Guatemala: ¿Otto? ¿Rescatable? ¿Todavía?

Siglo 21

La conversación fue larga. El tema era uno: “¿Se puede rescatar todavía a Otto Pérez Molina?” Todos dieron sus opiniones. Tan variopintas que ondulaban desde las fantásticas —que la profecía Maya le daba a él un “renacimiento” — hasta las más extrañas, sexistas, homofóbicas, xenófobas, racistas, y un rosario de clasificaciones de la “raza” guatemalteca.

Como sea: ¿Es Roxana una carga en la administración de Otto? ¿Son los fallidos “asesores” militares en realidad “negociantes” que llegaban a ver qué podían sacar de un “general” a quien le crearon un “laberinto” y cada uno quiere venderle el camino de salida? ¿O fueron sus decisiones —impuestas muchas— las menos eficientes en materia de Ministros y Viceministros, muchos de los cuales más parecen “aliados de Líder”, o en el mejor de los casos, de “Sandra”, haciéndose pasar por “naranjitos”?

La cantidad de dudas surgió, no sin reconocer que en el caso de contrarrestar los bochinches de los delincuentes, digo “estudiantes” universitarios fue una movida sensata, junto, por supuesto, con la propuesta de “despenalizar” las drogas que tiene a los gringos brincando en un pie, y viendo cómo le hacen la “camita” al susodicho.

Errores, sin embargo, más grandes, por ejemplo la Ley Antievasión, el Paquetazo Fiscal, la pobre propuesta de “reformas constitucionales,” sólo para mencionar “triunfos” que se revertirán en fracasos.

¿Y realmente quiere la “relección”? ¿Estaría dispuesto a negociar con los partidos, principalmente “Líder”, para conseguir apoyo tanto en el cambio constitucional, como en el alargamiento del período de cuatro a seis años?

¿O ya está decidido que Roxana sería la “ungida”, a la Sandra, en la siguiente asamblea, con lo cual ella estaría más interesada en “todo el poder”, y aislar al otro, quien preocupado por no avanzar en sus objetivos no tendría más remedio que aislarse, al estilo Álvaro Colom, que es, al final, el consejo que “militares” cercanos, muy cercanos al poder, le darían, buscando ellos el espacio para Roxana, y la paralización de Otto. Vaya “promos”?

¿Pero de alguien quien dirigió la Inteligencia Militar, de veras, no sería acaso eso sorprendente? ¿O está el otro, en estos primeros cinco meses viendo cómo se mueven las piezas, testando “lealtades”, para dar el “salto de tigre” en el sexto mes de administración? El tiempo se acaba y de los 48 quedan 42 meses que empiezan a volar. El mundo no se acaba en diciembre.

La estrategia de “cut-and-paste” de los “programas sociales” no parece dar resultados. Genera más anticuerpos entre quienes recibían y no reciben más. Y los consejeros económicos parecen conocer más de “fashion” que de economía. En educación un grupo de “mocosos” parece ganarle la jugada. 

Aún si fuese a relección no ganaría, parece ser la conclusión de mis interlocutores.

¿Un nuevo grupo político para rescatarlo? Pero si fue la política la que lo puso ahí, por qué habría ella de rescatarlo. Todavía tiene una ventaja pública: no se le conocen “clavos”; ah, pero ellos lo buscan ¿Fonapaz? ¿fertilizantes? ¿Ministro de Salud?

Buenas noches, señores. Me despedí. ¿Es Otto todavía rescatable?