Uruguay: La vecina orilla
El País, Madrid
Nuestra "semana de turismo" fue en el caso de quien suscribe, oportunidad propicia para una visita a Buenos Aires. Ese "París", que conforma especialmente el centro de la gran ciudad próxima.
Ese "París", expresión que se escucha frecuentemente, es una parte de la ciudad, en el propio centro y a medida que uno se aleja de allí, hay otra realidad con personas que transmiten carencias y barrios que son latinoamericanos. Cuando uno viaja se compenetra casi automáticamente con la información corriente del lugar que visita. Hoy con las posibilidades del cable televisivo lo cierto también es que quien se lo propone puede informarse por los medios de comunicación de lo que le interese de lugares ajenos al propio. Con Argentina esto es particularmente así.
En el momento que viene de aludirse, el tema político central era allá un aparente ejercicio de venta de influencias que se imputa al vicepresidente Amado Boudou, en relación con la compra por particulares de una imprenta apta para imprimir billetes de moneda argentina. Todos los espacios de los medios de comunicación apuntaban a dicha circunstancia. Y, en medio de esas realidades que a los uruguayos nos sorprenden, la andanada de denuncias y el surgimiento de hechos comprometedores, no fueron óbice para que de todas formas el Banco Central de aquel país le encomendara a los nuevos y sospechados dueños de la empresa respectiva -complicada por un proceso de quiebra- la impresión de billetes, con un costo de decenas de millones de dólares.
Con tal ajetreo, se anunciaba la posibilidad de que el gobierno tomara medidas nada menos que con Yacimentos Petrolíferos Fiscales (YPF), hasta hace pocos días en las manos privadas de la española Repsol. De hecho, algunos gobernadores de provincias petrolíferas, venían suspendiendo permisos para la exploración de petróleo y gas, en tiempos en los que hay anuncios -a confirmar- respecto a que Argentina podría tener reservas de combustible que le ubicarían en el tercer lugar del mundo sobre el particular.
Las medidas se tradujeron en sucesivas bajas de las acciones de Repsol que cotizan en Wall Street, en Nueva York. Obviamente. La pérdida de valor, implica algo a considerar al tiempo en que se ha enviado al parlamento del vecino país una ley expropiatoria que quita la empresa a los españoles y devuelve la explotación de gas y petróleo al estado de allende el Plata.
La actual presidente de la República Argentina en 1992, siendo diputada y su esposo gobernador de la provincia de Santa Cruz, enclave de importantes reservas, fue acérrima defensora de la privatización de YPF, durante el gobierno de Carlos Menem (el asunto fue más complicado porque la provincia recibió algo así como 500 millones de dólares por concepto de regalías del gobierno nacional, que luego Néstor Kirchner colocó en el exterior y no se sabe que hayan vuelto a la Argentina).
La materia de fondo es de consideración complicada. Que hay que conocer bien para abrir una opinión aproximada. No obstante, lo im-pactante es que el gobierno argentino con la forma de proceder se ha ganado la enemistad de la Unión Europea y de los Estados Unidos de América, a la que suma la del barrio con su proteccionismo económico.
De lo que saben miles de trabajadores compatriotas desocupados por ello.
- 23 de julio, 2015
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