Inflación: Te conozco, bacalao, aunque vayas ‘disfrazao’
Parece que hay una moda en algunos gobiernos que cuando se descontrola la inflación, se disfrazan de jueces y le echan la culpa a todos menos a ellos.
Dos claros ejemplos
La economía venezolana tiene una de las inflaciones más alta del mundo y las más alta según una lista de 78 países que sigue la agencia e noticias financieras Bloomberg . En el 2011, cerro 27.6%. La inflación domino casi todos los rublos: alimentos (33.9%), Restaurantes y hoteles (31.6%), Transporte (31.4%) y Bienes y servicios diversos (30.8%). En el 2010 cerro también alta, 27.2%.
¿Qué hacer? Aunque el mercado a demostrado que confía mas en el dólar que en el bolívar, el gobierno insiste que son otros. Primero culpo a los especuladores. Desde el 2010, más de 50 casas de corretaje han cerrado. Financistas están en la cárcel porque, según el gobierno, son los culpables.
Pero, como la inflación no baja a pesar de atacar a los especuladores, la culpa sigue siendo de otro. "Claro que sigue siendo alta, ¿pero me la van a achacar a mí?" dijo el pasado 8 de enero.
¿Por qué no cambiar el modelo de medición de la inflación? Recientemente, según reportes del periódico el Universal, el Presidente del Banco Central de Venezuela anunció que hará cambios en su forma de medir los índices de precios donde una nueva canasta de bienes y servicios, al tiempo que elaborará una nueva estructura de ponderaciones.
Algo similar pasa en la Argentina. A diferencia del gobierno venezolano, el gobierno argentino dice que no hay alta inflación. Las estadísticas del gobierno indican que la inflación circula cerca del 10%. Según mediciones privadas confiables, la economía argentina tiene una inflación que pasa el 25%. ¿Qué hizo el gobierno? Primero, negarlo. Segundo, multar a los que se atrevan a contradecir el gobierno y tercero cambiar el modelo de medición haciéndolo no siempre de público acceso. Naciones Unidas se sumó a las críticas que recibe el Instituto Nacional de Estadística y Censos —INDEC- desde distintos organismos internacionales: el Estado argentino debe "adoptar los pasos necesarios para lograr que sus estadísticas sean comparables con la información producida por instituciones internacionales relevantes".
La culpa la tiene el gobierno
La fórmula es sencilla: cuando se dispara la inflación, échale la culpa a los modelos, a los comerciantes, a los productores de mercancías, a las uniones y hasta a la crisis europea. ¿Solución? Exaltar la demagogia política, imponer leyes y reglamentos para que estos especuladores paguen por su osadía.
Pero, la culpa de la inflación no es el modelo de medición, ni los comerciantes, las uniones o la crisis internacional de moda, sino el gobierno.
La inflación es un fenómeno monetario. Esta sucede cuando la cantidad de dinero crece mucho más rápido de lo que crecen los bienes y servicios producidos en la economía. Y entre mas rápido crece la cantidad de dinero por unidad de bien y servicio producido, más rápida es la tasa de inflación. No hay proposición en economía que esté tan bien establecida como ésta.
O sea, la inflación se produce porque sobra dinero en la economía.
¿Quién tiene el control del dinero? El gobierno. Ese papel moneda que nosotros utilizamos, que no esta respaldado por otra cosa que la confianza que tenemos que otros lo van a aceptar como medida de cambio, esta controlado y creado por el gobierno. Por eso, es el gobierno el único responsable de producir excedente de dinero en la economía y, por tanto, inflación. La función principal de un banco central es controlar la inflación a través del crecimiento del dinero en la economía. Ellos son los que se encargan de abrir y cerrar la llave del crecimiento monetario para evitar que la inflación se dispare. El problema se complica cuando el banco central esta a merced del gobierno central que politiza la emisión de billetes para financiar proyectos económicos con un fin político o electoral. Venezuela y Argentina son ejemplos recientes donde el crecimiento de dinero en la economía ha sido mucho más alto de lo que se produce. Por eso, la inflación que tienen.
Lo paradójico de todo esto, no es que le los administradores le echen la culpa a otros de sus propios errores —hasta los políticos hacen mercadeo engañoso para conseguir votos y mantener el monopolio de la posición-, sino que el exceso de dinero termina poniendo un impuesto mayor a los que menos tienen. La inflación se trepa aun más en los productos de consumo básico que más consumen las personas de bajos ingreso. Por eso la leche cuesta más, el pan, los huevos, la arepa, la carne y la lista sigue. Los programas sociales que buscan combatir la pobreza terminan perdiendo impacto porque las cosas salen cada más cara y el poder de compra disminuye.
La rueda ya está inventada. La inflación es un fenómeno monetario. Son los administradores públicos los que tienen control del crecimiento de la emisión. Son ellos los culpables de la inflación y de hacer a los pobres más pobres.
Toma nota.
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