandante en Jefe del Ejército de Nicaragua, el general Julio César Avilés, ha reconocido en cambio el triunfo de Ortega. No faltaba más, general.
Para el discurso oficial del gobierno, sólo se trata de “desestabilizar” a Ortega. Y así lo sostienen sus voceros. Falta que se invoque el carácter “destituyente” de la marcha. Para quienes, imponiendo su conocido discurso único, tratan de manipular a la opinión pública (en distintas partes, pero de la misma manera), el lenguaje ahora los delata. En rigor, los adjetivos, que son siempre los mismos, en lo que es una suerte de constante partitura, muy fácil de identificar.ç
En paralelo, el ex campeón mundial de boxeo Ricardo Mayorga (a la manera de un Luis D’Elía local), conocido por su “simpatía” hacia Ortega, está organizando una “contra-movilización” a favor del oficialismo. Con palos y máscaras y con un trayecto que apunta a estar en las cercanías de la marcha de la oposición. De manera de amedrentar a quienes protestan contra el fraude. ¿Invitará a Diego Maradona?
Emilio J. Cárdenas fue Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.
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