Siempre se puede estar peor: Un admirador de Hugo Chávez es el líder de la nueva fuerza política de Grecia
The Wall Street Journal Americas
El fracaso de Grecia a la hora de llegar a un acuerdo para formar un Gobierno de coalición tras las elecciones se ha saldado con un claro ganador: Alexis Tsipras, el carismático líder de 37 años de la Coalición de la Izquierda Radical, la nueva fuerza política que habrá que tenerse en cuenta en Grecia.
Tsipras llevó a su partido, Syriza, al segundo lugar en las elecciones del domingo con un 16,8% de los votos, apenas dos puntos porcentuales por debajo del partido vencedor, el conservador Nueva Democracia, relegando al tercer puesto a los socialistas del Pasok, hasta no hace mucho la fuerza política que contaba con mayor apoyo del electorado.
Syriza, que se ha opuesto a las políticas de austeridad impulsadas por los socios europeos de Grecia, aumentó más del triple su porcentaje de votos conseguidos en las últimas elecciones celebradas en 2009. En el proceso, Tsipras, admirador del presidente venezolano Hugo Chávez, se ganó un asiento en la mesa de negociación para formar un nuevo Gobierno griego, algo que parecía improbable sólo hace unos días.
El martes, Tsipras intentó formar un Gobierno de coalición, pidiendo a los dos partidos que negociaron el segundo rescate internacional del país que renuncien a su apoyo a la austeridad.
Alexis Tsipras sustituye al líder conservador Antonis Samaras, de Nueva Democracia, que no logró un acuerdo con los políticos de los demás partidos para crear un Gobierno tras las elecciones no decisivas del domingo. Según la ley helena, Samaras tenía tres días para reunir un Gobierno, pero tiró la toalla después de tan sólo seis horas.
Nueva Democracia y Pasok eran socios en el Gobierno de unidad saliente, que firmó el segundo paquete de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a cambio de comprometerse a recortar más el presupuesto, subir los impuestos y aplicar otras dolorosas medidas para sanear la economía griega.
Tsipras declaró muertos esos compromisos y dijo que habían sido anulados por el "veredicto del pueblo".
"No esperábamos tales porcentajes", dijo un portavoz de Syriza. "Pero el mensaje del electorado es claro. Quieren un cambio radical en la gestión de su país, quieren el fin de la brutal austeridad y estamos preparados para asumir el desafío".
A medida que se reducen las posibilidades de que emerja un nuevo gobierno en estas negociaciones, los líderes políticos ya tienen la mirada puesta en las próximas elecciones, El 10 de junio se baraja como una posible fecha.
La nueva votación probablemente enfrentaría a Samaras y a Tsipras en lo que se podría convertir en una elección entre el euro y el dracma.
"Tsipras—como todos lo líderes de partido—está actuando de manera estratégica con la mira puesta en la próxima elección, asegura Harris Mylonas, profesor de ciencia política de la Universidad George Washington. "Su principal preocupación, creo, es garantizar que él sea elegible para recibir 50 escaños extra en caso que su partido reciba la mayor cantidad de votos en esa elección. Quizás con más partidos de izquierda participando".
Tsipras, que acude al Parlamento en una moto BMW, es partidario de anular el acuerdo de rescate de Grecia con sus acreedores extranjeros, los países de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional. Ha protestado airadamente contra las medidas de austeridad y las reformas estructurales exigidas a Grecia a cambio de los cientos de millones de euros en ayudas.
También ha pedido el perdón de la deuda o una moratoria en el pago de la misma para los próximos tres años. Tspiras argumenta que esta es la única manera de que Grecia pueda acumular superávit primario y ampliar su red de seguridad para apoyar al número creciente de ciudadanos que están sufriendo a causa de la recesión, ahora en su quinto año. Ha sido menos claro sobre si es partidario de que Grecia continúe en la zona euro.
"Los partidos que firmaron el memorándum [en el rescate] ahora forman una minoría. Sus firman han sido deslegitimizadas por el pueblo", afirmó Tsipras el domingo.
Si Tsipras gana las próximas elecciones –y si su partido gana apoyo, como esperan muchos observadores– sería difícil que otros partidos de izquierdas no se unan en coalición, entre ellos el partido socialista, que ya vio el domingo cómo un porcentaje de sus antiguos votantes prefirieron dar su apoyo a Syriza.
Tsipras se incorporó a las juventudes del Partido Comunista cuando estudiaba en la universidad. La mayor parte de su partido se escindió de una facción radical del Partido Comunista, y ha evolucionado hacia una agrupación paraguas de varias formaciones de la fragmentada izquierda del país.
Syriza es especialmente popular entre los jóvenes, los más golpeados por el desempleo. Es una de las pocas voces en la política griega que aboga por una agenda que incluya derechos individuales, derechos para los homosexuales, y aspectos medioambientales. Además, Syriza es uno de los pocos partidos en Grecia que apoya a los inmigrantes. Su retórica contra la brutalidad policial y a favor del derecho a protestar le ha granjeado críticas de los conservadores y los socialistas. Tsipras ha sido acusado de satisfacer a los anarquistas y otros grupos, que instigaron la violencia durante las manifestaciones en contra de la austeridad en Grecia.
Spiros Rizopoulos, analista político y consejero delegado de Spin Communications, cree que es inevitable que haya nuevas elecciones, que podrían beneficiar a Syriza a costa de los dos principales partidos. "Tsipras lo hará mejor en una segunda ronda. Tiene empuje en un momento en el que la gente está dispuesta a escuchar cualquier cosa", dijo Rizopoulos. "Si es listo, empezará moviéndose hacia el centro".
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