Tambien en Uruguay, peligros varios

El Diario Exterior

Uruguay es un país serio, con una profunda tradición de respeto por las libertades individuales. Tuvo, como otros, un largo período de oscuridad: el de la década de los 70, en la que una dictadura militar se enfrentó a la guerrilla armada de orientación marxista. Por esto sorprende que, de repente, la administración de José “Pepe” Mujica haya comenzado a hacer señales preocupantes de restricción a una de las libertades esenciales, aquella de la que dependen todas las demás: la libertad de expresión.

Mediante un decreto y con la excusa de mejorar la lucha contra la delincuencia el gobierno oriental regulará los contenidos de los informativos de televisión y los programas periodísticos de carácter político.

Hasta el Vice-presidente, Danilo Astori, considerado como una suerte de ancla de la administración de Mujica con la prudencia, acaba de expresar su preocupación por la norma y la forma en que será utilizada. “Hay que tener cuidado -dijo- hasta dónde llevamos los límites”. Además sugirió la necesidad de escuchar a los interesados, incluyendo a quienes discrepen con los proyectos, y al Poder Judicial.

Mientras tanto, la administración de Mujica se ha negado a revelar a su organismo público de control cómo gasta y asigna (a través de ANTEL, la empresa pública telefónica) la publicidad oficial. A lo que hay que agregar que ha anunciado que está trabajando en proyectos de normas que en el futuro habrán de regular la actividad de los medios, los que serán sometidos al Congreso (que el oficialismo domina), antes de fin de año.

Para hacer las cosas aún más confusas, el gobierno uruguayo acaba de anunciar -sorpresivamente- que habrá de despenalizar la venta de marihuana. El consumo, recordemos, no está penado en el Uruguay. A estar a la información atribuida por el diario “El País”, de Montevideo, a algunos jefes policiales, de siete uruguayos que prueban la marihuana, tres se transforman en adictos. De esos tres, uno abandona con el tiempo el consumo de marihuana y dos siguen con el mismo o -peor- pasan a consumir drogas más fuertes. Hay unos 75.500 uruguayos que hoy consumen marihuana.

A estar a la información ya difundida, el proyecto oficial prevé asignar unas 100 hectáreas de tierras fiscales a producir marihuana por parte de agricultores privados. Mencionan unos 28 kilos de marihuana por año. Cada consumidor podrá obtener 30 gramos por mes. Pero no se podrá vender marihuana a los extranjeros, “para no caer en el narco-turismo”. Tampoco a los menores de edad. La venta se hará a través de entes privados (farmacias) y de “clubes o asociaciones de consumidores”. El Estado regulará las ventas y mantendrá un registro de los consumidores.

Mujica tiene un problema. Uruguay ha suscripto la Convención de Viena de 1988 que (en su artículo 3°) prohíbe a sus signatarios la producción, fabricación y venta de estupefacientes. ¿Pensará abandonarla?

La confianza de la gente en el gobierno del Frente Amplio está cayendo. Quizás por esto, el ex presidente Tabaré Vazquez, que había anunciado su retiro de la política, ha confirmado que participará del próximo Plenario del Frente Amplio, lo que muchos interpretan como una “señal fuerte de regreso”, disconforme con lo que sucede en su espacio político.

En paralelo, los “colorados”, uno de los dos partidos de centro tradicionales, están ganando espacio en el escenario político, mientras los “blancos” (sus aliados) han reforzado su labor de control de todo lo que hace y deshace el oficialismo, previendo que no es imposible que puedan aspirara a triunfar en las próximas elecciones del 2014, algo que -en verdad- parecía una posibilidad bastante lejana hasta no hace mucho y hoy parece posible.

Emilio J. Cárdenas fue Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.