El tiroteo de Aurora
Los horrendos y calculados asesinatos acaecidos en Aurora el jueves por la noche son una gran tragedia no sólo para las víctimas y sus familias sino para todo aquel que pueda ver claramente la absoluta maldad de tales actos y la indefensión que todos sentimos por ellos.
Sin embargo esta masacre podría haber sido mucho menos factible en virtud de que existe una serie de problemas fundamentales que virtualmente no han recibido atención alguna de parte de los medios de comunicación y la política demagoga resultante.
1. Los espectadores de la exhibición de medianoche de Batman: El caballero de la noche asciende habían ingresado en una zona en la cual no existía una verdadera protección contra los actos de violencia. La cadena de cines propiedad de Cinemark mantiene una estricta posición de restringir las armas, no sólo para los clientes sino para todos los empleados, incluido el personal de seguridad. Por supuesto, la sala tiene todo el derecho de prohibir las armas a sus clientes no sólo por motivos de seguridad sino para mantener los costos del seguro en un mínimo, pero destaco que también incluye al personal de seguridad, delegando la única seguridad sólo en la policía del gobierno local.
Y si bien Colorado tiene una política liberal de expedir permisos para la portación de un arma en público de manera oculta a los adultos mayores de 21 años, la Ciudad de Aurora y otras doce ciudades del estado (incluyendo Colorado Springs, Denver, Littleton, y Boulder) han adoptado ordenanzas locales que prohíben los permisos de portación oculta. Además, la mayor parte de los espectadores eran menores de edad y no podían obtener dichos premisos. Por otra parte, a la medianoche el resto del centro comercial se encontraba cerrado y con la ausencia de empleados y clientes, de modo tal que la ayuda de parte de otros no era posible. Sin embargo, el crítico cinematográfico Roger Ebert de manera predecible e ignorante hizo absurdas afirmaciones de que el incidente demuestra el fracaso de los permisos para la portación de armas ocultas y que las leyes de armas de los Estados Unidos son una “locura”.
Dijo Elbert: “Que James Holmes está loco, pocos pueden dudarlo. Nuestras leyes sobre las armas también son una locura, pero muchos se niegan a hacer ese correlato. Los Estados Unidos son uno de los pocos países desarrollados que acepta la idea de las armas de fuego en manos públicas. En teoría, la ciudadanía necesita defenderse. Ni una sola persona en el cine de Aurora, Colorado, respondió con un disparo, pero la teoría aún es defendida”.
Irónicamente la escena de los tiroteos en la Escuela Secundaria Columbine el 20 de abril de 1999 se encontraba a tan sólo 25 kilómetros de distancia, donde la zonificación escolar para las cuadras circundantes también seguía una estricta política de restricción de armas, dando a los depredadores un acceso irrestricto para asesinar a su antojo. Contrariamente a Ebert es abrumadora, la evidencia de que la propiedad privada de armas de fuego no sólo es un importante elemento de disuasión del delito sino que permite una respuesta rápida cuando los delitos ocurren (véase aquí, aquí, aquí y aquí). De hecho, aquí hay un ilustrativo video (en inglés):
2. El tiroteo se prolongó durante quince minutos registrándose el inicio de la grabación del llamado a la policía de Aurora a las 12:39 am. Afortunadamente, los cines se encuentran cerca de la estación de policía lo cual explica el breve tiempo de respuesta, pero el hecho es que la policía sólo podía llegar después de los hechos y a nadie en la escena se le permitió estar armado para detener al agresor. De hecho, la mayor parte de todas las respuestas policiales se producen después de que los delitos han sido perpetrados y en el caso de Cinemark, la decisión fue la de delegar las amenazas únicamente en la policía local, produciendo el fracaso del gobierno que tuvo lugar.
3. Mientras la empresa propietaria de los cines prohíbe las armas de fuego, anima a los clientes a ingresar “disfrazados” como una estratagema de marketing e incluso a llevar “armas” como los personajes de la película, ¡incluido el asesino de masas Bane! Y de hecho, James Holmes aparentemente eso fue lo que hizo, vestido con una armadura que le cubría todo el cuerpo, incluyendo un casco y una máscara de gas y portando una escopeta, un rifle, una pistola, y bombas de gas. La primera pregunta entonces es ¿no había nadie controlando todas las entradas? No, la respuesta es que el cine creía que las personas que asisten “disfrazadas” están en lo correcto y que lucir como un asesino de masas al parecer no es para Cinemark razón alguna para controlar. ¿Y por qué la Warner Brothers consideró como “PG-13” (apta para mayores de 13 años o menores acompañados) a una película hiper-violenta como esta, excepto para atraer a niños desprotegidos a verla?
4. La delegación de Cinemark enteramente en la policía gubernamental también es parte del mito “progresista” que expresa la opinión del espíritu de la época que sostiene que no se puede confiar en la ciudadanía ni permitir que tome sus propias decisiones sino que en cambio debería ser regulada y controlada por “élites” seculares, gubernamentales y burocráticas. Así que respecto de Cinemark y la cultura de Hollywood para la cual trabaja, ser políticamente correcto y tener una zona libre de armas es una conveniente manera “progresista” de estar en sintonía con el apoyo que la industria del entretenimiento brinda al control de las armas.
5. Finalmente, la cultura “chic” de la muerte gratuita, el sadismo, la depravación y la tortura, también conocidas como las películas de Quentin Tarantino, las películas de acuchillamientos, gánsteres, y vampiros, etc., refleja las normas morales relativistas post-modernas en las culturas popular y juvenil de la élite estadounidense.
Irónicamente, los encargados de la campaña por la reelección de Obama trataron inicialmente de utilizar a la película para vincular al personaje de Bane con Romney y la empresa administradora de activos financieros Bain Capital, con Obama y Biden siendo unos supuestos Batman y Robin, pero esto ha fracasado por completo en tanto el director Christopher Nolan salió a atacar la idea.
Además y pese a la violencia, los temas que trata la película son claramente “antiprogresistas”, girando en torno a un valiente y acaudalado ciudadano privado (Bruce Wayne/Batman) que hace frente a las incoherentes e inmorales fuerzas colectivistas y estatistas “progresistas” de la depravación moral y la violencia.
En este sentido, el espíritu de la época que actualmente apoya el control de armas en respuesta al tiroteo de Aurora se traduce de manera incoherente en el hecho de que los ciudadanos inocentes y pacíficos deberían estar todos sujetos a la amenaza de la fuerza letal por parte del Estado si no cumplen con los edictos sobre el control de armas, que es exactamente lo que defienden las opiniones de los personajes de Bane y el Guasón en las películas. En otras palabras, para Roger Ebert, Michael Bloomberg, Dianne Feinstein, Piers Morgan, Frank Lautenberg y otros “progresistas” (es decir, autoritarios) la solución para un loco solitario que emplea la fuerza letal en contra de inocentes es desarmar a estos últimos y la sujeción de todos a una amenaza universal de fuerza letal, siempre y cuando sea hecha de manera “científica” e “imparcial” por su venerado Estado secular.
Traducido por Gabriel Gasave
David Theroux, Fundador, Presidente y Director Ejecutivo de The Independent Institute.
- 28 de diciembre, 2009
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