Sin Twitter no existís
A las nuevas generaciones, integradas por los nativos digitales, les resulta imposible concebir la vida sin el Facebook y sin el Twitter como medios imprescindibles en su rutina diaria. Los celulares y las redes sociales constituyen extensiones naturales de sus manos y medios de comunicación que desplazan el diálogo frente a frente de dos personas. La era digital está cambiando radicalmente la forma de vida de los niños, adolescentes y jóvenes del presente.
Una jovencita llega a la casa de su amiga y, en vez de tocar el timbre, le envía un mensajito: “stoi fra”. Un niño está viendo tele en la sala y mensajea a su hermana que está en el patio: “vni q mpiesa”. Una señorita está en el shopping y ve al novio de su amiga tomando café con otra chica, le saca una foto, la sube a su Facebook y chatea con la ausente sobre qué está pasando. El estudiante debe hacer un trabajo práctico sobre las características del imperio persa, se mete en el buscador Google y al instante tiene diez monografías que desarrollan el tema.
Hay aspectos peligrosos: un preso en Tacumbú se hace “amigo” virtual de una adolescente, obtiene de ella fotos con poca o ninguna ropa y luego la extorsiona. O facetas curiosas: nuestra compatriota Larissa Riquelme es conocida como “La reina del Mundial Sudáfrica 2010” cuando en verdad ella no estuvo allá y vio el certamen desde aquí por televisión.
El fenómeno es tan reciente que aún no se cuenta con estudios científicos fundamentados sobre las consecuencias de estos cambios en los medios de comunicación entre las personas y a través de las redes sociales en internet. Hay algunas pistas de investigadores y pensadores que nos ponen en situación de alerta aunque no hay conclusiones claras y definitivas en la materia.
Los nativos digitales están desarrollando una nueva cultura que incluye formas anteriormente desconocidas de comunicación, lenguajes renovados y una escala de valores que desconciertan a los mayores.
Si antes para las chicas el casamiento era una meta apreciada, hoy ya no lo es. Si anteriormente para los varones tener un título universitario era lo máximo, hoy ya no es así. El respeto a los padres era un valor generalizado, pero en nuestros días las cosas cambiaron y tal respeto en parte se ha perdido porque hay hijos que de hecho saben mucho más que sus padres y que sus docentes escolares en relación, por ejemplo, a las nuevas tecnologías.
La publicidad de este nuevo mundo afirma que puedes ser “amigo” de Barak Obama o de Benedicto XVI a través de sus cuentas de Twitter o sus fanpage en Facebook y quizás en la vida diaria no conozcas el nombre del muchacho que vive al lado de tu casa o en el departamento de enfrente.
La tentación de afirmar que antes se vivía mejor es muy fuerte, pero es una fantasía. La sociedad evoluciona, las costumbres cambian, la ciencia inventa nuevas maravillas. Solo es un mundo diferente. En esta sociedad de red de redes digitales, los adultos mayores no existimos. No es tan grave. Ya tuvimos nuestros pantalones oxford, las minifaldas, las pelotas de goma, las muñecas de trapo, a Los Beatles y las esquelas de amor con corazoncitos en colores.
- 23 de julio, 2015
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