En homenaje a Oswaldo Payá
La muerte de Oswaldo Payá, líder disidente cubano, no nos puede dejar indiferentes. No sólo por la nueva demostración de la fragilidad de la vida, sino por el sentido que se le puede dar a ésta en nuestro breve paso por el mundo.
Oswaldo fue un luchador y un revolucionario. No contento con la situación de su país, buscó nuevas formas para transformarla. Su rechazo a la dictadura cubana fue más allá de las críticas y las manifestaciones y la plasmó en ideas y propuestas que le merecieron el reconocimiento mundial por su lucha a favor de la libertad.
Sin lugar a dudas, Oswaldo fue un líder y un visionario. La concreción del Proyecto Varela fue tan solo uno de sus éxitos, aunque el más reconocido. A través de éste, movilizó a la población para sumarse a un proyecto de ley que permitiera a los cubanos gozar de sus derechos fundamentales y sus libertades individuales. A pesar del rechazo de la Asamblea Nacional Cubana, continuó su lucha a favor de la democracia.
Su fuerza y perseverancia fue ejemplo para muchos. No sólo le valió cinco nominaciones oficiales para el Premio Nobel de la Paz y un premio a los Derechos Humanos del Parlamento Europeo, sino que además inspiró a miles de jóvenes que hoy continuarán su lucha por la libertad de Cuba.
Oswaldo señaló en reiteradas ocasiones que se sentía acosado y amenazado por el régimen castrista. Al igual que muchos disidentes de la dictadura, Payá no se dejó amedrentar y prosiguió con sus ideales hasta que la muerte lo encontró. A pesar que se anunció una investigación por parte del gobierno cubano para esclarecer las circunstancias del accidente, lo cierto que es resulta difícil creer en la parcialidad y profundidad de tal investigación, considerando la nula independencia de cualquier órgano o institución frente al partido único que controla el poder hace más de 53 años.
Que la muerte de Oswaldo Payá logre remecer a toda la comunidad internacional para exigir con más fuerza un cambio en la isla. Que su lucha por la democracia sirva de guía para que los miles de jóvenes que se movilizan por una causa a lo largo del planeta, sea una por la libertad. Que sus familiares, amigos y cercanos mantengan vivo su recuerdo a través de la defensa y difusión de los principios y valores de la sociedad libre que Oswaldo encarnó en su vida.
Aún queda mucho por hacer. Y en este camino, existen y existirán miles de cubanos comprometidos, valientes y decididos que continuarán la lucha por abrazar sus derechos fundamentales, su capacidad de elegir su propio destino y vivir en libertad. Que la muerte de Oswaldo Payá sea un hito inspirador para que todos los ciudadanos del mundo libre tomen conciencia de sus oportunidades y hagan un esfuerzo adicional para que muchos más puedan gozar de ellas.
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