Obama, Romney y la agenda Latinoamericana
El presidente saliente del Banco Mundial, Robert Zoellick, a quien se menciona como un posible candidato a la Secretaría del Tesoro o la Secretaría de Estado de Estados Unidos si el Republicano Mitt Romney logra ganar las elecciones de noviembre, está intentando resucitar una idea ambiciosa: un bloque hemisférico de libre comercio.
Hablando a ratos como si ya estuviera trabajando en la campaña republicana —aunque me dijo que no hablará sobre su futuro político hasta después de dejar su cargo en el Banco Mundial el 30 de junio—, Zoellick está pidiendo una “nueva agenda” para mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica.
En una entrevista que le hice esta semana, Zoellick se explayó sobre las propuestas que planteó el 7 de junio ante el Diálogo Inter-Americano, un centro de investigación de Washington, donde sugirió revivir los planes de crear un área de libre comercio regional.
Se trata de una idea que ha estado virtualmente muerta desde que los países latinoamericanos rechazaron el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) de la administración de George W. Bush en la cumbre del 2005 celebrada en Mar del Plata, Argentina.
Estados Unidos debería desempeñar “un rol catalizador y de liderazgo, y no ha estado haciendo nada de eso”, me dijo Zoellick, refiriéndose a la necesidad de revivir las negociaciones comerciales inter-continentales.
“Nuestra agenda comercial ha quedado estancada”, dijo Zoellick. “Sería un error estratégico (no volver a iniciar negociaciones con la región), porque parte de la resurrección de Estados Unidos depende de su integración concreta con el mundo, incluyendo nuestro propio hemisferio”.
¿Pero cómo pretende hacer revivir las negociaciones comerciales regionales, cuando pocos en Washington le prestan atención a Latinoamérica, y muchos países latinoamericanos no desean mejorar sus relaciones con Estados Unidos?, le pregunté.
“Estamos entrando en una nueva fase, en la que los internacionalistas de Estados Unidos, que tradicionalmente se centraron en Europa y en Asia, y en cierto grado en el Medio Oriente, deben incluir también a Latinoamérica en sus evaluaciones”, dijo Zoellick. “Es un área muy promisoria”.
Con respecto a la reticencia de muchos países latinoamericanos a mejorar sus vínculos con Estados Unidos, Zoellick dijo que parte de esa resistencia tal vez ya se haya reducido, porque Estados Unidos ha empezado a rebajar los subsidios a la agricultura y al etanol que Brasil y otros países latinoamericanos han criticado desde hace tiempo.
Zoellick dijo que Washington podría empezar por crear un bloque comercial con aquellos países que ya tienen acuerdos de libre comercio con Estados Unidos —incluyendo a México, Canadá, Colombia, Perú, Chile y algunos países de Centroamérica—, y más tarde extenderlo para incluir a todos. En otras palabras, podría empezar con un “ALCA de los dispuestos”.
“Creo que existe la posibilidad de integrar esos acuerdos individuales”, dijo Zoellick. Agregó que los acuerdos de libre comercio existentes entre Estados Unidos y los países del hemisferio ya representan el 54 por ciento del producto bruto interno de las Américas sin incluir a Estados Unidos.
Cuando le pregunté cómo podrían unificarse esos acuerdos comerciales ya existentes, dijo que podría lograrse permitiendo a los miembros del bloque usar componentes en otros países miembros en sus exportaciones al mercado estadounidense. En este momento, con pocas excepciones, los países que tienen acuerdos de libre comercio con Estados Unidos sólo pueden exportar con tarifas preferenciales productos que se generan dentro de sus límites nacionales.
Si se organiza este “ALCA de los dispuestos”, también se podría empezar a contactar a algunos miembros de la comunidad empresarial de Brasil. Con el tiempo, Estados Unidos podría convencer a Brasil de adherirse, ya que se están reduciendo las restricciones estadounidenses al etanol brasilero, agregó Zoellick.
Mi opinión: la propuesta de Zoellick de revivir los planes para la creación de un acuerdo de libre comercio regional es interesante, porque no me sorprendería nada que la campaña de Romney lo adopte como parte de su plataforma de política exterior.
No le ayudará a Romney para ganar muchos votos entre los votantes hispanos —una nueva encuesta Gallup revela que el 66 por ciento de los hispanos planean votar por el presidente Obama, y apenas un 25 por ciento por Romney—debido a que el candidato republicano ha ahuyentado a muchísimos latinos con sus virulentos discursos contra los inmigrantes indocumentados.
Pero sería muy bueno que los republicanos introdujeran el tema de los lazos económicos con Latinoamérica en la campaña presidencial, porque eso obligaría a la campaña de Obama a proponer su propio plan para mejorar las relaciones con la región.
En un momento en el que China está negociando un acuerdo de libre comercio con sus vecinos asiáticos, tanto Estados Unidos como Latinoamérica se beneficiarían creando cadenas de producción regionales, para que sus empresas puedan competir mejor con sus rivales asiáticos. Es un tema que los líderes políticos de Washington ya no pueden permitirse seguir ignorando.
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