El guerrillero cibernético

SDP Noticias

Nació en las décadas terminales del siglo XX. Es hijo putativo de la última de las revoluciones, la tecnológica, que incluye en sus filas a la computación y a las telecomunicaciones, y que puso al mundo de cabeza.

Nuestro guerrillero es de edad y sexo indeterminados. Es enemigo de todo lo que construyen o intentan construir los demás. Tiene personalidades múltiples y se le conoce como: Troll, hacker, llammer o script Kiddy, cracker y otras denominaciones en el nuevo lenguaje de la tecnología.

Navega en el espacio cibernético, en las redes sociales, en los blogs, en las columnas periodísticas, abominando a la vez a la sociedad burguesa y consumista, a los políticos de todos los colores, a los ideólogos de izquierda, de centro o de derecha, usando una terminología desgastada por el tiempo y por la realidad, una forma artificial de pensar cómoda, antiética y oportunista.

Es increíblemente frívolo, pues se evita a sí mismo la oportunidad de pensar por cuenta propia, de convertir las palabras en hechos. Se deja siempre llevar por los lugares comunes, por los estereotipos, pero los domina tan bien, que su prosa resulta efectivista y apantallante para quien tiene poca cultura.

Cuando se uniforma de faccioso de izquierda, utiliza la terminología obsoleta de la lucha de clases, la satanización de la economía de mercado, el convencimiento de que somos pobres porque los imperialistas son ricos, teorización servil que le sirve para combatir desde la comodidad de su cuarto, con calefacción o aire acondicionado. Se sabe de memoria los discursos de Fidel, del Che y de Chávez, y su libro de cabecera es “Las venas abiertas de América Latina”, de Eduardo Galeano, plagada de frases contundentes que le enseñan cómo Latinoamérica ha sido explotada por Europa y actualmente, por el imperio norteamericano y cómo sigue trabajando de sirvienta para las grandes potencias

Pero cuando se inclina a la derecha, nuestro guerrillero declara al neoliberalismo como el gran vencedor del siglo XX; memoriza las teorías de Adam Smith y de Milton Friedman, sobre la mano invisible de la ley de la oferta y la demanda y cita de memoria las frases extraídas del “Manual del perfecto idiota latinoamericano”, de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa.

También, puede tornarse antipriista y atacar al eterno dinosaurio que llevó a México al tercer mundo, manejándolo durante setenta años y sepultándolo en la demagogia y la corrupción.

Es un eco que dice lo que piensan otros y piensa lo que dicen otros. Tiene respuestas inmediatas y prefabricadas (no por él, claro) para todos los problemas, lo que lo exime de pensar, de construir una ideología propia, de cuestionarse a sí mismo.

Conoce las frases contundentes y los lugares comunes que se han ido quedando en el subconsciente colectivo para trollear a cualquier periodista o ciudadano que se atreva a opinar. El Peje es un peligro para México; Calderón es un alcohólico sin remedio; Josefina también chupa; Peña Nieto es un ignorante, mató a su esposa y representa el regreso de la dictadura perfecta, que proclamara el flamante Nobel Vargas Llosa y todos los etcéteras que el lector quiera agregar.  

Trabaja por su cuenta, como hobby, o contratado por funcionarios públicos, agencias de publicidad, partidos políticos, empresas privadas o quien le pague para destruir, amenazar y calumniar. Como opera habitualmente desde el anonimato, es tan difícil de combatir como el crimen organizado o la guerrilla de las cañadas.

La revolución tecnológica ha servido para hacer más pequeño al mundo, para unir a los cinco continentes en tiempo real, para facilitar los negocios y la comunicación, para incrementar la solidaridad a través de campañas altruistas, para abrir la posibilidad a escritores de dar a conocer su obra, y para muchas cosas más, pero también para todo lo malo, para comunicar a las organizaciones criminales y para darle armas al moderno guerrillero cibernético.