“Bocazas” Correa
La Corte Nacional de Ecuador ratificó la condena al periodista del diario “El Universo ” de Guayaquil, Emilio Palacio, a tres años de prisión y a pagarle 10 millones de dólares al presidente de ese país, Rafael Correa.
La sentencia fue dictada el 28 de diciembre, el “Día de los inocentes”, que encaja precisamente con lo que es Palacio: una víctima inocente del régimen autoritario que Correa ha impuesto en el Ecuador. Palacio y tres directivos propietarios del diario fueron demandados por Correa por sentirse agraviado por un artículo de Palacio en el que le acusa de haber inventado un intento de golpe de Estado contra él y de haber ordenado abrir fuego a discreción y sin previo aviso contra civiles durante una revuelta policial en septiembre de 2010, en que reclamaban mejoras salariales.
El Mandatario, según él dijo, se presentó a la justicia como un ciudadano más para salvar su honor personal, pero hete aquí que la sentencia, aplicada por un juez provisorio, de acción ultra rápida, que había ingresado al poder judicial recomendado por el abogado de Correa, se fundamentó en normas que amparan a la figura del presidente de la República. Aquello de “un ciudadano más”, nada que ver.
El hecho es que Palacio no tuvo chance de defenderse y hasta le fue negado un recurso de apelación para ir a una “casación” y revisar la sentencia primaria, por lo que debió exiliarse en Miami.
Una actuación judicial típica del “chavismo” o del “fujimorismo” o, yendo más atrás, del “somocismo”, o hacia delante, pero sin trasladarnos mucho, del “orteguismo”.
Pero no se puede cortar tan grueso. Si se escarba un poco, aparecen otros porqués. Surgen algunos datos que explican este atropello desmedido de Correa.
Seis años atrás ya Rafael Correa había tenido un encontronazo con Emilio Palacio. Aquel, en esa época era Ministro de Finanzas del gobierno de Alfredo Palacio, presidente de Ecuador (2005-2007) y medio hermano del periodista en cuestión, quien a su vez ya se desempeñaba como hasta el momento que tuvo que escapar de Ecuador perseguido por el Gobierno como editorialista de El Universo.
A raíz de unas declaraciones que Correa hizo contra la dolarización -aún hoy vigente en el Ecuador-, que aparentemente generaron una gran inquietud en la población y más aún en los mercados, Emilio Palacio escribió un artículo en el que decía que los ministros de finanzas tenían que ser mudos y al que tituló “Bocazas”.
Eso enojó mucho al joven e irascible ministro. Incluso se quejó al Presidente. Ya en ese momento amenazó con un juicio y dijo por ahí que si no lo hizo fue por la relación familiar entre el periodista y el Presidente, pese a que entre estos se manejaban muy independientemente. Además, Correa debe haber calculado que no le iba a ir tan bien como con el de ahora. Emilio Palacio incluso le pidió disculpas por el título diciendo que fue un poco en broma.
Pero no se lo perdonó. Una cosa es que le digan que inventó un golpe de Estado. O que dio orden de abrir fuego. O condonar 10 millones de dólares. Pero que le llamen “Bocazas”, eso sí que no. “Bocazas” a él. ¿Con qué pruebas?
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