Agentes, control y coordinación
Un agente es un sistema capaz de realizar trabajo liberando energía de
forma restringida en un ciclo termodinámico. Un agente actúa, hace algo,
tiene algún efecto sobre el mundo, causa algún cambio o movimiento, es
una máquina que construye, destruye o transforma algo.
No todas las entidades de la realidad son agentes: muchas son
estructuras pasivas que no realizan trabajo. Un agente puede actuar
sobre cosas que no sean agentes (un albañil construye una pared, una
aspiradora limpia una habitación), sobre otros agentes (un operario
construye, repara o destruye una máquina; un médico opera a un paciente)
o incluso sobre sí mismo (un ser vivo se autoconstruye, un programa
informático se modifica a sí mismo).
Un sistema puede estar constituido por un agente simple, si no tiene
componentes más elementales que sean a su vez agentes; o ser un agente
complejo cuyas partes sean a su vez agentes (simples o complejos).
Un único agente que pueda activarse o desactivarse, variar su
intensidad, o realizar diferentes tareas entre un repertorio de
posibilidades, puede tomar decisiones al azar o disponer de un sistema
de control que elija qué hacer en cada circunstancia. Un tipo
especialmente importante de acción que un agente puede realizar sobre
otro agente es el control, la determinación (total o parcial) de la
conducta de otro: un controlador dirige a un ejecutor. Un sistema que se
autocontrola es autónomo: sus mecanismos de control forman parte del
propio sistema; un sistema heterónomo es controlado desde el exterior.
Los seres vivos son agentes autónomos autopoyéticos: se controlan a sí
mismos y su acción sirve para su generación, mantenimiento y
supervivencia. Los seres vivos son sistemas complejos: están
constituidos por múltiples subagentes más simples de diversos tipos. Un
agente complejo necesita algún mecanismo que coordine la actividad de
sus componentes, de modo que su acción sea coherente, complementaria y
no mutuamente destructiva.
Cuando varios agentes actúan, sus efectos pueden agregarse, interferir o
combinarse de múltiples modos lineales o no lineales (sinergias),
constructivos o destructivos. Varios agentes pueden superponer una misma
acción, juntando capacidades semejantes: múltiples propulsores de un
cohete a reacción, diversos cilindros en un motor de explosión, varias
personas tirando de una cuerda, varios instrumentos iguales tocando una
misma melodía. Múltiples agentes pueden combinar acciones diferentes
complementarias para constituir acciones y efectos más sofisticados:
orgánulos en una célula, órganos en un ser vivo multicelular, jugadores
de un equipo deportivo, máquinas en una cadena de montaje, instrumentos
de una orquesta.
La mayor potencia y sofisticación que puede conseguirse mediante
múltiples agentes requiere algún tipo de coordinación entre los mismos,
algún tipo de interacción que permita la generación, transmisión y
procesamiento de información para la dirección armoniosa de la acción:
que todo el mundo empuje o tire simultáneamente; que todos los miembros
de un expedición de caza sepan lo que tienen que hacer en cada momento;
que los soldados mantengan una formación.
Los mecanismos de coordinación pueden ser descentralizados, mediante
múltiples ajustes locales y parciales entre los agentes, sin jerarquía
de mando (orden espontáneo de un mercado libre; jugadores sin
entrenador); o centralizados, mediante estructuras jerárquicas de mando
con agentes especializados en recopilar, procesar y distribuir
información y órdenes a diferentes niveles para dirigir la conducta de
otros (gobierno o jerarquías de mando de un ejército, una empresa, una
burocracia; sistema nervioso de un organismo; director de orquesta;
entrenador de un equipo).
Los dos tipos de coordinación tienen sus ventajas y sus inconvenientes,
sus fortalezas y sus limitaciones: capacidad de visión global y de
gestión de la información local, eficiencia de la coordinación (rapidez y
acierto en el intercambio y procesamiento de información y ajuste de
las conductas), adaptabilidad frente a cambios de circunstancias,
resistencia frente a fallos de los organismos de control (por
limitaciones cognitivas o por captura interesada o corrupción). Los
sistemas exitosos suelen utilizar combinaciones de ambos (supervisores
conscientes de sus limitaciones y ejecutores con capacidad de
iniciativa) según sus circunstancias y necesidades de cohesión unificada
(conflicto bélico) o de libertad flexible (innovación y creatividad
empresarial).
Todos los agentes controladores tienen capacidades limitadas y pueden
tener problemas y conflictos de coordinación interna. Un agente
controlador, o es muy simple y de capacidad reducida, o es un sistema de
gobierno complejo constituido por múltiples agentes que a su vez
requieren algún tipo de ajuste interno (que en última instancia surge
evolutivamente de abajo hacia arriba de forma espontánea). Un jefe puede
gobernar un grupo, pero su sistema cognitivo o mente es una sociedad de
agentes operando en su mayoría a un nivel inconsciente y no
necesariamente de forma armoniosa; un gobierno puede tener varios
miembros con opiniones o intereses incompatibles.
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