¿Crecimiento económico sin libertad política?
El Banco Mundial le recomienda a China disminuir su posición de capitalismo de estado a uno de capitalismo de mercado. Pero y ¿las reformas políticas? ¿Acaso no hay una relación positiva entre libertad política y económica?
Reporte del Banco Mundial
Salió el tan esperado informe titulado "China 2030: building a modern, harmonious, and creative high-income society", donde un grupo de expertos del Banco Mundial y del gobierno chino examinaron la situación presente y futura de la economía del dragón. En este se recomiendan medidas para abordar los riesgos que enfrentará en los próximos 20 años como el peligro de una brusca desaceleración económica a corto plazo, así como las dificultades que plantean el envejecimiento y la reducción de la fuerza laboral, el aumento de la desigualdad, las tensiones ambientales y los desequilibrios externos.
Son seis cambios los que se proponen: 1) la transición a una economía de mercado; 2) acelerar el ritmo de la innovación abierta; 3) adoptar medidas ecológicas para transformar las tensiones ambientales en un crecimiento "verde" que impulse el desarrollo; 4) aumentar las oportunidades y los servicios tales como la salud, la educación y el acceso al empleo para toda la población; 5) modernizar y fortalecer el sistema fiscal nacional, y 6) tratar de entablar con el mundo relaciones mutuamente beneficiosas conectando las reformas estructurales de china con los cambios en la economía internacional.
La otra cara de China
Los resultados económicos de China en las últimas dos décadas han sido impresionantes. El crecimiento económico ha promediado un 10% por año. Esto se ha traducido en más oportunidades laborales, comerciales y mejoras sociales. Más de 500 millones de personas se han movido de los niveles de pobreza de un dólar por día.
Pero, China tiene problemas.
El comprador principal de productos chinos, Europa, está comprando menos lo que hace una mella en la exportación China. Hay disminución en las inversiones extranjeras directas lo que trae a cuestionar el crecimiento económico del país. Los gobiernos locales y provinciales están tan endeudados que el gobierno central le pidió a sus bancos que permitan a sus gobiernos locales extender sus deudas de vencimiento hasta cuatro años. El total de deuda representa el 25% del PIB.
No podemos olvidar tampoco el tema de la pobreza, el descontento social, libertades civiles.
El ingreso per cápita anual es cerca de US$8,400, posición 90 de 180 países. Cerca del 10% de la población gana menos de un dólar por día. Y esto no toma en cuenta que millones de trabajadores ganan $190 dólares al mes. Aunque no son técnicamente pobres, en la realidad son.
Las huelgas laborales se han vuelto cada vez más frecuente. El movimiento del campo a las ciudades, la caída en la exportación, menos construcción y demandas salariales está generando serias presiones laborales. Hay resentimiento en sectores de la población China porque dentro del sistema está creciendo una aristocracia con poder que se beneficia económicamente a la vez que reprime a aquellos que se oponen. Sin dejar de lado el problema del enfrentamiento por tierras entre pobladores y los gobiernos locales.
La libertad de pensamiento y la tolerancia a la disidencia es mínima. No solo hay un séquito de soldados revisando el internet, personas están presas por pensar distinto a las líneas del partido único y del gobierno.
La inevitable reforma política
La China de hoy proviene de un tumultuoso proceso histórico. Un país que dejó la dinastía feudal Qing a fuerza de sangre y pólvora. Pasó a pelear por una definición nacional, a enfrentarse a fuerzas extranjeras y después una guerra civil por la definición política económica del país donde el comunismo fue el vencedor.
Pasó por esa gran idea de su líder Mao Tse Tung conocida como el "gran salto hacia delante" donde quería pasar de una economía agraria a una industrial a través de la colectivización. Esa gran idea que llevó a los agricultores a que dejaran de producir alimentos creando una hambruna que se estima murieron 32 millones de personas.
No fue hasta la muerte de Mao y las reformas económicas de Deng Xiaoping que China enfrentó la segunda reforma de su historia reciente. Para salir del fondo que estaban, Xiaoping apostó por principios de mercado donde se descolectivizó la agricultura, se permitió la inversión extranjera y a extranjeros tener posiciones en industrias. Con mano de obra barata, bajos costos, políticas mercantilistas y un capitalismo de estado, China pasó de negativo a un crecimiento que es el que estamos viviendo hoy.
Pero, esto no se puede mantener por siempre. A China se le hizo fácil crecer porque su política mercantilista se beneficia del mercado norteamericano. Ha usado la tecnología de otros sin el costo que se incurre para producirla. El cambio de economía agrícola a industrial hace que se tenga crecimiento, y tener una mano de obra bien barata que gasta poco y ahorra mucho. Por eso, es que ahora China tendrá que dirigir su economía hacia un consumo interno donde los chinos tendrán que gastar más si ese que quieren gozar de un crecimiento sostenible.
Y cuando los chinos demanden más cosas y tengan acceso a ella, las demandas por libertad política vienen de la mano.
Hay evidencias que apoyan la hipótesis de una relación positiva entre libertad política y crecimiento económico. Aquellas economías con sistemas gubernamentales más abiertos ofrecen más oportunidades de crecimiento. China irá disminuyendo su posición de capitalismo de estado a uno de capitalismo de mercado. Y cuando un país hace cambios económicos de libre mercado implica también permitir libertad política
¿Estarán los líderes chinos preparados para permitir que disidentes critiquen sus políticas? ¿Permitir qué se formen partidos políticos? ¿La libertad religiosa?
Estas preguntas comenzarán a tener respuesta a partir de las próximas "elecciones" en China. A finales de año, el partido único "elegirá" 300 nuevos miembros, entre ellos dos de los nueves que componen el comité central donde se concentra el poder político del país. Esto es clave porque no se veían cambios de generación política tan importante desde la década del ochenta. Están aquellos que piden seguir la línea dura de Mao, mientras otros buscan impulsar medidas económicas y políticas con mayor libertad para sus gobernados. Recordemos que los cambios de Deng Xiaoping crearon fricciones entre conservadores y liberales, abriendo el espacio a mayores demandas de libertad y ya sabemos lo que pasó en la plaza de Tiananmen.
Desarrollo económico llevará inevitablemente a libertad política. China abrazó el camino del desarrollo económico. Lo que esta por verse es si lo seguirá abrazando sabiendo que tras eso viene la libertad política.
Toma nota.
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