Uruguay: Siete años del Frente en perspectiva
El País, Montevideo
En el día de ayer se cumplieron 2 años de la administración Mujica y 7 de gobierno del Frente Amplio. Por encima de los acuciantes problemas actuales, es bueno cada tanto hacer un alto en la jornada para preguntarse por la orientación general, las grandes líneas que definen una época y una circunstancia histórica para tratar de entender en dónde estamos parados.
La historia del Uruguay tiene 3 etapas bien diferenciadas. La primera arranca con la República y llega hasta 1875, se caracteriza por instituciones liberales y una cultura emprendedora. Es el país de la sociedad civil pujante que nos llevó a un ingreso por habitante del primer mundo. A partir de 1875, golpe de Estado, primera ley proteccionista y crecimiento del Estado mediante, se inicia el declive. Los controles, la regulación, el Estado que desplaza a la actividad privada, con su consecuente aplastamiento cultural nos llevó a tener hacia mediados del siglo XX un ingreso por habitante que era la mitad de los países líderes. En 1959 con la Reforma Cambiaria y Monetaria de Azzini encontramos el primer intento por revertir el rumbo. Lamentablemente, no fue suficiente dadas las marchas y contramarchas de la política económica de allí hasta 2005. En esta etapa hubo gobiernos que intentaron hacer las reformas necesarias pero con éxitos parciales, como el primer colegiado blanco y el gobierno de Lacalle.
¿Cómo ubicar dentro de este esquema general a la "era progresista"? Me temo que aún a mitad del río se puede concluir que no ha sido un quiebre en la falta de rumbo que sufrimos en las últimas décadas. O, incluso, puede interpretarse como un retroceso al medioevo del siglo XX. En cualquier escenario, es claro que no hemos hecho ningún avance en el sentido correcto.
Los ejemplos abundan.
La reforma tributaria y de la salud impulsadas por Vázquez, la creación y extensión de impuestos de Mujica, el aumento del número de empleados públicos, el crecimiento del Estado, el aumento de la regulación y el control sobre la actividad privada, le errada inserción internacional, la falta de inversión en infraestructura, el deterioro de la educación pública, entre muchos otros.
Parece que aquello de Olesker de que se buscarán crear "ámbitos de socialización de los resultados económicos" va en serio y la orientación general del gobierno apunta progresivamente a una mayor "socialización" de la economía. Es el rumbo más allá de sus recodos lo que debe llamarnos a una profunda preocupación. Los dislates estatistas, el presupuesto de 10.000 millones de dólares, el récord de empleados públicos, el clientelismo a través de los planes sociales son sólo la punta de la madeja de una realidad muy comprometedora.
Si analizamos los siete años de administración frentista a la luz de las extraordinarias condiciones internacionales de que hemos gozado, encontraremos que hubo crecimiento económico y poco más. El deterioro cultural e institucional del país y la ausencia absoluta de políticas que generen condiciones para sostener genuinamente el crecimiento en algún momento se harán súbitamente evidentes, pero será tarde para reaccionar.
Hemos perdido lastimosamente una gran oportunidad y, como en las Coplas de Manrique, "desque vemos el engaño y queremos dar la vuelta no hay lugar".
- 14 de octubre, 2024
- 14 de octubre, 2024
- 15 de octubre, 2024
- 13 de octubre, 2024
Artículo de blog relacionados
El 18 de septiembre es el 261 día del año del calendario gregoriano. Quedan 104 días...
18 de septiembre, 2009- 12 de mayo, 2016
La Tercera Inesperadamente y gracias a una columna de opinión, irrumpió en el...
17 de abril, 2011Prensa Libre Hay una pequeña región de Francia en Limousin, llamada Ayau. Como...
6 de agosto, 2010