Estados Unidos al borde de América Latina
El dogma de que el poder absoluto, por la hipótesis de su origen popular puede ser tan legítimo como la libertad constitucional, ha comenzado a enrarecer el ambiente. – Lord Acton
En una de sus últimas presentaciones públicas el presidente Obama dijo: “Estados Unidos sufre la división social más grande en décadas…Esta elección tendrá el contraste más grande que hemos visto desde la elección de Johnson-Goldwater”. Perdóneme señor presidente, pero la división que Usted ha planteado es a mi juicio la única en la historia de Estados Unidos. Ni aun la Guerra de secesión implicaba una división conceptual como la que Ud. plantea. Así le puedo decir que las diferencias políticas entre Johnson y Goldwater no implicaban en ningún caso, una amenaza al sistema del Rule of Law, tal como fuera concebido e implementado en su oportunidad por los Founding Fathers. Tanto es así que podría decir que cuando Johnson alcanzó el poder implementó las políticas propuestas por Goldwater. Fue así que Santo Domingo se salvó de ser otra Cuba por la llegada de los “marines”.
Permítame decir que ese sistema ético político y jurídico concebido por los Founding Fathers implicó un cambio sustancial en la historia de la humanidad, por mas que fuera desconocido y a la vez descalificado por Marx como el capitalismo. Así surgió la pretensión del nirvana socialista, de crear un hombre nuevo, que alcanzaría la igualdad (De cada cual de acuerdo a sus capacidades a cada cual de acuerdo a sus necesidades) y el estado desaparecería así como la división del trabajo. Alcanzaríamos así el fin de la historia pues desaparecerían los antagonismos.
Ya vemos así la línea de su pensamiento político cuando se refiere casi ignominiosamente a los ricos y propone imponerles impuestos mayúsculos. Aparece así en su retórica las virtudes del pueblo tal como las expusiera Aristóteles: “Cuando el pueblo se hace monarca, actúa como tal y viola la ley y desde entonces los aduladores del pueblo tienen un gran partido.”Esa batalla por la igualdad entra en una violación paladina de los principios en que se sustenta el Rule of Law, tal como lo expresara Madison en el Federalista, donde escribió: “En una sociedad bajo la forma de la cual la facción más poderosa se puede rápidamente unir y oprimir a la más débil, se puede decir que reina la anarquía, donde el individuo más débil no está seguro frente a la violencia del más fuerte”.
Es decir que en esa posición Obama está pretendiendo violar el derecho de propiedad, y aun más el derecho a la búsqueda de la propia felicidad. Es decir que queda descalificado el interés privado, en nombre de una supuesta igualdad, que logra destruir las fuerzas productivas y determina la concentración del poder político. Esa concentración de poder en nombre del pueblo, constituye una violación de otro principio básico del Rule of Law, que es el reconocimiento de la falibilidad de la naturaleza humana y por tanto se impone la limitación del poder político.
La esencia de esa limitación del poder político se constituye en la división de los poderes. Permítanme otra cita trascendente al respecto de Adam Smith: “Cuando el poder judicial está unido al poder ejecutivo, es prácticamente imposible que la justicia no sea sacrificada frecuentemente a lo que vulgarmente se denomina política.” Una vez más ha quedado claro que Obama desconoce la naturaleza misma del Judicial Review. (Revisión judicial). Ese concepto fue aun ignorado en Inglaterra durante el Glorious Revolution de 1688, cuando las prerrogativas del rey fueron trasladadas al Parlamento. El rey reina pero no gobierna, pero el Parlamento es omnipotente en nombre del pueblo.
Esa gran diferencia con el sistema Americano fue señalada primeramente por Hamilton en la Carta 78 de El Federalista donde escribió: “Porque yo concuerdo en que no hay libertad, si el poder judicial no está separado de los poderes ejecutivo y legislativo. Por tanto ningún acto legislativo contrario a la Constitución es válido.” Este principio fundamental es igualmente ignorado por Obama cuando pretende desconocer el derecho de la Corte Suprema de declarar inconstitucional su ley de salud (Obamacare) Tanto así que hasta ha pretendido desconocer que exista algún precedente jurídico que reconozca tal poder de la Corte Suprema.
Señor presidente lamento informarle que ese antecedente que Ud. ignora data de 1803. Fue en esa fecha que en el famoso caso Marbury vs Madison el Juez Marshall tomo la siguiente decisión y dijo: “Todos aquellos que han formado constituciones escritas, las consideran como formando la ley fundamental y principal de la Nación, y consiguientemente la teoría de tales gobiernos debe ser que cada acto de la legislatura repugnante a la Constitución es nulo. Es enfáticamente el ámbito y el deber del Departamento de Justicia el decir que es la ley.” Esa fue la aplicación práctica de los principios expuestos por Hamilton a los cuales nos hemos referido.
Basado en estos principios se instituyó a partir de 1787, el sistema político que transformó la historia del mundo. Tanto así que en solo 100 años Estados Unidos se convirtió en la primera potencia mundial. Y más aun le debemos el mantenimiento de la libertad y no ser nazis o comunistas. No obstante esta realidad ese sistema fue descalificado por Marx como capitalismo, y por Lenin como imperialismo. Lamentablemente Lenin esta presente y la oposición al mismo se ha convertido en una fuente del poder de la izquierda en nombre del antiimperialismo. Aun en Europa se le descalifica como la hegemonía americana. El problema que genera la posición de Obama pues es el riesgo de que se viole el sistema del Rule of Law. Y ese sistema no es económico sino que la economía es el resultado del mismo.
Ya Tocqueville había señalado que: “Los vicios del sistema son tanto más fuertes que la virtud de los que lo practican.” Y ese vicio del sistema se manifiesta cuando se reconoce la democracia como el poder de las mayorías. Así se olvida que cuando el “pueblo” tiene derechos, desaparecen los derechos individuales en nombre del bien común y consecuentemente queda el poder político absoluto, tal como lo previera Lord Acton. Debo recordarle a Obama que tanto Hitler como Mussolini fueron elegidos por el pueblo. Por tanto recordemos la observación de Jefferson al respecto cuando expresó: “Un despotismo electivo no es el gobierno por el que luchamos”. En esa línea nos encontramos con múltiples gobiernos latinoamericanos.
La actitud de Obama es realmente preocupante para la historia universal y el momento que se vive. No hay sustituto en el mundo para la libertad como la ha representado Estados Unidos a través de su historia. Insisto, jamás se ha presentado en este país una disyuntiva como la planteada por Obama que amenaza la sobrevivencia del sistema de libertad ante la violación paladina de los derechos individuales y el desconocimiento de la función prioritaria de la Corte Suprema en defensa de la Constitución. Esperemos que los americanos tomen conciencia del riesgo que están corriendo de hacer de Estados Unidos un país latinoamericano más y por supuesto obtener los mismos resultados. Y al respecto me permito señalar que la diferencia no es racial ni cultural sino del imperio del sistema que es desconocido diría en el mundo. Como dijera David Hume: “La naturaleza humana es inmodificable, si queremos cambiar los comportamientos debemos modificar las circunstancias.” Evidentemente la circunstancia es el sistema político en el que se desarrolla la actividad del hombre.
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