Oswaldo Payá: Cuba pierde una voz necesaria
Oswaldo Payá Sardiñas, una de las voces más mesuradas e inclusivas del movimiento opositor interno en Cuba ha muerto.
Según ha trascendido, las causas del fallecimiento se atribuyen a un accidente automovilístico ocurrido el domingo 22 de julio en una carretera de la oriental provincia de Bayamo, mientras Payá viajaba junto al también opositor Harol Cepero, que igualmente falleció, y dos extranjeros, uno sueco y otro español, presuntamente de visita en Cuba, quienes se encuentran heridos y hospitalizados a causa del suceso.
Inmediatamente después de que los familiares de Payá tanto en Cuba como en España, confirmaran la noticia, las evidencias acerca de que puede haber sido un accidente premeditado han comenzado a escucharse en los medios de comunicación, una vez que su propia hija, Rosa María Payá describió en declaraciones a través de Internet desde Cuba que el automóvil en el que viajaba su padre había sido envestido por otro.
Quienes conocen la trayectoria cívica y política de Oswaldo Payá saben que fue un hombre de profundas convicciones cristianas, basadas en un hogar católico, y que consecuentemente con ese pensamiento ideó una plataforma política para contribuir al retorno de la democracia en Cuba, basada en la posibilidad del diálogo y la transición pacífica.
Sin embargo, aunque su postura nada estridente, le valió muchas críticas y hasta dudas acerca de su fidelidad a la causa de la libertad de Cuba, desde el año 1988 en que abiertamente se definió como opositor, mantuvo un compromiso firme con sus ideas y acometió acciones importantes como el proyecto Félix Varela, a través del cual logró colectar once mil firmas, para según lo establece la propia constitución de la República de Cuba, demostrar que existía respaldo popular para un plebiscito.
Estas firmas Payá las hizo llegar personalmente a la sede de la Asamblea Nacional en Cuba (parlamento), el 10 de marzo del 2002 y debido a ello ese mismo año fue merecedor del premio Sajarov, otorgado por el Parlamento Europeo.
Tras haber cumplido apenas 60 años de edad la muerte repentina de Oswaldo Payá Sardiñas deja una sensación de gran vacío entre quienes valoran la fuerza de las ideas como el doctor Rafael Peñalver Jr. que en declaraciones a Diario Las Américas aseguró:
“Era un hombre íntegro, decente. Buscó un camino independiente para hallar la libertad y muchas veces lo dejaron solo, en ocasiones, algunos que debieron ser sus aliados, incluso su propia iglesia lo marginó y eso es lamentable”.
“El murió luchando por la Cuba eterna que algún día volveremos a tener. Es muy lamentable esta pérdida –dijo Peñalver.
Acerca de las confusas circunstancias de su muerte, el doctor Peñalver opinó que el hecho debe ser investigado por organizaciones internacionales porque “sin elementos para acusar a alguien en específico, no debemos dejar de tener en cuenta que el fallecimiento de este opositor independiente ocurre en un momento en el que en Cuba se está dando un proceso de repartición de poderes en el que participan instituciones que se disputan compartir el poder con el “statu quo”. Al gobierno cubano le es muy conveniente lo que ha ocurrido con Payá”-advirtió.
Otra importante opinión acerca del triste suceso, proveniente de una voz autorizada del exilio cubano la emitió el joven Normando Hernández, ex prisionero de la causa de los 75, periodista independiente que fuera arrestado en la ola represiva conocida como Primavera Negra del 2003, original de la provincia de Camaguey.
Normando calificó la muerte de Payá como un asesinato. Lo describió como “un hombre tolerante, con mucha capacidad de hermandad, incluso para quienes lo reprimían por sus ideas”.
“La lectura que para mi tiene esta muerte –opinó Hernández- es que el gobierno de Cuba se encuentra en una situación desesperada, porque es increíble que se hayan atrevido a asesinarlo. Esa noticia me tiene muy afectado, apenas he podido dormir desde que lo supe” –comentó notablemente consternado.
Un llamado que hizo Normando Hernández a través de sus declaraciones sobre la muerte de Payá Sardiñas es sobre la importancia de “que no los que luchamos por el regreso a la democracia en Cuba no debemos encapricharnos en la unidad de ideas. La unión siempre es buena, pero lo importante y lo fundamental es que los que se sientan motivados luchen por hacer cambiar aquel sistema. Esa es la senda necesaria”.
Normando Hernández que llegó a Miami como refugiado político, después de viajar a España tras su excarcelación y destierro, y que tiene severas secuelas de salud por los maltratos que sufrió en prisión, se encuentra en este momento desempleado.
Acaba de fundar el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa, encaminado a crear medios de comunicación que prioricen el periodismo comunitario y local y asegura que la reflexión a la cual lo llama el hecho de la muerte de Payá es que si se atrevieron a silenciar a un hombre tan pacífico y tolerante, “qué se podrá esperar con otros disidentes activos como Antúnez y José Daniel Ferrer. Esa muerte debe ser investigada –concluyó”.
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