Venezuela: lucha en el “paraíso terrenal”
Los Roques, Venezuela – Cristóbal Colón creía que el paraíso terrenal estaba en Venezuela. Y si él vio, como yo recientemente, lo que ahora es el archipiélago de Los Roques, entiendo por qué quedó tan impresionado. El almirante –que argumentaba que el mundo era de forma de pera y que el paraíso terrenal estaba en la parte superior, en lo que hoy es territorio venezolano– se equivocó en muchas cosas en su vida. Pero no en la belleza natural de Venezuela.
Los Roques es casi virgen y es una maravilla. No hay grandes hoteles ni desarrollos turísticos. Su belleza está en sus cerca de 350 islas y cayos, playas de talco blanco, lagunas e impresionantes barreras de corales. Se llega en un brinco de avioneta de 40 minutos de La Guaira.
El presidente Hugo Chávez, para variar, ordenó ahí la expropiación de unas casas particulares. Pero, más allá de esta controversia, Los Roques es un parque nacional desde 1972 y el gran logro de varios gobiernos venezolanos ha sido el no permitir que se construya nada –nada– en la mayoría de sus playas y costas. Está casi igual que cuando llegaron los españoles hace más de cinco siglos. Ahora los conquistadores son turistas italianos y venezolanos buscando sol y un oasis ecológico.
Pero se puede ir del paraíso al infierno en un ratito. El vuelo de 100 millas de Los Roques a Caracas no puede ser más ilustrativo. Tras sobrevolar un mar azulverde, de pronto empiezan a aparecer las miles de casas colgantes de los barrios caraqueños. Y el tráfico mata y desespera. No hay vías nuevas hace décadas. Me tardé una hora y media un domingo por la tarde recorriendo solo unos kilómetros para llegar a mi hotel en Caracas.
El crimen también mata. Esto es lo que Chávez no quiere que el mundo sepa. Venezuela es uno de los países más peligrosos del mundo. Hay fines de semana en que es asesinada más gente en Venezuela que en Irak, Afganistán o en otra zona de guerra. No, no es un problema de percepción ni la manipulación de medios de comunicación del imperialismo. Es una realidad. Matan a un venezolano cada 30 minutos.
La lucha de la mayoría de los venezolanos –antes que ser una cuestión ideológica de chavistas contra antichavistas– es mucho más básica: que no los maten, roben o secuestren. El año pasado fueron asesinadas unas 19 mil personas en Venezuela. No exagero. Mis fuentes son el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, que calculó 18,850 asesinatos, y el Observatorio Venezolano de Violencia, que puso la cifra de muertos en 19,336.
Venezuela, con solo 28 millones de habitantes, tuvo más asesinatos que México (cuya población es de 113 millones y reportó 12,903 asesinatos en el 2011). El problema en México es el narcotráfico; en Venezuela es la impunidad, la falta de autoridad, la pobreza y el descontrol absoluto del creciente tráfico de rifles y pistolas promovido por el estado para armar a sus milicias paramilitares bolivarianas.
La violencia ha tocado a todos, hasta a los embajadores. Hace unos días fue secuestrado el embajador de México y su esposa. Pero el diario El País asegura que “al menos siete diplomáticos han sido víctimas de la inseguridad en la capital venezolana en un año y medio”. Esto incluye también los secuestros al Cónsul General de Chile, al agregado militar de Bolivia y al hijo del embajador de Vietnam. Una diplomática británica y otro representante de la embajada mexicana fueron atacados. Y la casa del embajador de Grecia fue robada.
La violencia en Venezuela no son hechos aislados. Es la norma y es la debilidad más patente del gobierno del presidente Hugo Chávez. Dijo que las reservas de petróleo alcanzarían para 400 años con el presupuesto actual. Entonces, si tiene tantos recursos hasta para regalar a Cuba y Nicaragua, ¿por qué no puede hacer nada efectivo para reducir la criminalidad, la pobreza y la inflación?
Este domingo 12 de febrero seis políticos opositores se disputan la candidatura única para enfrentarse a Chávez en las elecciones presidenciales del 7 de octubre. Su principal misión es evitar que Venezuela se consolide como una dictadura. Eso a nivel político. Pero en la calle lo que más quieren los venezolanos es que los dejen de robar y matar. Ese será el reto más concreto del próximo presidente o presidenta.
No sé exactamente de qué está enfermo Chávez. Pero lo peor que puede hacer un enfermo es negar que está enfermo. Lo mismo ocurre con la criminalidad y la violencia en Venezuela. Mientras Chávez no reconozca que ese es su principal problema de gobernabilidad, será imposible encontrarle soluciones.
Si Los Roques es el paraíso terrenal, la violenta y caótica Caracas de Chávez es para miles una trampa infernal. Cristóbal Colón jamás nos advirtió que en su planeta-pera el paraíso y el infierno estaban tan cerca uno de otro.
- 7 de junio, 2011
- 23 de julio, 2015
- 26 de enero, 2016
Artículo de blog relacionados
- 25 de noviembre, 2016
Perfil Después de este largo ciclo positivo de nueve años, sólo interrumpido sobre...
20 de junio, 2011Por Gustavo Nozica Fundación Atlas 1853 La pregunta de si es lícito para...
15 de noviembre, 2007El Universal Juan de Mariana, jesuita del siglo XVI, en su libro Del...
1 de diciembre, 2009