Venezuela: Los costos de la ley de precios
Los controles cada vez más exhaustivos que viene aplicando el Gobierno en su tránsito hacia el socialismo, están acelerando la destrucción de la economía.
Esta situación se traduce en empobrecimiento, inflación, desempleo, corrupción, mercado negro y devaluación. En efecto, demostrada hasta la saciedad la incapacidad oficial para atender la demanda de bienes y servicios que requiere la sociedad, el líder de la revolución pretende enfrentar el problema endeudándose, expropiando empresas, exacerbando el gasto público y aumentando las importaciones del sector público (aunque éstas se pudran en los puertos).
Cree el Presidente que si aumenta el gasto del Estado el pueblo se sentirá mejor. Eso puede ocurrir por un corto tiempo. La realidad es que cualquiera que reciba un mayor ingreso, procurará comprar más bienes. Ahora bien, si esos bienes no están disponibles, el resultado será que habrá más dinero tratando de comprar menos bienes. Inevitablemente aumentará la inflación, que a estas alturas ya podríamos calificar como "galopante" y que, por esta vía, concluirá en "hiperinflación".
El Gobierno cree que puede controlar la situación mediante la Ley de Costos y Precios Justos. Opina que aunque se incremente el circulante, los controles impedirán que las empresas suban los precios (sin importarle que quiebren).
Les tengo, señores del Gobierno, una mala noticia. El daño que le están haciendo a la economía y al pueblo, hará que ustedes pasen a la historia como los peores gobernantes que hemos tenido.
Salvo en tiempos de guerra no existe en la historia de la humanidad un solo caso en que ese tipo de controles haya tenido éxito. Por razones académicas quizás sería interesante que alguno de los ministros -quizás Giordani- estudie las consecuencias que, por ejemplo, tuvo en el Imperio Romano el Edicto de Precios Máximos de Diocleciano (año 301 de la era cristiana). Desde entonces, las cosas no han cambiado.
Como una humilde contribución a la comprensión del problema, me voy a permitir transcribir a continuación la pág. 659 de un libro titulado .
Lo anterior no quiere decir que el Estado deba ni pueda renunciar a ciertos controles. Lo que sí tiene que hacer el Estado es impedir y frenar la discrecionalidad de los funcionarios públicos, incluyendo de manera muy particular la del Presidente de la República.
Al leer las barbaridades contenidas en la Ley de Costos y Precios Justos, me atrevo a agregar un Séptimo Postulado: Cualquier gobernante que pretenda violar sistemáticamente las leyes fundamentales de la economía terminará, más temprano que tarde, execrado por su propio pueblo.
Los costos de la ley de precios acabarán con este gobierno.
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