Guatemala: Rapidito… evasores
Recientemente, los medios de comunicación resaltaron que la viceministra de Finanzas, María Castro, se había presentado voluntariamente a la SAT para cancelar Q105 mil en “impuestos omitidos”. De acuerdo con el reportaje, ella habría sido víctima de una estafa ejecutada por sus contadores, quienes presuntamente habrían falsificado sus declaraciones de impuestos. Su situación puede ser representativa de otros tributarios que, rapidito y ante la menor duda, son calificados inmediatamente de “evasores” sin saber cuál es su verdadera situación.
El incidente tenía el potencial de convertirse en un escándalo político. Hace algunos meses se filtró al público, vía internet, una supuesta lista elaborada por la SAT de “evasores de impuestos”. Dicha lista contenía cientos de nombres de personas y empresas que habrían contabilizado, como un gasto deducible, facturas de una empresa acusada de “venderlas”, además de otros delitos tributarios. Mientras unos registraban un gasto y la otra, supuestamente, “lavaba” sus ingresos de esa manera. El morbo y el amarillismo sensacionalista provocaron que se espulgara cada nombre en la lista para concluir que todos y cada uno de ellos eran “evasores”. Lo malo es que no era cierto. La empresa tenía transacciones legítimas mezcladas con ilegítimas.
Aquí es donde aparece la viceministra. Alguien reconoció su nombre y su nombramiento. Esto provocó cadenas de correos electrónicos “denunciando” que una funcionaria de este gobierno era, a la vez, “evasora de impuestos”. Qué fácil es llegar a conclusiones equivocadas cuando uno ve lo que quiere ver y no tiene toda la información. Presumiblemente, esto provocó que la Licda. Castro decidiera dar las declaraciones públicas aclarando su versión de los hechos y previniendo un uso político de su problema.
En este caso, como en otros, la Licda. Castro no es una “evasora de impuestos”. Su nombre apareció en una lista que la SAT nunca reconoció como propia ni tampoco dio las obligadas explicaciones de cómo se “filtró” un material que, por mandato legal, deben manejar confidencialmente. No obstante lo anterior, no sería la primera vez que las autoridades fiscales dejan y hasta alientan que los medios de comunicación dramaticen este tipo de casos calificando a los tributarios como “evasores”. Lamentablemente, esa irresponsable calificación es, casi, un deporte nacional en ciertos círculos. Les encanta decir que las empresas guatemaltecas son “grandes evasoras”; deliberadamente se generaliza para exagerar sin mayor fundamento y evitar tener que señalar individualmente. Por ello, el caso de la viceministra es un ejemplo por tomar en cuenta. Elementos interesados de nuestra sociedad son rápidos para condenar y difamar, pero malos para presentar evidencias.
En lo que a las autoridades de la SAT concierne, ellos también tienen una gran responsabilidad en manejar la información como la ley y la Constitución les ordena, además de dar declaraciones apegadas a la verdad sin alentar la especulación. Afortunadamente, ese es un compromiso que el nuevo superintendente ha adquirido.
- 4 de febrero, 2025
- 4 de febrero, 2025
- 27 de enero, 2025
Artículo de blog relacionados
Crítica Digital Mi lucha, el libro autobiográfico en el que Adolf Hitler describió...
1 de octubre, 2009Por Gabriela Calderón de Burgos El Universo Algunos pensamos que la gran mayoría...
10 de mayo, 2013Siglo XXI Un banco “central” es aquél que el Estado crea para ejercer...
4 de octubre, 2008Infolatam Madrid – Argentina, Iraq, Guinea Ecuatorial, Venezuela, Irán, Camerún y República Dominicana...
27 de agosto, 2008