Hasta ahora muy bien

Esta separación de la realidad se deriva de olvidar el sentido común al analizar los evento económicos. La mayor parte de América Latina ha tenido tasas altas de crecimiento desde 2004, cuando comenzó un gran boom de productos primarios que dura hasta el momento. El boom latinoamericano coincide con el boom de productos primarios, porque el segundo es la causa del primero: dichos productos son la mayor parte de las exportaciones de América Latina, por lo que un aumento de los precios de estos productos resulta en un boom de exportaciones, que a su vez causa un boom de la demanda interna cuando los altos ingresos se gastan en los países exportadores.

¿Y por qué están altos los precios de los productos primarios? Porque hay una gran demanda por ellos, principalmente de China, Europa y Estados Unidos. ¿Y por qué está alta esa demanda? Porque hay una enorme demanda, insatisfecha por la producción local, en algunos países que han gastado mucho más que lo que producían en los últimos años, y que todavía lo siguen haciendo. El principal de estos países ha sido Estados Unidos, pero todos los otros que ahora se encuentran en graves problemas –Portugal, Italia, Irlanda, Grecia, España, y otros menores– han ayudado bastante. Estos países han sido los motores del crecimiento desde que terminó la recesión de 2001, porque ellos son los que han salido a comprar en enormes cantidades en los mercados internacionales, creando demanda para otros países, como China y Alemania, que han estado felices de venderles.

Las dificultades han empezado porque, con una excepción, los países motores no han podido mantener ese nivel de crecimiento de la demanda. Comprar más de lo que se produce sólo puede hacerse adquiriendo deuda, y estos países ya se endeudaron demasiado y ahora, en medio de huelgas y protestas porque la fiesta se acabó, están teniendo que ajustarse a sus verdaderos niveles de ingresos. Esto está pasando aun en Estados Unidos, aunque más gradualmente. Al irse ajustando, la demanda por bienes industriales va a ir bajando, con lo que la demanda de los productos primarios va a disminuir, llevando a una caída en sus precios. Esto lentificará el crecimiento en América Latina y eventualmente lo puede volver negativo, es decir, en vez de crecer, las economías van a decrecer. En algunos países esto generará crisis. Esto ya está pasando. Los productos primarios diferentes del petróleo llegaron a su pico en abril de 2011 y desde entonces han caído, con la excepción de los últimos tres meses. Los precios de ahora están 18 por ciento debajo de los de hace un año. Esto ya se ha sentido en la América Latina. La tasa de crecimiento de Brasil y Argentina se han venido abajo, en Argentina ya tienen problemas con la escasez de dólares, una crisis general se cierne sobre la región aun si no pasara nada catastrófico en Europa. Pero sí lo va a pasar, y el tsunami que esto cause tendrá graves efectos en la región también.

El Salvador casi no exporta productos primarios, sólo el café, que representa entre el 10 y el 20 por ciento de nuestras exportaciones. Pero también nos afectará lo que pase en la región y en el mundo desarrollado.

El autor es Máster en Economía, Northwestern University y columnista de El Diario de Hoy.