El ejemplo de Corea del Sur
La historia de esta envidiable República Democrática, con una fuerza laboral de 24,62 millones de personas, con valores fundamentales como el pago de sus impuestos, el servicio militar obligatorio y el respeto de los hijos a sus padres, comienza con el establecimiento del Estado, seguido de la división de la península coreana en el Paralelo 38.
Después de la rendición de Japón, marcó el comienzo de la administración soviética y estadounidense sobre el Norte y Sur. El 15 de agosto de 1948, se estableció la República Democrática de Corea, con Syngman Rhee como primer presidente.
En 1953, Corea del Sur experimentó disturbios políticos bajo el liderazgo autocrático de Rhee, terminando en una revuelta estudiantil en 1960. No obstante los golpes de Estado militares, liderados por el mayor general Park Chung-hee en 1961, poniendo a Corea bajo gobierno autoritario por dos décadas más, ésta logró un crecimiento económico sorprendente, con un ingreso per cápita hasta 13 veces el de Corea del Norte (la comunista).
Después del asesinato de Chun-hee en 1979, "la sociedad civil" compuesta principalmente de estudiantes universitarios y sindicatos laborales, generó fuertes protestas contra el gobierno autoritario.
Estallando en mayo de 1980 un enfrentamiento entre estudiantes de la Universidad Nacional de Chonnam y fuerzas militares, esto se convirtió en un motín urbano que duró nueve días. El ultraje público consolidó el apoyo de toda la nación por la democracia, despejando el camino para las primeras elecciones democráticas en 1987.
En 1997 Kim Dae-jung ganó la presidencia, ocurriendo el primer traspaso de gobierno entre partidos políticos por medios pacíficos. Hasta aquí el parecido con nuestro querido El Salvador.
Entre los años 1975 y 1999 Corea del Sur experimentó una transformación económica, la agricultura pasó de ocupar el 45.7% de la población activa al 11.6% y actualmente representa solamente el 2.6% del PIB. Tras la guerra, las inversiones norteamericanas y japonesas en Corea, hábilmente dirigidas por el Gobierno hacia sectores estratégicos, permitieron un despegue económico, que ha llevado al país a superar a España. Hoy día, Corea del Sur es la 12ª economía más grande en el mundo, clasificado como un país desarrollado por la ONU, el BM y el FMI.
El país posee una elevado PIB per cápita de $23,700.00, la inversión extranjera acudió alentada por incentivos fiscales, crediticios y laborales. Empresas coreanas como Samsung, LG, Hyundai y Kia se han transformado en multinacionales.
Cuesta creer que en 1997 Corea del Sur se tambaleaba al borde de la bancarrota. Sus negocios estaban endeudados, los bancos sobregirados y el sistema financiero a punto del colapso. Pero Corea del Sur se propuso hallar una pronta salida y lo hizo de forma exitosa, por la manera en que este país enfrentó la crisis: uno fue la rapidez con que reconstruyeron su economía y dos, que los surcoreanos contribuyeron de buena gana a lograrlo.
Choi Gwang-ja, una ciudadana coreana, al igual que muchas otras mujeres, vendió sus joyas para ayudar al país a superar la crisis financiera. Millones de hogares se convirtieron en centros de acopio de oro, campañas estimularon a la población a comprar productos locales y a donar sus ahorros en moneda extranjera al gobierno, "era lo único que podíamos hacer dijo Choi".
El esfuerzo coreano rindió frutos, porque quince años después el distrito comercial de Seúl se encuentra vivo y activo. Y Choi Gwang-ja vive en un departamento deslumbrante con un valor de 1 millón de dólares, que simboliza el éxito económico de Corea del Sur. Ya quisiéramos los salvadoreños tener esta confianza en nuestros gobernantes.
Corea del Sur obtuvo además un préstamo de $58.000 millones del FMI, aceptando duras condiciones, tanto así que la llamaron la 'Crisis del FMI'; al cabo de tres años voltearon la situación, y pagaron el préstamo. Este ejemplo de Corea del Sur, en donde los parlamentarios se dan de golpes a mano limpia en sus sesiones, pero al momento de defender su país se dan de abrazos con sinceridad, es lo que necesitamos en El Salvador.
El autor es economista.
- 23 de enero, 2009
- 23 de diciembre, 2024
- 24 de diciembre, 2024
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