Uruguay: El gobierno son ustedes

EL País, Montevideo

En la década del 50 se publicó en Italia un simpático libro debido a la pluma de Giovanni Guareschi titulado "El pequeño mundo de don Camilo", que relataba las peripecias políticas locales centradas en los enfrentamientos cordiales entre el cura párroco -Don Camilo, inmortalizado en el cine por Fernandel- y Peppone, el mecánico y alcalde comunista de la aldea. En uno de los episodios y ante una noticia de importancia, este último convoca a sus camaradas a la plaza y desde ella grita, mirando al balcón de la municipalidad: "¡Que salga el alcalde, que salga el alcalde!", hasta que su fiel lugarteniente – el Flaco- le susurra al oído: "Peppone, el alcalde eres tú…"

Con motivo del fin de año, el Presidente Mujica y su esposa visitaron el Vilardebó y a los allí internados. El mandatario, seguramente quedó impresionado por lo que allí se veía, manifestó que había que hacer algo para mejorar las condiciones del establecimiento. En un almuerzo cercano al fin de año, el vicepresidente Astori desarrolló una interesante conferencia sobre la situación del país que quienes la escucharon no vacilaron en calificar de profunda, seria y equilibrada.

Ocurre que ambas personalidades hace un año y diez meses que son los responsables de la acción de gobierno, que si algo se les ocurre como necesario, oportuno o conveniente tienen a su alcance todos los medios para llevarlo a cabo. Recordemos que hace siete años que el Frente Amplio posee todos los instrumentos del poder, la titularidad del Ejecutivo, la mayoría absoluta del Parlamento y la mayoría en los entes. Pueden hacer todo lo que la Constitución les habilita sin ayuda de ninguna otra fuerza política. Todo ello complementado por una prosperidad sin antecedentes y, por lo tanto, una fortaleza fiscal sin comparación. Hace más de cuarenta años, refiriéndose al poder que otorgaba la mayoría absoluta en ambas cámaras, el Dr. Alberto Abdala respecto del gobierno del Partido Colorado que comenzó en 1967, señalaba: "No hay excusas para el error". No las hay tampoco en el presente, como no hay lugar a que los principales responsables de la gestión se hagan los distraídos y miren la situación como Peppone miraba al balcón de la alcaldía.

Todo el país se pregunta a esta altura si el Frente es algo más que una coalición electoral, obsesionada por llegar a poder pero incapacitada visceralmente para ejercerlo. Nadie sabe qué hicieron los electos en diciembre del año 2009 y en enero y febrero de 2010. Tres meses para preparar leyes, para diseñar una política con un rumbo definido y comenzar a aplicarla el dos de marzo, apenas comenzada la cuenta regresiva que tiene un límite temporal que son los 60 meses de gobierno. Nada importante apareció en el Parlamento ni en marzo ni en abril ni en mayo. Hubo epoto de posiciones, cosa natural en toda gestión, con porciones muy dispares, que no reflejaban la realidad electoral pero que fueron pacíficamente aceptadas por la heterogénea coalición. Lo que no se acordó fue una acción clara y definida de gobierno. Por un lado un presidente eminentemente locuaz, ocurrente y sabelotodo que dos veces por semana se encarga de ampliar, a través de la radio, el margen de inevitable error que todo gobierno acarrea, agregándole la lluvia de propuestas inconsultas y con escaso apoyo que lanza cada vez que tiene un micrófono a la mano. Por otro aparece ahora un vicepresidente que declara muy suelto de cuerpo que la educación debe de ser orientada políticamente, como si fuera un Juan de afuera en el esquema de poder.

Tratando de buscar una explicación a este verdadero fenómeno de simulación política, aparecen algunas respuestas. Algunos dicen que se padece de temor al ejercicio de la autoridad, que la veta anarco maoísta del presidente hace que se sienta más cómodo en el medio campo de la propuesta que en el tiro al arco de las decisiones. No ha dejado de ser candidato, olvidando que es el mandatario. Otros señalan que el vice pretende despegar a tiempo de una gestión que no terminará bien para alentar a sus alicaídas fuerzas electorales a comenzar -desde ahora- a marcar la cancha electoral. Más de uno marca con acierto que la coalición electoral es una cosa pero que profundizar en los problemas encuentra el escollo de las profundas diferencias ideológicas que separan a las tres columnas principales del frentismo: Partido Comunista y Pit-Cnt, MPP tupamaros-MLN y moderados astoristas. Lo cierto es que esas son especulaciones pues en todas las leyes importantes todos han formado fila para levantar la mano.

No va a valer la imitación del peronismo que sabe embolsar derecha e izquierda, oposición y gobierno en un mismo montón. Aquí eso no corre ni se lo traga nadie, menos que menos el sufrido y azorado pueblo frentista al que dos veces le hicieron el cuento pero que no aceptará una tercera. Recursos a granel pero con escuelas y liceos deteriorados, más inseguridad que nunca, la salud en crisis, la educación marcando la más grande injusticia social de saber que quienes pueden pagarla tendrán buena educación para sus hijos, los que no, no. Avísenle a los Peppones que el gobierno son ellos…