El Salvador y la ley de usura: ¿hasta ver a quién?
Parece que la encerrona de mañana miércoles será "hasta ver a Dios".
Eso es, al menos, lo que prometió el presidente de la Comisión Financiera de la Asamblea Legislativa, pese a que nadie le exigió semejante maratón. La sociedad estaría agradecida, simplemente, con que hicieran bien su trabajo.
Más aún, hasta sería recomendable pedirles que no legislen si están muy cansados…, y quizás descubriríamos que para legislar bien necesitaban aumentar las horas de sueño. Además, sin dudas, de aumentar las horas de estudio de los temas. Porque ya se nota mucho.
Empezaron mal: tanto los que dicen ser de izquierda como los que dicen ser de derecha, en un alarde lingüístico no solicitado, escribieron un larguísimo párrafo para definir "usura" en el artículo 2 de la propuesta de ley. De haber revisado el diccionario de la Real Academia hubieran escrito simplemente: "interés excesivo en un préstamo".
Tal definición, amplia y abarcadora, hubiera hecho innecesario el artículo 3: ya sea que lo otorgue un banco, una tarjeta de crédito, o una casa comercial, un préstamo es un "contrato mediante el cual un particular se obliga a devolver el dinero que le ha sido prestado" (nuevamente, gentileza de la Real Academia).
En ese mismo sentido ya iban las observaciones presidenciales al decreto con que hace unos meses se pretendía reformar la Ley del sistema de tarjetas de crédito.
En efecto, aquellas observaciones señalaban que "existen otras entidades comerciales que no siendo emisoras ni co-emisoras de tarjetas de crédito, según lo definido en la ley, otorgan créditos incluso a tasas más onerosas que los mencionados emisores y pese a esto, no serían objeto de regulación…". La obsesión del legislador con las tarjetas de crédito le había hecho olvidar la existencia de otros tipos de préstamos.
Quedará, por supuesto, pendiente la parte operativa de la ley propuesta: esa que no se le puede pedir a un diccionario. Pero que los diputados tampoco parecen tener claro cómo resolver: ¿cómo se cuantifica el límite de lo "excesivo"?
Y más aún: ¿cómo se garantiza que con esta medida no se estará arrojando a la informalidad de los agiotistas (y a las tasas recontra excesivas que cobran) a gran parte de la población?
Es oportuno recordar al economista Milton Friedman, quien de manera certera indicaba que "uno de los más grandes errores es juzgar a las políticas y programas por sus intenciones, en vez de hacerlo por sus resultados". Porque el camino al infierno está sembrado de buenas intenciones.
Hace casi tres años, el 3 de septiembre de 2009, fue enviada a la Comisión Financiera de la Asamblea una carta firmada por el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), el superintendente del Sistema Financiero (SSF), y el presidente de la Defensoría del Consumidor. Llevaba adjunto un documento elaborado por el BCR y la SSF durante la actual administración.
Bajo el título "Mercado de tarjetas de crédito en El Salvador", y a lo largo de 29 páginas muy claramente escritas, se indicaba que "la experiencia internacional demuestra que la intervención en el mercado para fijar una tasa de interés máxima en las tarjetas de crédito provoca incentivos fuertes a los emisores para excluir a los deudores cuya prima por riesgo no se vea compensada con el techo…". Así funcionamos en este planeta.
El principio, totalmente extrapolable al cualquier otro tipo de préstamo, porque el tema en discusión es el interés…, debiera ser tenido en cuenta ahora también.
El documento recomendaba exigir transparencia, citando el caso de México donde "existe la obligación de desagregar en los estados de cuenta el dato de intereses, comisiones, capital y CAT (tasa de referencia conocida como Costo Anual Total)".
No sabemos si los diputados mañana verán a Dios. Mucho menos pretenciosa, lo que la sociedad espera de las resoluciones de la Asamblea, al menos en este caso, es que no le hagan ver al diablo. Al diablo de los agiotistas.
Hasta la próxima.
El autor es Ingeniero, Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires) y columnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 25 de noviembre, 2013
- 16 de junio, 2012
- 8 de junio, 2012
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