El modelo argentino: ante lo inevitable y lo inesperado
Un amigo me mandó un mail con una frase de Lord Keynes, economista que ni él ni yo compartimos sus ideas, pero parece escrita para este famoso modelo y la protesta casi mundial que acaban de formular 40 países sobre las restricciones al comercio que aplica el gobierno argentino. La frase de Keynes dice: "The inevitable never happens, it is the unexpected always" (lo inevitable nunca ocurre, siempre ocurre lo inesperado). En rigor, yo diría que en el caso del famoso modelo de crecimiento con inclusión social ocurre lo inevitable, agravado por lo inesperado. Dicho en castellano básico: sobre llovido, mojado.
Ante el impacto que causó que 40 países hayan presentado una dura queja contra las medidas de cierre de la economía, el gobierno salió a responder con las frases de siempre. Que Argentina el año pasado aumentó sus importaciones, que es para defender el trabajo argentino y cosas por el estilo.
¿Aumentaron el año pasado las importaciones argentinas? Sí, pero vale la pena aclarar algunos puntos del por qué de este aumento. En 2011 las importaciones crecieron en U$S 17.421 millones respecto a 2010. ¿Por qué aumentaron? De los $ 17.421 millones de aumento el rubro más importante es combustibles que explica el 28,3%. Este incremento no fue consecuencia de una ferviente convicción del gobierno de los beneficios del comercio internacional, sino de la espantosa política energética aplicada por el kirchnerismo. En otras palabras, las importaciones de combustibles aumentaron porque sino nos quedábamos sin luz.
El segundo rubro en importancia que explica el crecimiento de las importaciones es insumos con un incremento del 23,6%. Obvio que al forzarse el consumo interno en el electoral año 2011, había que producir más e importar más insumos. Los bienes de capital solo explican el 16,5% del incremento de las importaciones, en tanto que los bienes de consumo, representan el 8,2% del aumento.
Las importaciones se incrementaron, entre otras causas, por el desestimulo a la producción de gas y petróleo y por forzar el consumo para todos. Una vez más insisto en el siguiente argumento. Si la economía tiene capacidad para producir 100 unidades y el gobierno aplica una política que lleve el consumo a 120 unidades, es inevitable que las 20 unidades faltantes tengan que importarse. Claro que el gobierno no dijo durante la campaña: consuman ahora porque después de las elecciones se viene el ajuste y van a tener que ajustarse, pero era inevitable que ellos ocurriera, más tarde o más temprano. Lo inesperado fue la reacción de 40 países denunciando los mecanismos poco ortodoxos que utiliza Moreno para frenar las importaciones.
De manera que el argumento del gobierno de que la crítica es injusta porque Argentina aumentó sus importaciones es más que discutible. Las aumentó cuando le convino por una cuestión electoral y para no quedarnos a oscuras. Ni bien pasadas las elecciones giró 180 grados. No es que la política de comercio exterior del gobierno sea la de apertura, sino que usó las importaciones para paliar la crisis energética y para generar la fiesta de consumo.
La otra razón que influye en el aumento de las importaciones es la caída del tipo de cambio real. Con un dólar casi fijo y una inflación que erosiona el tipo de cambio real, el dólar pasó a ser una mercadería barata que estimula las importaciones y desestimula las exportaciones. Como en este contexto de fuga de capitales e incertidumbre el gobierno no se anima a mover el tipo de cambio, la única manera que tiene de generar dólares es frenando las importaciones. Puesto en otros términos, si las exportaciones no pueden aumentar mucho más por la escasa competitividad de la economía argentina, por lo menos que no se vayan dólares por importaciones, al tiempo que se aplica un estricto control de cambios para frenar la fuga de capitales. Que no se vayan dólares por importaciones significa que la gente consuma menos. Es como si el gobierno hubiese dicho: ahora que tengo el 54% de los votos, pelito para la vieja. Ahora a bancarse el ajuste.
¿Qué hay de cierto respecto a defender los puestos de trabajo de los argentinos? Simplemente que al frenar el ingreso de insumos, la actividad industrial se frena, hay menos horas extras y turnos y, la falta de reglas previsibles desestimula las inversiones y no se crean más puestos de trabajo.
Lo inevitable del modelo era que la emisión monetaria iba a erosionar el tipo de cambio real y generar una creciente fuga de capitales. Que el consumo artificial iba a ser insostenible y que, más tarde o más temprano, el ajuste tenía que venir, incluyendo el freno de las importaciones. Que el desborde de gasto público lleva a la búsqueda de cuanta caja pueda echar mano el gobierno. Lo inevitable también es que el gobierno aplicará cada vez más regulaciones y controles ante del desborde económico. Pero lo inesperado era que 40 países presentaran, en el momento más complicado del sector externo, una protesta contra las arbitrariedades en materia de comercio exterior.
Lo inesperado determina que el gobierno se encuentra ahora entre la espada y la pared. O redobla la apuesta y asume sanciones que limiten las exportaciones argentinas generando una nueva baja del saldo de balance comercial, lo cual forzaría a frenar más las importaciones y enfriar la economía más rápido de lo pensado, o flexibilizar las medidas de importaciones, aceptar una caída del saldo de balance comercial y asumir una suba del tipo de cambio con consecuencias también imprevisibles y enfriamiento de la economía.
Tanto lo inevitable como lo inesperado vienen a confirmar la inconsistencia del modelo.
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