La carrera armamentística en latinoamérica
He de confesar que en el tema de armas carezco de formación. Es más, usualmente veo las Fuerzas Armadas con desconfianza, considerando que en buena parte de América Latina sólo han servido para protagonizar dictaduras. Aún así, concedo que el tema militar es importante y precisa estudio. Ciertamente se puede argumentar que las fuerzas armadas en América Latina cumplen funciones alternativas en vigilar fronteras, atacar al narcotráfico y ayudar ante desastres naturales.
En tal sentido, me he animado a comprar y leer un interesante reporte publicado en España. En ese documento, se estudia con detalle la inversión armamentística y los equipos que manejan las Fuerzas Armadas en América Latina, España y Portugal. Me he sentido terriblemente ignorante ante los confusos nombres de armamentos, llenos de siglas y los cuales seguramente alguien mejor preparado puede dilucidar. He sentido lo que deben experimentar muchos al leer los textos que yo escribo sobre economía. Aún así, hay partes del reporte inteligibles para quienes carecemos de cultura militar.
Lo primero, es medir la inversión en gasto militar. En esta área, los países de la OTAN recomiendan una inversión en torno al 3% del PIB. Ciertamente muchos denunciarán que el Banco Mundial recomiende un comparativamente magro 0,7% del PIB para ayuda internacional destinada a erradicar pobreza. Lo cierto es que si bien en el grueso de América Latina está sin alcanzarse esa cifra, el gasto militar ha tenido un incremento sustancial. El primer impulsor para ello ha sido la bonanza económica en la región, catalizador para una mejor recaudación y mayor gasto público militar.
En el mundo como un todo, el gasto militar durante 2010 – año más reciente que compila el reporte – alcanzó un sorprendente valor de 1.569 miles de millones de dólares estadounidenses. Esa cifra sería lo que se denomina en inglés 1,6 trillion USD y en castellano 1,6 billones de USD – en castellano y en inglés tenemos esa confusión entre “trillion” y “billón”-. Para dar una idea de a cuánto equivale eso, es poco más del PIB español completo para ese mismo período (1,43 billones de USD según The Economist) y alcanzaría un 2,93% del PIB Mundial (54,6 billones de USD).
De ese volumen tan enorme de gasto militar en apenas un año, Estados Unidos de América se lleva 44% del total mundial – EEUU destinó a sus Fuerzas Armadas 687 mil millones de USD, que equivale a la mitad del PIB brasilero para 2010. Está claro que EEUU manda en el apartado. De lejos la sigue el conjunto de Europa Occidental con 317 mil millones de USD, Asia y Oceanía (incluyendo a China, claro está) con 290 mil millones de USD y a continuación Oriente Medio con 106 mil millones de USD. Contra esas cifras, América Latina luce pequeña, porque su gasto militar es de 60,7 mil millones de USD en 2010. Ese total equivaldría, para dar una idea, a la cuarta parte del PIB venezolano para el período (228 mil millones de USD).
Ahora bien, si en términos de magnitud América Latina sigue siendo pequeña frente al mundo, su gasto militar fue el que más creció, como región, durante 2010 – 5,8% – y entre 2005 y 2010, en conjunto, se ha expandido 25%. Se puede decir, a ciencia cierta, que hay una carrera armamentística en América Latina o, dicho de otra forma, el gasto militar en esa región fue seis veces superior al correspondiente español de 2010: 10.532 millones de USD en 2010 y 9.385 millones de USD presupuestados para 2011.
De este total gastado en Defensa por la Región Latinoamericana, casi la mitad corresponde a Brasil (46,4%). Colombia va en segundo lugar en magnitud, con participación regional del 15,2% y Chile sorprende con un tercer lugar – acumula el 10,2% en la región.
Un dato interesante es qué porcentaje del PIB se destina a Defensa. Sorprende que Ecuador lidera la proporción de sus renta interna destinada a ese apartado; destina 3,48% del PIB. Brasil, con todo y su liderazgo en gasto, sólo invierte el 1,73% del PIB en esa área. Cuba es el segundo en participación porcentual de América Latina – 3,47% del PIB –; Chile tiene el 2,43% del PIB destinado a gasto militar y Colombia le sigue con 2,30% del PIB. Sorprende ver que México apenas destina 0,49% del PIB a este tema, siendo que su gasto militar acumula el 8% realizado en América Latina – le gana Chile, por sólo dar una idea de que México es poco militarista-. Venezuela también se vería como comparativamente “pacífica”, al destinar a Defensa “sólo” 0,83% del PIB, siendo que el Reporte arguye dudas sobre si hay transparencia en sus cifras –pareciera ser que Venezuela quiere dar una imagen más débil de la que realmente le corresponde-. Lo cierto es que Venezuela es el único país en Sudamérica donde cayó el gasto militar entre 2005 y 2010, según las cifras oficiales – se habría reducido 32% en ese lapso-. Una nación donde el presupuesto militar luce escaso para la dimensión territorial es Argentina, donde sólo se destina el 0,83% del PIB al apartado militar; ahora que se conmemora treinta años del conflicto por Islas Malvinas con Reino Unido, lo cierto es que las Fuerzas Armadas argentinas lucen débiles –por más que entre 2005 y 2010 el gasto militar se haya incrementado 72%-; pareciera ser que persiste una política de “asfixiar” por vía presupuesto a los militares. Un país que gana protagonismo es Perú, nación cuyo gasto militar ya casi alcanza 2.000 millones de USD y fue el país que más incrementó el gasto militar entre 2009 y 2010 – 14,1%-. Por dar una idea sobre esta participación del gasto militar en el PIB, en España el valor está en torno al 0,95% del PIB, donde el “coste de las misiones internacionales ascendió en 2011 a 1.132 millones de USD” y donde en 2012 el presupuesto militar se reduciría en 5% respecto a 2011, alcanzando 9.102 millones de USD.
Siguiendo también al reporte, está el caso de Centroamérica – en la cual erróneamente se incluye a México, que técnicamente es Norteamérica -. Se señala: “Respecto a Centroamérica, Honduras se mantiene durante un año más como la primera nación de esa región por esfuerzo de defensa. Respecto al PIB, dedicó el 1,13% en 2010”. Está claro que su magnitud en valor absoluto es baja, 235 millones de USD, respecto al vecino mexicano – el cual gasta 4.859 millones de USD -; ahora bien, después de México, Honduras tiene el mayor gasto militar entre EEUU y el istmo de Panamá.
Hasta el momento, este trabajo viene siendo un compendio de cifras. Sin duda se nota que es un economista quién está escribiendo. En cualquier caso, queda visible que en una región donde hay necesidades urgentes por otros servicios como educación y salud, el gasto militar se lleva una buena tajada de recursos. En Chile, por ejemplo, el gasto público en salud de 2010 representó el 3,4%, apenas 1 punto porcentual por encima de lo que se lleva defensa.
Estas cifras de gasto se refieren esencialmente a gastos de personal (salarios y pensiones). La inversión en armamento, por ejemplo, como mucho alcanza un 15% del gasto total militar. Otro asunto es el nexo entre Policía y Fuerzas Armadas. En Centroamérica, por ejemplo, se da por válido que las Fuerzas Armadas asuman funciones de Seguridad Interna, enfrentando temas como narcotráfico y la guerra contra esas fatales pandillas criminales de los maras. En Sudamérica, aún se mantiene cierta división de funciones. En ambas regiones sí se admite la participación de las Fuerzas Armadas ante escenarios de desastre natural – terremotos, inundaciones y derrumbes.
Otro tema espinoso son los intereses internacionales de la industria armamentística. Los proveedores de armas en la región incluyen un abanico de naciones considerable. Como fabricante de armamento destaca Brasil. Ahora bien, en materia de importaciones de armas, los países latinoamericanos se abastecen desde un espectro de proveedores cuyas nacionalidades son variadísimas; destacan como naciones que más abastecen a la zona: EEUU, Rusia, Bielorrusia, China, Israel, Irán, España, Francia, Italia… Hay un mercado importante de armamento usado, el cual es reutilizado en América Latina.
Un importante proveedor de armamento marítimo español, Navantia, tiene por principal cliente a la Venezuela chavista, tan denostada por los medios informativos hispanos. Según señala el reporte: “El principal cliente de Navantia en Latinoamérica es Venezuela, que, como muchos de nuestros lectores sabrán, en 2005 firmó un contrato mediante el cual la Armada Bolivariana (AB) se dotaría de 8 patrulleros, 4 del tipo BVL y otros 4 POVZEE. Actualmente [2012], 3 de los últimos navíos mencionados están entregados y en servicio, estando pendiente sólo el suministro del Patrullero de Combate (PC) PC-24 Karina, último de la clase, que se hará este año en el astillero de Puerto Real (Cádiz).” Es tal el interés comercial de Navantia en Venezuela, que se está considerando hacer proyectos conjuntos de fabricación en suelo venezolano, en los Diques y Astilleros Nacionales (DIANCA).
El caso extremo es Centroamérica, donde la política militar es guiada esencialmente por EEUU. Aún así sorprende que en esa región pueda preferirse algunos vehículos aéreos brasileros, los cuales se adaptarían mejor a ciertas misiones. Lo cierto es que en América Central el armamento es provisto fundamentalmente desde el vecino del Norte y muchas veces se incautan armamentos al narcotráfico que son luego destinados a las Fuerzas Armadas. Vale esta cita del reporte como ejemplo: “Nicaragua ha incorporado hasta 40 lanchas capturadas al narcotráfico”.
Sin duda la guerra al narcotráfico merece estudio, porque es bien sabido que este problema para la seguridad es generado por prohibiciones legales, inspiradas esencialmente desde EEUU, las cuales han servido para criminalizar un problema social: el consumo de estupefacientes, opiáceos y demás narcóticos. La penalización de estas drogas, preferida sobre la alternativa que es la prevención, está llenando de sangre y armas a toda Latinoamérica.
Brasil es una de las naciones que mejor se vende en el reporte. En septiembre de 2010 se creó la nueva Jefatura del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Brasil, coordinada por el militar y economista General José de Nardi. Este comando centralizaría las operaciones de Ejército, Armada y Aviación, dando espacio a comandos conjuntos que integren estas fuerzas. Algunas citas de lo declarado por el militar brasilero dan una imagen positiva sobre cómo hacer marketing nacional: “…Cualquiera de los poderes constitucionales puede tener la iniciativa de convocar las Fuerzas Armadas (Marina, Ejército y Aeronáutica) como instituciones nacionales, regulares y permanentes a defender la Ley y el Orden”. Al hablar sobre la intervención armada en zonas urbanas peligrosas, el General de Nardi dice: “…Las actividades de la Fuerza de Pacificación se desarrollan en cooperación con el Gobierno del Estado de Río de Janeiro en una situación de normalidad institucional y plena vigencia del Estado de Derecho”. Sobre el apoyo de las Fuerzas Armadas ante emergencia ambiental, el General afirma: “Nuestros estudios y seguimientos en materia de desastres ambientales en Brasil y los países vecinos de Sudamérica, indican que en los próximos años los mismos tienden a ser cada vez más intensos y frecuentes”. Además las Fuerzas Armadas Brasileras han conducido programas con la Policía Federal, especialmente en el marco de vigilancia fronteriza.
Brasil destaca por tener misiones internacionales, siendo el referente fundamental el trabajo que está desarrollando en Haití, apoyando a la ONU. Otra nación que sorprendentemente tiene una sofisticación relevante en Fuerzas Armadas es la pequeña (en territorio) Uruguay, la cual recibe también tratamiento especial en el reporte, emitiendo un comunicado el Comandante en Jefe de la Armada Nacional Uruguaya, Almirante Alberto L. Caramés. Uruguay también colabora con la ONU. El Almirante hace referencia a que “… la Educación Naval ha dado un salto cualitativo por la incorporación del Simulador de Navegación y Maniobras más moderno de Latinoamérica”. La Aviación Naval del Uruguay también cuenta con su propio comunicado en el reporte.
También tienen participación individual, emitiendo comunicados, las Fuerzas Armadas de Perú. El Comandante General de la Marina de Guerra del Perú, Almirante José Ernesto Cueto Aservi, declara que ya está en marcha el “Plan de Largo Plazo de la Marina de Guerra del Perú” y se muestra optimista por las buenas perspectivas de crecimiento económico en su país.
La Marina recoge mucho espacio del reporte, dado que es cada vez más importante el apoyo militar al transporte de materias primas. La prevención de ataques piratas y la protección logística cobran importancia estratégica para sostener el crecimiento económico. En tal sentido, las marinas mercantes nacionales tienen una dimensión significativa para la cooperación.
El caso venezolano tiene todos los defectos de un mal marketing. Lo primero es que pocos le creen en sus cifras, porque se considera que hay proyectos más poderosos de armamentos que los declarados. Conociendo la politización de las Fuerzas Armadas venezolanas, ciertamente inquieta su dimensión. Se tiene un total de 17.500 oficiales en la armada, 35.000 efectivos en el ejército, 35.00 efectivos en la guardia nacional y 7.000 efectivos de Fuerza Aérea. El sistema de defensa aérea venezolano sería el más poderoso de la región, si se cumplen los objetivos de asistencia establecidos con Bielorrusia. Si bien las relaciones con EEUU están mal en Venezuela y le han entorpecido sus planes de rearme, en Venezuela hay proveedores de todos lados: Bielorrusia, China, España, Francia e… Irán. Sorprende la diferencia de orientación respecto a la vecina Colombia, la cual realiza su provisión de armamento y logística desde EEUU e Israel, principalmente. Una nota que inquieta sobre el uso político de las Fuerzas Armadas en Venezuela es este comentario del reporte: “Como parte de la implementación del Comando Nacional de la Guardia del Pueblo, se han establecido los primeros 9 destacamentos planeados para albergar 3.362 efectivos, a ser desplegados inicialmente en el Distrito Capital y los Estados Vargas y Miranda. A estos se les ha entregado las carabinas Cx4 Storm”. Esto es, en pocas palabras, armar a paramilitares afines al movimiento político de Chávez para que se hagan fuertes en Caracas y los Estados (provincias) que la circundan.
Por demás, este reporte muestra todas las estrategias de apoyo por vía de financiación a la compra de armas. Desde China hasta Brasil dan líneas de crédito a sus socios comerciales en el mercado armamentístico. Ojalá otras vías de cooperación tuvieran esta fluidez.
Como antibelicista, uno tiene esperanzas en Costa Rica y Panamá, donde se han abolido las Fuerzas Armadas. Aún así, en esos países hay gasto de defensa. El Ministerio de Seguridad costarricense maneja un presupuesto relevante, de 350 millones de USD y se destina parte de lo recaudado con exportación del banano a financiar defensa. Hay una policía fronteriza y ayuda tanto policial como militar de EEUU. Siguiendo lo que dice el reporte sobre Costa Rica: “Dos ejes han impulsado las preocupaciones de seguridad para la Administración Chinchilla: la crisis fronteriza con Nicaragua y la guerra contra las drogas y el crimen organizado. La primera llevó a crear la Policía Especializada en Fronteras, de corte paramilitar y apertrechada debidamente. La segunda es poco más compleja y la policía tica no parece tomar el control de la situación. Se ha detectado la actividad de los carteles colombianos y mexicanos en el territorio nacional y las fuerzas del orden se ven mal adiestradas y equipadas para contrarrestarlas”.
En Panamá, el Ministerio de Seguridad Pública maneja un presupuesto para 2012 de 548 millones de USD; nuevamente hay cooperación estadounidense, aportando ayuda militar y policial. La fuerza de seguridad fronteriza panameña está integrada con la colombiana, para enfrentar la debilitada guerrilla colombiana.
En fin, en esta zona continental parece que las perspectivas de pacificación y desarme son remotas. Hay la paradoja de que un mayor poder militar se construye cediendo soberanía en muchos ámbitos. Está por verse si todos estos programas realmente fortalecen la vida democrática.
El reporte contiene datos técnicos que escapan a mi dominio, especialmente al describir el armamento. Tiene el mérito de hacer transparente un tema opaco hace unas décadas y sorprende la apertura de información disponible, contando con cooperación oficial casi siempre. La fuente es: EDEFA. Anuario Latinoamericano 2012 de la Defensa. La Dirección corresponde a una Dama, Da. Eva Cervera. El sitio de Internet es www.edefa.com
- 23 de julio, 2015
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