Israel vs Irán: ¿prepararse para lo peor?
Crece el discurso público de un ataque militar israelí para evitar que Irán logre adquirir armamento nuclear. El último reporte de la AIEA nos pone más cerca de cambiar las palabras por armas.
¿Ataque israelí?
Recientemente el periódico israelí, el Yediot Aharonot, reportó que existe una lista de argumentos provenientes de la oficina del primer ministro que buscan conectar la reciente ola de ataques de terror en las embajadas israelíes con la presión internacional contra Irán. El mismo documento, dice el periódico, prepara el terreno para una opción militar.
En Washington existe preocupación. Washington Post reportó que el Secretario de Defensa Leon Panetta cree muy probable un ataque israelí entre abril y junio. Israel quiere evitar que Irán entre en lo que el Ministro de Defensa israelí Ehud Barak cataloga como "zona de inmunidad" en clara referencia a que el proyecto nuclear sea imposible de parar.
¿Qué dice Irán? Incrementa el tono belicoso. Mohammad Hejazi, subcomandante de las fuerzas armadas, dijo a los medios estatales iraníes que si Irán siente que sus enemigos harán un ataque inminente ellos actuarán primero.
La preocupación para Estados Unidos es que estos ataques no sólo sean dirigidos a Israel, también a sus intereses. El jefe del estado mayor conjunto, general Martin Dempsey, dijo en entrevista que ante la duda que Irán tenga la intención de crear armamento nuclear, no es prudente atacar en estos momentos.
Crecen las dudas
Para complicar el escenario, sale el reporte de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) diciendo que Irán bloquea acceso a uno de los sitios y que la Agencia no puede garantizar que todo el material nuclear iraní es para actividad pacífica.
El pasado 24 de febrero, AIEA —agencia de las Naciones Unidas y monitor del consejo de seguridad- publicó un reporte de 11 páginas después de la segunda ronda de discusión con representantes del gobierno iraní en Teherán. ¿Conclusión? Irán no provee acceso a Parchin, como fue requerido por la agencia durante las dos visitas recientes a Teherán. Por tanto, "la agencia no puede proveer con seguridad creíble que todo material nuclear en Irán es para actividad pacífica."
Parchin es un complejo militar a 20 kilómetros al sur este de Teherán. Existen sospechas que en este complejo es donde el gobierno iraní está convirtiendo el enriquecimiento de uranio en arma. Irán ha dejado claro que ha llevado el enriquecimiento de uranio a 20% en la planta de Fordow, fuera de la Ciudad de Qom — lugar religioso y a 180 kilómetros de Parchin. Para los expertos nucleares cuando el enriquecimiento de uranio llega a 20%, es mas fácil llevarlo a 90% – necesario para armamento. Ya que Irán ha logrado llevar uranio a 20%, la Agencia quiere estar segura que Parchin no es el lugar para la creación de armamento nuclear. Por eso, quieren entrar a Parchin. Pero, la agencia dice que el gobierno iraní no le da acceso al lugar.
El representante iraní ante la agencia, el embajador Ali Asghar Soltanieh, negó que oficiales iraníes bloquearan acceso al complejo, sino que los agentes de la Agencia se fueron un día antes de la visita oficial. Los oficiales iraníes consideran las preocupaciones de la Agencia como "alegaciones infundadas". Irán mantiene que su programa nuclear es para propósitos civiles.
¿Uso pacífico y/o militar?
Para las agencias de inteligencia estadounidense Irán abandonó su programa de armamento nuclear en el 2003. James R. Clapper Jr., director de la Oficina Nacional de Inteligencia dijo en una presentación escrita al comité de inteligencia del Senado Federal que aunque Irán tiene la opción de fabricar armamento nuclear, dice que no hay evidencia que lo esté haciendo.
Para otros como Kenneth C. Brill, antiguo embajador de EE.UU. ante la AIEA, Irán lo que quiere es tener la capacidad, pero no el armamento. Lo que buscaría Irán es crear esta ambigüedad estratégica para incrementar el poder en la región. No necesariamente este en condiciones para armar bombas nucleares.
Pero para los críticos, la comunidad de inteligencia estadounidense está muy cuidadosa de no cometer el mismo error del 2002 sobre el supuesto programa nuclear iraquí que nunca existió —Hussein creó dudas sobre el programa, pero al final no fue lo que se pensó. Este miedo a no equivocarse los está llevando a subestimar a Irán. Para ellos, Irán nunca dejó su programa nuclear.
¿Hacia dónde?
Estados Unidos y Europa ejercen presión diplomática y económica para persuadir a Irán. Desde sancionar importación de petróleo hasta cerrarle los canales a las instituciones financieras iraníes hacia el resto del mundo financiero. La idea es crear presión económica interna para lograr cambios internos, más transparencia con el programa nuclear y evitar un enfrentamiento bélico. Para algunos esa es la vía. Históricamente ha funcionado y los efectos económicos se están sintiendo.
Para otros la vía es armada porque es peor una Irán armada. Desde ataques aéreos a las instalaciones nucleares y sitios estratégicos en Irán con la posible retaliación iraní cerrando el tráfico petrolero de la región y creando desestabilización en intereses de Arabia Saudita, hasta movimiento de tropas terrestres llevando a la región a una guerra — menos probable en estos momentos según los estudiosos.
¿Los efectos económicos? Nadie sabe con exactitud, pero la experiencia de la revolución iraní en 1979 y la subsecuente bajada en la oferta de petróleo llevó el precio del barril de US$30 como base a US$70. Hoy el precio está en US$109 (WTI) y US$125 (Brent). Se habla de un margen US$150 – US$200 dólares el barril. Esto llevaría los precios de la gasolina y otros derivados a niveles que afectaría la producción. En una ambiente donde la economía china se desacelera, Europa arropada por la crisis de deuda y EE.UU. apenas levantándose, el escenario no es nada alentador.
Nadie sabe a ciencia cierta si el programa es pacífico y/o militar. Además, Irán no ayuda a despejar las dudas. Ante este escenario enfrentamos la difícil pregunta: ¿podemos confiar en lo que dice Irán? ¿Es tolerable un Irán con armamento nuclear? Mientras uno considera que no porque es pelear por su substancia, justificada por la soledad que vivió en la segunda guerra mundial, el otro considera que es su derecho soberano a perseguir sus intereses.
Ambos países están con el revolver en la cintura mirándose fijamente. Y nosotros como espectadores en la espera. Una espera que nos obliga a rezar por lo mejor, sin dejar de prepararnos para lo peor.
Toma nota.
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