La insólita enumeración del calendario
La Prensa, Panamá
Este artículo es dedicado a todas aquellas personas que celebran su nacimiento una vez cada cuatro años, el 29 de febrero. Bisiesto (del latín bis sextus) representaba la repetición del sexto día anterior al 1 de marzo; es decir, se celebraban dos días seguidos del mismo 24 de febrero, una vez cada cuatro años, siguiendo la celebración de la Terminalia, fiesta pagana romana del 23 de febrero. Hoy, en cada año bisiesto se le agrega un día al mes de febrero, el 29. El cambio del día bisiesto del 24 de febrero al 29 de febrero se estableció paulatinamente en los países occidentales (de herencia romana).
Cayo Julio César, cónsul, dictador y gobernante de Roma, obtuvo la colaboración del astrónomo griego Sosígenes de Alejandría, en el año 46 a.C., para copiar el calendario solar egipcio y establecer un nuevo calendario romano que empezó a regir el 1 de enero de 45 a.C. Sosígenes modificó el calendario lunar romano, añadiéndole 80 días al año 46 a.C. De allí en adelante se seguiría contando los años solares de 365 días, con un día bisiesto cada cuatro años.
Hasta principios del siglo IV d.C., el calendario romano no tenía días de la semana. Fue en el 321 d.C., con el emperador Constantino, El Grande, cuando se estableció que la semana tendría siete días. Se designó el domingo como el día oficial de descanso para alabar al Sol.
Por decisión del emperador Aureliano, ya se había establecido, desde el 275 d.C., que el 25 de diciembre, tradicional solsticio de invierno, sería el día feriado anual para la adoración del dios sol Mitra. Del 17 al 23 de diciembre se celebraba la Saturnalia en honor a Saturno, dios de la agricultura y de las cosechas.
En el Concilio Ecuménico de Nicea (325 d.C.), auspiciado por Constantino, dirigido por el obispo Osio de Córdoba y refrendado por el papa Silvestre, se fijó la celebración de la Pascua el primer domingo después de la primera luna llena de la primavera. Pero, el primer día de la primavera (equinoccio) se había adelantado al 21 de marzo, para ese año (325 d.C.), por lo tanto, la Iglesia católica, en conjunto con el recién aliado emperador romano, estipuló que el Domingo de Resurrección debía acontecer después de la primera luna llena que sucediera el 21 de marzo o inmediatamente después del 21 de marzo. Así, el domingo de Pascua solo puede transcurrir entre el 22 de marzo y el 25 de abril. El miércoles de Ceniza, solo entre el 5 de febrero y el 10 de marzo.
Al analizar la vida histórica de Jesús Niño, los expertos en el tema calcularon que debió nacer al final del verano o al inicio del otoño, probablemente en septiembre. Pero la fecha del 25 de diciembre representó otro acuerdo entre cristianos y romanos en el concilio de Nicea. Se escogió ese día para que coincidiera con el feriado de adoración al dios romano. Así mismo se escogió que Jesús fuese concebido un 25 de marzo, día del equinoccio de primavera en su época.
Hay que renombrar aquí la figura de Constantino, inclinado al cristianismo por influencia de su madre conversa santa Elena como, quizás, el personaje más crucial de la Iglesia católica, después de Jesús y san Pablo. Por medio del edicto de Milán (313 a.C.), los coemperadores Constantino y Licinio designaron al cristianismo, creencia antes perseguida, como una religión libre en el imperio romano, la que sería eventualmente la religión romana obligatoria (mediante el Edicto de Tesalónica del emperador Teodosio, El Grande, en el 390 d.C.).
En el 525 d.C., bicentenario del Concilio de Nicea (después de haber sucumbido el imperio romano, desde el 476 d.C.), el papa Hormisdas encargó al monje Dionisio establecer como año primero de la era cristiana el de la Encarnación de Jesús. El problema fue que Dionisio se equivocó por cuatro años; dedujo que Jesús nació en el 754, después de la fundación de Roma, cuando esto debió acontecer hacia el 750. Por lo tanto, Jesús nació en el año 4 a.C. Suena estrafalario o cacofónico decir que Cristo nació cuatro años a.C, pero es lo correcto No existe el año cero. Al año 1 a.C., le sigue el año 1 d.C. El calendario actual, comienza desde el año 1 d.C., cuando Jesús tenía tres años recién cumplidos. Lo que intentó Dionisio, erróneamente, fue que Jesús naciera en Belén un 25 de diciembre (Navidad) del primer año de la Era Cristiana (1 d.C.), pero su equivocación provocó que Jesús naciera, arbitrariamente, en los últimos días del cuarto año anterior al 1 d.C. (4 a.C.), y muriera crucificado en Jerusalén, en la primavera del año 31 d.C. (Viernes Santo), cuando Cristo tenía 33 años de edad.
Para el año 1582 d.C., el equinoccio de primavera ya se había adelantado en 10 días completos, transcurriendo para ese año, durante el 11 de marzo. El papa Gregorio XIII decidió arreglar el calendario “juliano”, de manera que no se fuera adelantando la celebración de la Pascua cristiana, dejando de celebrar el día bisiesto, una vez cada 100 años exactos, exceptuando los múltiplos de 400, a partir de ese año (1582 d.C.). O sea, se dejó de celebrar el día bisiesto tres veces cada 400 años. Con este nuevo sistema no se habría de cambiar la numeración del calendario hasta dentro de más de 3 mil años. Además, para no contradecir al Concilio de Nicea del año 325 d.C., en que se había establecido el primer día de la primavera para el 21 de marzo, tuvieron que eliminarse 10 días completos del calendario. El día viernes 5 de octubre de 1582, pasó a ser, automáticamente, el día viernes 15 de octubre de 1582. De allí en adelante, el mundo se fue subordinando, progresivamente, al calendario gregoriano, llamado también calendario cristiano (calendario mundial actual).
- 23 de enero, 2009
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