España 8, Irán 145
El Deber, Santa Cruz
Un reciente reportaje del prestigioso periódico hispano, El País, sobre la creciente presencia iraní en América Latina, destaca que la embajada de dicho país en Bolivia tiene 145 diplomáticos, frente a 8 de la legación española. Esta es una cifra sorprendente y preocupante, pues los bolivianos no conocemos qué hacen realmente en nuestro país tantos funcionarios iraníes ni qué beneficios nos trae la estrecha relación que mantiene el Gobierno del MAS con un Gobierno condenado por la comunidad internacional por sus vínculos con el terrorismo.
Desde que el presidente Evo Morales asumiera el poder, nuestras relaciones internacionales han sido enteramente politizadas e ideologizadas, siguiendo las directrices y los gustos del presidente venezolano Hugo Chávez. Se enfriaron las relaciones con países democráticos y se las estrecharon con países gobernados por regímenes autoritarios y totalitarios.
En los últimos seis años, hemos recibido varias visitas del presidente Ahmadineyad. Se han suscritos muchos convenios, aparentemente inofensivos, como aquellos orientados al asesoramiento para el desarrollo de la industria láctea o la instalación de fábricas de cemento, algo curioso para una nación que comparte fronteras con Argentina y Brasil, países que bien nos podrían proveer este asesoramiento. Uno de los últimos convenios se refiere al asesoramiento para la lucha contra el narcotráfico, algo que también llama la atención, pues Irán no es reconocido por su esfuerzo en este campo.
Otros acuerdos no son tan inofensivos, como aquellos de cooperación en materia militar y la sorpresiva inauguración de la Escuela Militar de la Alternativa Bolivariana para las Américas, que fue noticia internacional por la presencia del ministro de defensa iraní, acusado por Argentina de haber participado en la organización del atentado contra el edificio de la AMIA en Buenos Aires. El escándalo sirvió para que nos enteremos de que Irán era el principal financiador y asesor de esta escuela y que en la misma no solo se formarán militares, sino también dirigentes de los movimientos sociales. ¿Qué formación recibirán?
Diversos informes internacionales señalan que, en realidad, el principal interés de Irán en Bolivia es la búsqueda de uranio, materia prima indispensable para el desarrollo de su industria nuclear con fines militares, por la que ha sido reiteradamente sancionado por la comunidad internacional. Cualquiera fuese la realidad, la verdad es que resulta inexplicable qué hace una cantidad tan grande de diplomáticos iraníes en Bolivia, porque no se aprecian públicamente los resultados de su gestión.
Las relaciones internacionales de Bolivia deben ser reorientadas. Seguir el camino de Chávez nos aleja de la comunidad internacional de naciones democráticas y no nos ayuda en nada en la lucha contra la pobreza. Nuestra política exterior debe estar orientada al desarrollo de Bolivia para atraer inversiones, desarrollar nuestra producción, abrir mercados y generar fuentes de empleos que eleven la calidad de vida de los bolivianos.
El autor fue presidente del Senado de Bolivia.
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