El impacto de la paz en Colombia
Las negociaciones de paz del presidente
colombiano Juan Manuel Santos con las guerrillas de las FARC podrían
tener repercusiones mucho más allá de las fronteras de Colombia: si
resultan exitosas y terminan en un acuerdo de paz, podrían llevar entre
otras cosas a que el gobierno de Estados Unidos quite a Cuba de su lista
de países terroristas.
El motivo es el siguiente: Cuba, que está
desempeñando un rol mediador clave en las negociaciones de paz
colombianas, ha figurado hasta este mismo año en la lista negra anual
que hace el Departamento de Estado de Estados Unidos de “patrocinadores
del terrorismo” —junto a Irán, Sudán y Siria—, principalmente debido a
que le da refugio a los terroristas las FARC y a los miembros del grupo
armado separatista vasco ETA.
Pero si Colombia firma un acuerdo de
paz con las FARC y los rebeldes colombianos se convierten en un partido
político legítimo, será difícil justificar el etiquetamiento de Cuba
como un país que apoya al terrorismo, según dicen los críticos del
embargo comercial de Estados Unidos a Cuba, ya sean demócratas o
republicanos. Aunque Cuba seguiría siendo una dictadura militar, no
podría ser considerada patrocinadora del terrorismo por estar cobijando a
gente que ya no serían terroristas, argumentan los críticos.
“Un
acuerdo de paz debilitaría considerablemente el argumento de que Cuba
debe estar en esa lista, aunque algunos intransigentes de línea dura se
resistirán a quitar a Cuba de la lista porque consideran que sería un
primer paso para ablandar la política estadounidense hacia la isla”,
dice Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue, un
influyente centro de estudios de Washington, D.C.
Aunque el hecho
de quitar a Cuba de la lista de países terroristas —tal como hizo el
Departamento de Estado con Corea del Norte en el 2008, o con Libia en el
2006 — no implicaría automáticamente la eliminación de las sanciones
impuestas por Estados Unidos a la isla, esa actitud reduciría el apoyo
al embargo en el Congreso de Estados Unidos, y prepararía el terreno
para una mejora de los vínculos entre Washington y La Habana, argumentan
algunos expertos claves del Congreso estadounidense.
Preguntado
al respecto, un alto funcionario del gobierno de Obama me dijo que “no
hay absolutamente ninguna relación” entre los dos temas.
Santos y Chávez
Asimismo,
fuentes legislativas afirman que un posible éxito de las conversaciones
de paz entre Colombia y las FARC elevaría la estatura internacional del
presidente Santos, y podría ayudar a reflotar la alicaída influencia
regional del presidente venezolano Hugo Chávez.
Venezuela y
Noruega han contribuido a preparar el terreno para las inminentes
conversaciones de paz, que empezaron con diálogos secretos en Cuba en
febrero de este año. Las negociaciones entre Colombia y la FARC se
iniciaran el 8 de octubre —un día después de las elecciones venezolanas—
en Oslo, Noruega, y continuarán en Cuba, según informó el gobierno
colombiano.
Otro escenario posible que consideran los observadores
de Venezuela en el Congreso de Estados Unidos es que, si Chávez pierde
las elecciones del 7 de octubre y hay “una guerra civil” en Venezuela,
tal como el propio Chávez lo insinuó a principios de esta semana, el
presidente depuesto podría reclutar a miles de desmovilizados de las
FARC que ya están en la frontera colombiana-venezolana para crear un
movimiento de resistencia armada en Venezuela.
“Los grupos
terroristas colombianos podrían estar tentados de unirse a Chávez en un
movimiento de resistencia armada si gana el candidato de la oposición”,
me dijo Carl Meacham, un funcionario del bloque del partido republicano
en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado. “No hay que
equivocarse: Chávez y sus seguidores no se irán tranquilamente del
poder”.
Mientras el gobierno de Obama reaccionó positivamente ante
el nuevo esfuerzo de Colombia de resolver su conflicto armado, aunque
sin comentar sobre sus posibles repercusiones internacionales, algunos
republicanos clave del Congreso estadounidense lo han criticado con
dureza.
Conversaciones ‘preocupantes’
La
presidenta del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de
Representantes, Ileana Ros-Lehtinen, congresista republicana de Miami,
ha dicho que las conversaciones de paz colombianas son “preocupantes”,
entre otras cosas porque “el régimen cubano de los Castro, calificado
por Estados Unidos de patrocinador del terrorismo y que ha apoyado a la
FARC desde hace mucho tiempo, ha desempeñado un rol de liderazgo en el
diálogo que se desarrolla actualmente con agentes de la FARC”.
Y
agregó: “Al considerar el futuro, debemos establecer claramente que la
política exterior de Estados Unidos hacia la FARC, hacia la dictadura
cubana y el hemisferio debe estar basada en los intereses
estadounidenses, sin depender de ninguna otra negociación”.
Mi
opinión: es demasiado temprano para saber si las negociaciones de Santos
con las FARC tendrán éxito, o si fracasarán como ha ocurrido otras
veces en el pasado. (Lo sabremos pronto: Santos ha dicho que los
diálogos de paz no durarán años, sino “meses”).
Pero si las
negociaciones tienen éxito, indudablemente repercutirán en todo el
continente. El mapa político latinoamericano podría ser muy diferente a
esta altura del año próximo.
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