Vargas Llosa y yo
He tenido mucha suerte en mi largo transitar por la vida. Cuando tenía unos 30 y pico de años, escribía y dirigía radionovelas en Lima, en la entonces "Radio La Crónica", que tenía un pequeño local junto al Club Nacional en la Plaza San Martín. Allí conocí a un apuesto joven de 18 años que compartía la pequeña oficina, donde él editaba las noticias internacionales. Era un adolescente que vestía un solo terno negro que cuidaba con esmero. Luego de quitarse la corbata se ponía un pañuelo en el cuello y realizaba su trabajo. Era Mario Vargas Llosa que después se enamoró de su tía política, que en Arequipa se divorció de un tío suyo.
Como yo escribía paralelamente dos telenovelas, él intrigado me preguntaba si no me confundía de los personajes de una y la otra historia.
Yo le respondía que no; que hacía un resumen del argumento de cada historia y lo iba desarrollando cada día. Muchos años después escribió una de sus más populares novelas: "La tía Julia y el escribidor", en la que el personaje que él compuso como tal, el escribidor, era yo.
Muchos años después regresé a Lima (cuando Mario fue candidato presidencial) pude abordarlo y me identifiqué. Entonces, sorprendido y entusiasmado, me dedicó el libro en el que escribió: "A Pepe Guerra Castillo, que yo conocí como Hugo Vernel, cuando él era famoso escribidor y yo solamente un 'arreglador' de noticias, esta obra que es mitad suya. Afectuosamente, Mario Vargas Llosa". No lo he vuelto a ver, pero poseo la mayor parte de la extensa y magnífica obra del Premio Nobel de Literatura.
El libro forma parte de mis tesoros, que donaré a mi muerte a la Biblioteca de la Casa de la Cultura.
- 23 de julio, 2015
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